Quizás pocos recuerden los primeros títulos de la franquicia 'Drakengard', un proyecto que Square Enix y Cavia se encargaron de llevar a cabo en la ya veterana PlayStation 2 allá por el 2003. Recuerdo jugar al título sin saber realmente qué era lo que me iba a ofrecer o qué podía esperar de él. Fue de los últimos títulos que alquilé en el videoclub más cercano a donde vivía y el primer proyecto en el que Yoko Taro, ahora reconocido a nivel internacional, asumía las labores de dirección. Este proyecto, que tuvo un gran éxito más en el mercado asiático e internacional que en España, sirvió como antesala para presentarnos en 2010 un spin-off conocido como 'Nier', también de la mano de Cavia. En él volvíamos al peculiar mundo presentado en la franquicia previa, pero ahora con nuevos planteamientos y personajes.
Como digo, corría el año 2010 y llegaba al mercado esta nueva propuesta de Yoko Taro, que para la ocasión nos ponía en la piel de un padre cuya máxima era salvar la vida de su hija, Yonah, que padecía una extraña enfermedad de la que no parecía haber cura ni tratamiento. Esta es la historia que conocimos en occidente. La única que llegó a nuestro mercado, pero en Japón, y como una exclusiva de PlayStation 3, también se ponía a la venta 'Nier: Replicant', la misma versión de la historia, pero contada desde el punto de vista del hermano de Yonah.
Celebrando el aniversario
Once años después de su lanzamiento, y para celebrar su aniversario, desde Square Enix nos traen esta visión de la historia a occidente, y dado que ha pasado tanto tiempo entre ambos, una puesta a punto del título se hacía casi un deber para el estudio, que nos ofrece un juego que camina entre el ser un remaster o un remake. Para aquellos que quieran encajarlo rápidamente en alguna de las dos categorías tengo una mala noticia: no se puede encajar con exactitud en ninguna de ellas.
El título cuenta con los suficientes alicientes como para resultar atractivo tanto a quiénes ya jugaron al original en 2010, como al que se acerca por primera vez a la franquicia después del éxito de 'Nier: Automata', pero en ningún momento llega a decantarse por ser un remaster sin más o un remake con todo lo que ello conlleva. Tenemos contenido nuevo que no vimos en occidente, era de esperar si tenemos en cuenta que aquí llegó la versión 'Nier: Gestalt', la protagonizada por el padre, pero también tenemos un contenido nuevo con el que no contaba el título original asiático y que no es momento de desvelaros si realmente estáis interesados en descubrir toda la historia del título.
Ese es uno de los puntos que se mantiene casi intacto respecto al título de 2010. Volveremos a ver a Popola, Devola, Kainé o Emil, y es que, aunque se ha añadido un capítulo extra a lo que ya conocimos. La historia y su desarrollo se mantienen exactamente igual, para lo bueno y para la malo, lo que significa que, como parte positiva, volveremos a contar con diversos finales, uno de ellos completamente nuevo para esta ocasión que amplia bastante todo el lore generado en torno a esta franquicia.
En resumidas cuentas. La historia, para no desvelar mucho, nos pone en la piel de "Nier", que deberá encontrar la cura a la enfermedad de su hermana Yonah. Para ello deberá recorrer el mundo junto a Grimore Weiss, un libro parlante que ha perdido sus recuerdos, y con ellos, los versos sellados que le permiten ejecutar magia negra, como su antagonista, el Grimore Noire, en manos del señor de las sombras.
La aparición de Weiss resulta de vital importancia, no solo para intentar solucionar la enfermedad de Yonah, si no para combatir a las sombras que asolan el mundo. Además nos servirá como compañero en combate al poder emplear su magia, o bien como recurso de gestión de inventario, pues a través de él podremos mejorar nuestras armas, defensas o las propias habilidades mágicas que seamos capaces de enlazar al libro, donde deberemos vincularlas a través de palabras.
No hay grandes cambios en cuanto a argumento o narrativa, aunque se han añadido algunas líneas de diálogo extra para adecuar el cambio de personaje y el capítulo extra inédito, pero que en ningún momento implican una gran variación en la historia que ya conocimos en 2010.
Viejas mecánicas, nuevos enfoques
Yoko Taro asegura que este proyecto es una "mejora" respecto al original, y eso queda patente, sobre todo, en el apartado jugable. Volvemos a contar con las mismas mecánicas que ya vimos en el original, lo que nos pone ante un action rpg con un buen ritmo en cuanto a los combates, pero que queda lejos de otros títulos centrados en la acción de corte similar.
Para mantener este buen ritmo en la acción y agilidad en la toma de decisiones se mantiene el hecho de poder configurar el DualShock 4 para aplicar los ataques, magias y defensas según nos parezca, algo que ya resultaba muy cómodo en el original y que aquí vuelve a demostrar su acierto, aunque si debo destacar algún "pero" a este hecho, probablemente sea el acceso a través del botón 'options' para acceder al menú. Quizás emplear la zona táctil para ello, a mi modo de ver, hubiera sido algo más cómodo.
Obviando este hecho, que tampoco supone nada que implique un drama, las raíces de las mecánicas se mantienen intactas y añaden algunas mejoras, de ahí de lo del nuevo enfoque, vistas en 'Nier Automata', como la facilidad para fijar y apuntar enemigos, así como las diversas misiones secundarias que podremos aceptar a lo largo del título, que se han mejorado levemente.
Gran diseño, bien en lo técnico
Ya lo decía al comienzo. No estamos ante un remake, pero tampoco ante un remaster, y en cuanto al apartado gráfico pues seguimos esta tendencia. Los diseños de personajes, ciudades y entornos naturales se mantienen como el original, lo que ya nos indica un buen nivel, independientemente de que luego, a la hora de llevarlo a la práctica, nos encontremos con unas mejoras muy leves en cuanto a lo técnico. El título se ha adaptado a resoluciones 4K, de hecho lo he jugado en una PlayStation 4 pro conectada a una televisión 4K HDR y luce resultón, sin llegar a ser nada que marque una gran diferencia, aunque se han mejorado modelados y distancia de dibujado.
En lo técnico vinculado al sonido sí que hay alguna que otra novedad más destacable. Se vuelve a contar con los actores que pusieron voz a los personajes originales, volviendo a regrabar algunas de sus tomas, incorporando otras voces nuevas y, lo más importante en este sentido, mejorando una banda sonora que ya sonaba a buen nivel hace una década.
Keiichi Okabe, compositor del original, regresa con una banda sonora ampliada. Algunos temas se han extendido en cuanto a su duración y otros se han creado específicamente para esta versión mejorada. También suma algunos enteros el que podamos disfrutar del título aplicando la banda sonora de su secuela, 'Nier: Automata'.
En conjunto, a la hora de disfrutar del título visualmente no podemos evitar el ser conscientes de que quizás Yoko y su equipo sí podían haber optado más por acercarse a un remake sin perder por el camino sus señas de identidad, como el uso tan peculiar que hace de la cámara, libre casi siempre en entornos exteriores, pero que al entrar en determinados lugares o momentos de la historia alterna entre posiciones cenitales y laterales que nos recuerdan a juegos más clásicos.
Conclusión
Los jugadores que ya disfrutaron del original pueden encontrar en esta versión un nuevo acercamiento al lore de la franquicia, ya que el principal reclamo para ellos reside en la incorporación del nuevo final. Aquellos que disfrutasen de 'Automata' y no jugasen al original sí tienen en él una oportunidad de sumarse a la franquicia y conocer de primera mano todos los elementos que le han ido dando forma en las mejores condiciones posibles partiendo de lo que ya existía y, por último, para los fans de la saga o de Taro, bueno, el contenido extra quizás pueda jugar a su favor, siempre y cuando tengan claro que no van a encontrar muchos elementos que no hayan visto ya a lo largo de esta década.