Cuando analizas videojuegos hay de todo: juegos buenos que odias y te tienes que tragar; juegos malos que odias y te tienes que tragar; juegos malos que amas y te tienes que tragar, y en una de cada cien ocasiones te toca analizar un juego enorme, un juego que amas. Pero una de cada un millón, tienes la posibilidad de analizar uno de tus juegos fetiche veinte años después de su lanzamiento original, y pudiendo volver a hablar de él tan bien como lo habrías hecho dos décadas atrás. Hoy es uno de esos días entre un millón: 'Oddworld: New 'n' Tasty'.
A vueltas con la dificultad y la esclavitud
Son frustrantes, muy frustrantes, rematadamente difíciles y agobiantes, los puntos de dificultad a los que se llega en 'Oddworld: New 'n' Tasty'. Ahora parece que esto está de moda. Lo difícil hace crecer la barba a los hipster de verdad, pero 'Oddworld: New 'n' Tasty' tiene momentos de auténtica locura infernal igual que los tenía el juego original, que sigo viendo igualmente desmedidos en todas las ocasiones que he osado enfrentarme a esta obra. Hay un modo fácil, que allana muchísimo el camino, pero en la dificultad normal hay que ir preparado para curvas. 'Oddworld: New 'n' Tasty' tiene las cualidades de un test de inteligencia, en la medida en la que aprovecha tantas herramientas diferentes para enfrentarse a tí, que pretender que des de sí en muchas áreas distintas. Para superar este juego de plataformas y puzles necesitas poner en marcha inteligencia manipulativa para desarrollar los encuentros de lógica espacial, una capacidad de anticiparse a los acontecimientos para no matar inocentes mudokons, y tener las manos habilidosas para medir saltos de esos milimétricos de la vieja escuela. Muchas áreas en conexión intercaladas. De tal forma que no nos encontramos con un juego de mecánicas secuenciales, en el cual una parte es de puzles, otra de plataformas, otra de puzles, otra de... apago la consola que esto es un coñazo. Lo que hace es tomar varias variables para mezclarlas y crear una única manera de jugar a 'Oddworld: Abe's Oddysee', que Lorge Lanning acuñó en 1997, y se mantiene viva aún en 2015 con 'New 'n' Tasty'.
De esta forma, y en medio del estallido de las plataformas y puzles 2D en un catálogo indie atestado de juegos dentro de este género, 'Oddworld: New 'n' Tasty' es el mejor. Punto. Se me ocurren referentes dentro como 'Braid', 'La Mulana', 'Teslagrad'... da igual, 'Oddworld: New 'n' Tasty' es más inteligente, más interesante, y lo más importante, dos décadas más viejo que los demás, lo que amplía el mérito de la fórmula.
Traído de 1997
Lo bueno de 'Oddworld: New 'n' Tasty' no solo es que estamos ante uno de los juegos más infravalorados de la historia dentro de su género, seguramente en su día fue demasiado diferente para ser comprendido. El hecho de ser un juego de progresión lateral en 1997 era clavar con tino el pino de tu cajón. Sin embargo, el tiempo le ha ido poniendo en su lugar, y 'New 'n' Tasty' es una oportunidad para que se le rinda un homenaje merecido. Sin embargo, lo más interesante no es progresar por sus niveles, lo más interesante seguramente sea la historia que desarrolla. Abe es un trabajador de una grandísima corporación de producción alimenticia de organización taylorista. Nuestro protagonista, perteneciente a una raza esclavizada en granjas de trabajo, descubre que además de esclavos él y sus congéneres van a ser también el ingrediente principal del próximo producto de la empresa. Partiendo de este contexto, una historia de huida en la que tenemos que salvar al máximo de mudokons de Rapture Farm.
Pero aún no llegamos a lo mejor, lo mejor no es el qué cuenta, lo mejor es el cómo lo cuenta. Este sería el videojuego que Chaplin hubiese desarrollado: La crudeza del mundo reflejada en tono de humor y sátira, y personajes mudos que comunican igual que se hacía antes del cine sonoro. Oddworld Inhabitants es una empresa que nace de la animación, y esa plasticidad propia de las películas, que primero se lograba con plastilina y hoy a través de ordenador, está impregnando visualmente toda la obra.
Es raro o complejo hablar de 'Oddworld: New 'n' Tasty' aislado del título original, ya que la continuidad es evidente. Hace un par de semanas dedicaba una reseña, impresiones u opinión, llamadlo como queráis, a 'New 'n' Tasty', y ahí decía: "Podemos hacer un juego capicúa, porque me da lo mismo, que lo mismo me da, jugar al original que jugar al remakeado; así que lo que aquí cuente, me da lo mismo, que lo mismo me da, que lo apliquéis al original o al remakeado". Sin embargo, y dicho esto, la evolución es notable en lo técnico.También ha habido cambios en el control, añadiendo algunas opciones que agilizan el movimiento de Abe. Ahora el personaje se nota más ligero, más ágil, pero seguiremos encontrando vestigios del juego original al colgarnos de cornisas o en el sistema de saltos. Es una forma de saltar muy pausada, en la cual un salto se compone de una secuencia delimitada de movimiento (correr - detenerse - saltar). Se puede ejecutar muy rápido, pero el movimiento y el salto, como en el original de PlayStation, sigue siendo la sucesión de dos acciones diferentes.
Una joya en el catálogo
Y así es como llega una joya de los videojuegos al catálogo de los sistemas de nueva generación. Primero vio la luz en PlayStation 4, donde ya fue juego de PlayStation Plus, y ahora le toca el turno a Xbox One y PC (en un futuro también debería llegar a Wii U y más sistemas). Hemos jugado a la versión de PS4 y Xbox One, y son exactas al ojo humano. Ojos biónicos de los que lucía, y lucirá, 'Terminator' supongo que encontrarán cambios, pero mis mediocres globos oculares de homo sapiens solo reflejan a las retinas la imagen de un juego enorme. Enorme porque se viste de manera humilde como un título pequeño y en un género, el de las plataformas, que no tiende a acaparar protagonismo. Pero tras esa humildad con la que llega a nuestro disco duro, se esconde una de las obras más inteligentes que nunca se han programado en la corta historia de los videojuegos. Errores: absurdamente difícil por momentos, un control claramente heredado de otro tiempo, y un acabado gráfico bonito pero no espectacular. ¿Estos puntos más flacos importan lo más mínimo? No. Decía al principio que hay veces que te toca escribir una crítica acerca de un juego que te gusta mucho. No sé si será maleducado, pero me parece una hipocresía escribir sobre un juego que realmente me gusta y tratar de ocultarlo. Como véis, no lo he hecho ni por un solo momento.