El 14 de Agosto 2018 | 17:11
El terror es un término muy amplio. Incluso si nos centramos única y exclusivamente en la industria de los videojuegos. Podemos hablar de fenómenos paranormales, de espíritus, extraterrestres o de cualquier otro aspecto más "desconocido". O simplemente podemos centrarnos en algo más grotesco y realista, y no por ello menos aterrador: por ejemplo la demencia, los asesinatos a sangre fría, o, directamente, la sangre en sí misma. Sin embargo, ¿dónde reside realmente el miedo? Este puede ser tanto racional, como irracional. El caso es que el miedo es una sensación que surge cuando percibimos que una situación real es peligrosa, pero que también puede aparecer cuando existe un temor que no necesariamente es real (por realizar interpretaciones erróneas de algún estímulo o suceso, normalmente).
¿El camino fácil?
¿Por qué entonces se suele elegir ese miedo irracional mucho más que el racional? La respuesta es complicada, pero el caso es que no abundan los videojuegos que utilicen única y exclusivamente -o por lo menos mayoritariamente- situaciones reales para provocar auténtico pavor a los jugadores. Y quizás una de las claves sea precisamente esa: que es algo a lo que realmente le tienes que temer. Algo que te puede pasar de verdad, aunque no necesariamente te vaya a ocurrir. Algo con lo que, a fin de cuentas, puedes empatizar (si esa es la palabra) fácil y rápidamente. Por todo eso y mucho más, siento la necesidad de aplaudir a estudios como Honor Code, que no han decidido tomar el camino fácil, y que han conseguido como resultado final un juego original, bastante divertido y, cuanto menos, sobrecogedor.
El caso es que lo que empezó como un proyecto de estudiantes, es hoy en día una auténtica realidad. Un título a caballo entre el indie convencional y ese juego que no aspira a triple A pero sí a un título de dimensiones más que interesantes. Tras su paso por PC y Xbox One, donde por cierto fue compatible con los distintos dispositivos de realidad virtual, llega ahora a PS4, donde se encuentra disponible desde el pasado 24 de julio. Su precio es de 20,99 euros y conserva las virtudes de las ediciones anteriores, pero con una ausencia bastante destacable: su compatibilidad con PS VR. En otras palabras, estamos ante la única versión del juego que no tiene soporte para realidad virtual, aunque entendemos que es algo que se acabará solucionando con el paso del tiempo.
Un híbrido único
En cuanto al juego en sí, bien podríamos decir que estamos ante una aventura de terror psicológica que mezcla elementos de cualquier juego de acción en primera persona con toques de exploración y puzles. Pero, ante todo, hay que dejar claro que no es un título convencional. No solo por el contexto que nos pone por delante, como veremos a continuación, sino también porque antepone la ambientación, la narrativa o la capacidad para crear sensaciones al jugador a la propia jugabilidad. Lo cual no significa que renuncie a ella, pues durante las 4-5 horas que dura la aventura en su primera vuelta, podréis apreciar como algunas ideas jugables casan realmente bien con lo que normalmente habría sido únicamente un juego contemplativo.
Aunque si fuera únicamente eso -es decir, un juego de narrativa-, 'Narcosis' también tendría derecho a sentirse especial. Nosotros encarnamos a un hombre que, a través de sus actos, nos cuenta su historia de supervivencia. Una que, como él mismo dice, se desarrolla dentro de un "ataúd andante". Aunque para ser más exactos, encarnamos a un trabajador de una compañía oceánica que, tras una investigación minera bajo el mar, se ve envuelto en una auténtica catástrofe. Nos encontramos solos, perdidos, y tiene toda la pinta de que no hay muchos supervivientes. ¿Es eso lo que da miedo? No, en absoluto: el miedo es más real. Es lo que te puede pasar, la falta de oxígeno, las criaturas marinas desconocidas, o, simplemente, la soledad de tu alma.
El mar, el auténtico desconocido
He aquí los ejes sobre los que giran tanto la narrativa del juego como la propia jugabilidad. Por un lado, por la naturaleza de nuestro protagonista: un hombre vestido con un traje de buzo, de por lo menos media tonelada de peso. Y por otro, por la naturaleza del propio medio: el océano en su vertiente más profunda. Y al principio hemos hablado del terror; ¿cómo se traduce en esa propuesta? Pues del mismo modo en el que transcurriría si ese protagonista fueras tú, así de simple. El temor a la soledad, a encontrarnos nuestros compañeros muertos, a no sobrevivir por la falta de oxígeno, a ser el plato favorito de la fauna local... Solo que, todo esto viene aderezado con una pizca de terror paranormal. Elementos que teóricamente no son reales, pero que tienen su explicación en el argumento -más allá de las alucinaciones que cualquier ser humano sufriría ante la falta de oxígeno.
De hecho, su ambientación recuerda por momentos -y de manera más que evidente- a propuestas como 'F.E.A.R.' o incluso 'BioShock', títulos de los que en realidad está muy alejado a nivel jugable. En cuanto al primero, por esos elementos scriptados que nos vamos a ir encontrando por el escenario, relacionados con ese toque paranormal que comentábamos. Y en el caso del segundo, por esa sensación de soledad y ambiente marino. De todas formas, cabe destacar que aunque se aplaude esa intención de mezclar el miedo racional con el irracional, es una fórmula que en la práctica -en este juego nos referimos-, no acaba de funcionar. Más que nada porque, en cuanto a lo paranormal, en ningún momento te asustas. De hecho, salvo en alguna ocasión muy contada, ni siquiera llega a suponer un peligro real, que amenace de verdad a nuestro protagonista.
El ataúd andante
Lo que sí funciona de verdad es esa sensación de claustrofobia y de soledad. Aumentada, y mucho, por el agobio que supone la oscuridad, el miedo a no encontrar el camino cuando se nos agota el oxígeno, o la aparición de seres ante los que nada podemos hacer (aunque vayamos puñal en mano). Lo más interesante de todo, es que esas ideas están plasmadas de manera bastante brillante a nivel jugable. El título se basa más en encontrar el camino correcto que en superar peligros, de manera que la exploración o la aventura tienen más importancia que la acción. Sin embargo, nos encontramos también un montón de situaciones en las que tendremos que hacer uso de las habilidades de nuestro traje de buzo.
De hecho, los controles son más bien sencillos y las tareas a realizar también. Por un lado nos movemos con el stick izquierdo, mientras que con el derecho modificamos nuestro ángulo de visión, como en cualquier shooter en primera persona. Aquí la particularidad está en que mover el protagonista implica mover el personaje entero (con el traje), mientras que girar la cámara implica girar únicamente la persona que hay dentro del traje. De esa manera se consigue transmitir todavía mejor lo que siente realmente el protagonista, y la movilidad reducida que tendríamos de encontrarnos nosotros en esa situación. Lo que en combinación con la ambientación que hemos contado, e incluso la vibración del Dual Shock 4, consigue crear una inmersión prácticamente inmejorable.
Grandes ideas; ejecución mejorable
Lo interesante, es que más allá de encontrar el camino correcto y resolver pequeños puzles (algunos muy buenos, y lamentablemente poco recurrentes a lo largo de la aventura), también tendremos que resolver continuamente interesantes situaciones de plataformas. Y lo haremos mediante la capacidad de jetpack con la que viene incorporado el traje que llevamos. De esa forma, podremos movernos a más velocidad y elevarnos ligeramente por encima del suelo para llegar a salientes alejados. No son secciones especialmente complicadas (aunque hay algunas situaciones interesantes que juegan hasta con la gravedad), pero sí que ayudan a sentir que estamos ante algo más que un juego de narrativa. Además, la falta de oxígeno es prácticamente constante, y es algo que también le da un toque más de profundidad a nivel jugable, sobre todo cuando nos encontramos o bien ante escenarios gigantescos y con muchos caminos que recorrer (generalmente en el fondo del mar), o bien en escenarios más cerrados pero con múltiples estancias que visitar y algunos pequeños rompecabezas que resolver.
En realidad las bombonas de oxígeno no escasean por el escenario, y morir implica simplemente empezar desde el último check point. Pero la gracia está en que hay ciertas situaciones que provocan que el protagonista pierda oxígeno a ritmos más elevados. Por ejemplo encontrarse el cuerpo de un amigo muerto (uno de los elementos secundarios del juego consiste en encontrar toda la tripulación de la compañía), toparse con un fenómeno extraño, o incluso ser atacados por un pez globo. Y hablando de la parte de acción del juego, la verdad es que aunque las mecánicas son simples, se agradece esa variedad. Generalmente hablamos de peces que nos atacan -todos con el mismo patrón- y que tenemos que repeler con nuestro cuchillo, aunque también encontramos arañas gigantes que son invencibles y que debemos más bien evitar. En ese sentido, tenemos muchas posibilidades: desde utilizar el sigilo, a tirar nuestras bengalas para despistarlas (otro elemento importante a la hora de orientarnos, por cierto).
Una de cal y otra de arena
Gráficamente es un título con una dualidad importante. Por un lado, hay que ser justo y destacar el tremendo trabajo que su equipo ha realizado, más teniendo en cuenta que empezó como un proyecto estudiantil. Además de una ambientación sublime, se ha conseguido crear un mundo marino realista, bastante vivo y con muchos detalles interesantes. Sin embargo, aunque algunos efectos gráficos (que además no comentaremos por no spoilear) están realmente bastante bien, otros detalles como por ejemplo las texturas, no están al nivel de la generación actual. No hay ningún error que impida jugar, ni bajadas del frame rate o algo parecido, lo cual también es un punto a su favor, pero es verdad que en ciertos aspectos se nota algo desfasado. Para que nos entendamos, es otro de los puntos en los que recuerda a 'F.E.A.R' (el original), que en su día era un prodigio, pero que ahora se nos antoja algo anticuado.
Y aún así, es capaz de entrar por los ojos, y también por los oídos. Y eso que la banda sonora no es que tenga precisamente una gran presencia. Más bien hablamos de sonidos ambientes y pequeñas melodías de acompañamiento que encajan realmente bien con los escenarios que visitamos y las anécdotas que le van ocurriendo al protagonista. Además, el juego cuenta con un doblaje realmente profesional, aunque esté únicamente en inglés (por suerte, hay subtítulos en castellano y los menús también están en nuestro idioma). Un doblaje que brilla aún más, por otra parte, gracias a la manera de contar la historia: a través de una entrevista que el protagonista realiza en un espacio temporal posterior a lo que estamos viviendo en el juego. No spoilearemos nada, pero cabe decir que la conversación, así como las reflexiones del protagonista, son capaces de mantenerte pegado a la pantalla de principio a fin. Por no hablar del desenlace final, totalmente inesperado y de una brillantez bastante elevada. Para mí, lo mejor del juego incluso.
El miedo fugaz
Aunque llegados a este punto hay que hablar del gran Talón de Aquiles del juego: su durabilidad. No es ya el hecho de que la primera vuelta a la aventura nos vaya a durar apenas 5 horas (incluso menos si morimos menos o nos orientamos realmente bien en las fases más abiertas), sino incluso la sensación de que más allá de la exploración o los Trofeos (sobre todo a la hora de ir encontrando la tripulación y sus objetos personales) no hay mucho más que hacer. Además, la historia atrapa, pero lo hace en gran parte por la incertidumbre de no saber qué es lo que va a ocurrir. Y es uno de esos juegos que pierde interés a la hora de ser rejugado pensando precisamente en el argumento. A esto hay que añadir el hecho de que tiene un precio algo más elevado que otros títulos independientes parecidos (20,99 euros), lo cual no estaría tan mal si no fuera por el otro gran problema de 'Narcosis' en su versión para PS4.
O dicho de otro modo, de no ser por la ausencia, más que destacada, de compatibilidad con PS VR. Algo que, como he comentado antes, probablemente se solucione mediante un parche o DLC. Ojalá acabe siendo lo primero y no lo segundo, porque volver a pasar por caja es un movimiento que no se entendería (aunque lo dudo, por otra parte). En otras palabras, es el mismo precio que las versiones que llevaban un año en el mercado (PC y Xbox One), pero sin el gran atractivo de aquellas. Aunque también es de recibo asegurar que la experiencia resulta igualmente inmersiva (que no en la misma medida) sin necesidad de ponernos los cascos. Y al final, la sensación es de que realmente hemos vivido una aventura marina en la piel de un superviviente, en mayúsculas.
Conclusiones
En definitiva, este es el típico título del que normalmente pasarías si ves un vídeo. Su ritmo es más bien lento, la jugabilidad es en ocasiones algo tosca (por la naturaleza del personaje, claro está) y la variedad no es lo suficientemente amplia como para que el juego hubiera durado más de lo que realmente dura. De hecho, si no eres un gran apasionado del género o de las aventuras narrativas, en parte no lo recomendaría. ¿Por qué entonces le he dado un 7,5 de nota? Te preguntarás. La respuesta es sencilla: bajo todos esos defectos, la ausencia destacada de VR o un proyecto de características nobles, se encuentra un título único en el mercado. Con una propuesta original, un argumento sólido (y un desenlace genial), una ambientación sublime y, sobre todo, capaz de apostar por el género del terror de un modo diferente a lo habitual. Además, jugablemente tiene ciertos momentos brillantes, que gustarán a los amantes de las aventuras o las plataformas, y lo más importante: es uno de esos juegos que te dejan con buen sabor, que recuerdas durante tiempo porque tiene algo especial. Algo me dice que algún día lo darán en PS Plus, y entonces será cuando regreses a este análisis y le des una oportunidad.
Lo mejor:
- Consigue transmitir lo que siente el protagonista de forma muy realista.
- La narrativa es excelente. Bien contada, estructurada y con un desenlace final muy convincente.
- La ambientación es uno de sus puntos fuertes.
- Tiene grandes ideas a nivel jugable.
Lo peor:
- Aunque, por otra parte, no las explota como es debido.
- Algunas deficiencias en el control, aunque tengan su explicación por la naturaleza del protagonista.
- Esa dualidad entre lo real y lo paranormal no acaba de funcionar del todo bien.
- Es demasiado corto y no ofrece ningún incentivo interesante una vez terminado.
- Incomprensiblemente, es la única versión que no ofrece soporte para realidad virtual.