Androides vestidos de lolita que luchan contra robots alienígenas. En el medio que son los videojuegos ha habido conceptos más extraños que este, pero no deja de ser asombroso cómo los jugadores aceptamos ideas tan extravagantes casi con los ojos cerrados. Y lo hacemos más cuando se trata de lo que surge cuando una desarrolladora tan querida como Platinum Games y un director de culto tan respetado como Yoko Taro unen fuerzas: cuando vemos nacer 'Nier: Automata'.
Lo interesante de este concepto no es la combinación de fuerzas para mejorar los puntos flacos de cada uno. No es que la acción frenética de Platinum se fusione a la perfección con las historias de Yoko Taro: es que ambas partes no se conforman nunca con dejar de experimentar. Y eso hace de esta una de esas obras que apuntan a ser recordada para la posterioridad.
Emociones complejas
El argumento de 'Nier: Automata' nos lleva a seguir de cerca a 2B y 9S, dos androides que forman parte de la gran organización YoRHa, la cual dedica sus esfuerzos a luchar contra los robots que intentan reclamar la Tierra en ausencia de la humanidad. Nuestra misión es por tanto eliminar toda forma de vida mecánica que encontremos, acabar con la amenaza de la invasión alienígena y devolver la gloria a la humanidad.
Pero nada es tan simple en el mundo de 'NieR'. En su historia y misiones secundarias se tratan temas complejos que no suelen verse a menudo en otros videojuegos. Autoengaño, depresión e incluso el suicidio son sólo algunas de las cuestiones que se tratan, y muchas veces no con respuestas optimistas. Siempre hay lugar para el humor, pero este es un título altamente emocional que exige un cierto grado de madurez por parte del jugador.
Pero estas cuestiones hay que saber buscarlas. Una de las particularidades de este juego es que terminar la primera partida es poco productivo: para comprender su argumento y los mensajes que pretende transmitir necesita que el jugador vuelva varias veces más. Esas nuevas partidas transmiten el nivel y el equipo, además de añadir nuevos elementos jugables y escenas que harán que siempre merezca la pena jugar una vez más, y otra, y otra. 'NieR: Automata' engancha y no libera a sus jugadores una vez caen en su red, y hasta desbloquear los muchísimos finales que tiene el juego no podrá soltar el mando.
Combate puro y fresco
Si el argumento funciona, ¿qué podemos decir de su jugabilidad? Mucho. Platinum Games ha puesto toda la carne en el asador para ofrecer un estilo de juego que fusiona el concepto del 'NieR' original con lo mejor de 'Bayonetta' o 'Metal Gear Rising'. Combinamos los diferentes tipos de armas que coleccionamos y disparamos a la vez a nuestros enemigos para ofrecer un combate frenético y que exige toda la atención del jugador. En cualquier momento podemos dejar de luchar mano a mano y dedicarnos sólo a disparar y esquivar, o todo lo contrario.
Ese es el mayor punto fuerte de la jugabilidad del juego: la adaptación a nuestro estilo de juego. Podemos equipar ciertos chips a nuestro personaje que aumentan nuestras estadísticas o añaden nuevas funciones de combate, como aumentar el número de ataques con nuestras armas o incluso frenar el tiempo al realizar una evasión perfecta. Podemos añadir un buscador de objetos para el mapa o todo lo contrario: podemos eliminar toda la interfaz y jugar con una experiencia totalmente cinematográfica. Ni mapa, ni barra de vida. Jugamos como queremos.
Y aunque no contáramos con tantas opciones no podríamos caer en la monotonía. La palabra 'aburrimiento' no tiene cabida en este título: los combates se mantienen frescos cambiando constantemente su forma y esencia. Tan rápido podemos luchar en un entorno 3D como pasar a una vista lateral del mundo, tomar un vehículo de combate para disparar al clásico estilo matamarcianos o entretenernos en cortos minijuegos de pirateo. La batalla nunca se detiene, no permite acomodarse sin que nos llevemos una sorpresa. Se trata de una experiencia pura de Platinum Games.
Un mundo de caos
Por desgracia no todos los elementos del juego funcionan tan perfectamente como su argumento o su estilo de combate, y eso se nota en su mundo. El título opta por seguir la tendencia de los mundos abiertos donde podemos entretenernos con misiones secundarias o explorando nuestro alrededor. No termina de funcionar con el estilo de Platinum: son pocas las zonas a las que tenemos acceso, y el tamaño de estas es muy escaso para esta clase de mundos.
Las misiones secundarias tampoco terminan de acertar su tiro. Siempre merece la pena cumplirlas por el argumento que revelan y las nuevas líneas de diálogo, pero exigen cierto nivel de repetición que no beneficia al juego. Debemos recoger objetos, lograr dinero para ciertos NPC, eliminar grupos de enemigos... Muchas veces se nos pide viajar hasta ciertos puntos del mapa y después volver a hacerlo. Aunque su recompensa sea muy valiosa el proceso no es el mejor, cargando sobre el resultado final.
No es que no haya un cierto intento por recrear un mundo interesante. Algunos escenarios pueden ser preciosos de ver y admirar, como es el caso del parque de atracciones al que tenemos acceso pronto en la aventura. Pero no quita que quizás hubiese funcionado mejor como un juego linear en vez de como una aventura abierta. Y se nota especialmente cuando el juego dispone de un minijuego de pesca simplón y aburrido que nada aporta a la experiencia, pero que se agrega por la moda en los últimos juegos de mundo abierto... O de un exceso de paredes invisibles increíblemente molestas a la hora de explorar.
Gloriosa música
No podemos hablar de 'NieR: Automata' y no mencionar a Keiichi Okabe, compositor principal de esta entrega. Y es que la música de este juego es sencillamente increíble: se adapta a la jugabilidad con temas ambientales tranquilos, intensos temas, temas 8-bit o coros celestiales que pueden ponernos la piel de gallina. La música cambia y se transforma según lo pide el juego, y a veces lo hace experimentando con su propio entorno.
El mejor ejemplo viene dado en una escena temprana del juego. No hablaremos de los detalles de esta, pero su uso de la música a la vez que se desarrolla el gameplay hasta llegar a cierto punto impresiona tanto que llega a quedarse grabado en la memoria del jugador durante mucho tiempo.
En conclusión, ¿cómo queda 'NieR: Automata' frente a las expectativas que tenía el público en él? Muy bien, de hecho. No es un juego en absoluto perfecto, pero no quitan que sea un juego muy maduro, con una gran historia que contar y una jugabilidad clásica de Platinum Games que sienta de maravilla con los mensajes de Yoko Taro. Sus flaquezas son muy notorias, especialmente en lo relativo al diseño del mundo abierto, pero una vez te sumerges en el universo del juego la satisfacción está garantizada. Sus temas complejos y maduros, la maestría de mantener fresco el estilo de combate y las ganas de experimentar con el medio hacen de esta no sólo sea una obra excelente, sino que deseemos con mucha fuerza que en el futuro Yoko Taro y Platinum Games vuelvan a unir fuerzas para hacer algo tan único como es 'Nier: Automata'.
Analizada versión de PS4 en una PS4 estándar.