Análisis de 'Nikoderiko: The Magical World', las simpáticas aventuras de dos mangostas

'Nikoderiko: The Magical World' es el primer proyecto de VEA Games, un estudio independiente localizado en Chipre, cuyas influencias son más que evidentes simplemente viendo sus imágenes, ni siquiera hace falta verlo en movimiento. Todos aquellos que se criaron con 'Donkey Kong Country' o 'Crash Bandicoot' deben tener en su radar a 'Nikoderiko: The Magical World', una propuesta completamente original, pero que se siente profundamente nostálgica. Volver a los clásicos para construir sobre ellos, ya sea mediante remasterizaciones, remakes o IPs nuevas, se está convirtiendo en una costumbre durante esta generación. No hay nada mejor que aprender de los maestros para mejorar.

Nikoderiko

Nikoderiko es el nombre de nuestro intrépido protagonista, que va acompañado de Luna en busca de tesoros perdidos. El diseño de estas dos mangostas antropomórficas rezuma carisma y, por qué no decirlo, hará las delicias de la comunidad furry. La historia es meramente anecdótica y apenas se desarrolla en una docena de diálogos antes de entrar en cada uno de los niveles. Tiene algún punto gracioso, pero no destaca para nada... ni tiene la intención de hacerlo. No hay una ambición mayor de crear un mundo rico y cohesionado, VEA Games se ha centrado plenamente en lo jugable, así que saltemos a lo verdaderamente importante.

He de confesar que las primeras sensaciones controlando a Niko (o a Luna, es simplemente una skin que se maneja exactamente igual) no fueron del todo buenas. Su movimiento se siente demasiado ligero, como que no tienes en todo momento el control sobre él, algo capital teniendo en cuenta que toda la jugabilidad se basa precisamente en eso. Sin embargo, con el paso de las horas me fui acostumbrando y conseguí hacerme con él y a ver su verdadera fortaleza.

Nikoderiko

Aún así, sigo teniendo algunas dudas con ciertas decisiones sobre su manejo. Por ejemplo, su ataque básico es una patada deslizándose, lo cual te pone en constante peligro si estás moviéndote por pequeñas plataformas. Todo lo contrario que ocurre con, por ejemplo, Crash Bandicoot, cuyo ataque le permite eliminar a cualquier enemigo sin moverse del sitio.

Dicho esto, después de más de una decena de horas de juego controlando a Niko, las sensaciones son positivas y se mueve de una forma muy fluida por los niveles, también gracias a un frame-rate sólido que no da ningún problema en ningún momento.

La aventura de Niko consta de siete mundos en total, con cinco niveles y un boss cada uno. La variedad de biomas es la clásica que vemos en este tipo de juegos (mundo de lava, helado, acuático...) y van introduciendo pequeñas mecánicas que hacen que el desarrollo se sienta fresco todo el tiempo. Eso sí, la originalidad no es el punto fuerte de 'Nikoderiko', ya que no tiene vergüenza alguna en copiar directamente los barriles o las vagonetas de 'Donkey Kong: Country'. Por otro lado, la yuxtaposición entre escenarios en dos y en tres dimensiones, sacado de 'Crash Bandicoot', le queda genial y la fluidez con la que se produce el cambio a nivel jugable y técnico es impecable.

La última mecánica que nos falta por hablar son las monturas, que vuelven a ofrecernos un cambio en la forma de jugar. Salvo un par de animales cuyo control no es del todo bueno, el resto se siente muy bien y cumple su propósito de aportar variedad .

Nikoderiko

'Nikoderiko' cuenta con dos niveles de dificultad: fácil y normal. En normal comienzas con dos de tres corazones, pero es que siempre hay una caja al principio de cada nivel que te da ese corazón que te falta, por lo tanto es un trámite algo estúpido que no termino de entender. El ajuste de dificultad se debería ver en otros apartados. El juego cuenta con algunos picos que le dan algo de vidilla (sobre todo en ciertos jefes que hay que repetir varias veces para aprendernos sus rutinas y cómo evitarlas) a una aventura que será un paseo para aquellos que lo único que quieren es completar todos los niveles sin prestar atención a los coleccionables. Es en estos momentos, cuando mueres y pierdes todo lo que habías cogido hasta el último checkpoint, cuando nos damos cuenta de que los puntos de control están más distanciados de lo que parece. No es para nada grave, pero el juego no es tan laxo en este aspecto como pueda aparentar su aspecto infantil.

Además, el propio juego reconoce que las muertes son importantes y te lo recuerda con un contador en cada uno de los niveles y un repaso al terminar (no en vano, uno de los trofeos te obliga a pasarte toda la aventura sin morir una sola vez). Por esto mismo, es incomprensible la razón por la que no puedas ver desde el mapa el número de muertes que has obtenido en cada fase y poder volver a entrar y mejorar esa marca.

Nikoderiko

Hablando de coleccionables, 'Nikoderiko' cuenta con varios tipos (demasiados): luciérnagas, letras de su nombre, llaves, diamantes, monedas... Para empezar, conseguir todas las letras y diamantes en todos los niveles no aporta nada más que el orgullo y la satisfacción del trabajo bien hecho. Luego, el resto de divisas sirven para canjearlas por cofres que ofrecen diferente contenido artístico (melodías, artworks, modelados de personajes...), que tampoco es nada del otro mundo.

Ya para terminar, 'Nikoderiko' ofrece un modo de juego cooperativo local, en el que Niko y Luna pueden jugar a la misma vez. No ofrece ninguna vuelta de tuerca ni la jugabilidad se adapta a los dos jugadores, simplemente ambos se encuentran en el mismo escenario intentando avanzar. Esto a veces puede dificultar más que otra cosa, ya que no hay ningún tipo de colaboración entre los protagonistas. Es un añadido que se agradece, pero que no se ha tenido demasiado en cuenta a la hora de integrarlo y de darle una mayor entidad.

Nikoderiko

CONCLUSIONES

En definitiva, 'Nikoderiko' es un juego de plataformas muy atractivo, tanto a nivel visual como a nivel jugable. Después de un pequeño periodo de adaptación a los controles, la aventura de Niko fluye con toda naturalidad, dentro de una gran variedad de zonas, que en ocasiones no se siente del todo original, demasiado inspirado en sus influencias tan obvias. Le falta pulir un poco más cómo los sistemas del juego funcionan entre sí y darle una mayor importancia al contenido secundario, que el jugador sienta que realmente importe.