La franquicia 'Mortal Kombat' cuenta ya con más de treinta años de vida en la industria y en ocasiones es necesario dar un paso atrás para avanzar. Cuando te enfrascas en contar historias de prácticamente los mismos personajes durante muchas entregas, llega un punto en el que se crea una madeja tan intricada que ya pierde el sentido y la implicación emocional no puede ser la misma que antaño. Por esto mismo, el reboot a nivel narrativo de 'Mortal Kombat' pueda ser de las mejores decisiones tomadas por NetherRealm. Hacía falta hacer borrón y cuenta nueva para conseguir algo fresco e interesante, que permita entrar a nuevos jugadores, pero que también tenga en cuenta a los veteranos que ya peinan canas. El equipo de Ed Boon ha hecho un excelente trabajo en este aspecto, creando puentes tanto en la historia como en la jugabilidad. Han querido dejar claro desde el primer momento que esto es un nuevo comienzo, por eso mismo en la portada han dejado el número. Esto no es una reinvención como 'God of War' o 'Tomb Raider', esto es una vuelta a los orígenes. Esto es 'Mortal Kombat 1'.
La justificación de este reinicio, en cuanto a historia se refiere, es que Liu Kang, después de derrotar a Kronika y Shang Tsung, reconstruye el universo para volver a los tiempos de paz y cede el testigo de Guardián del Tiempo a Geras. En este punto comienza la campaña de 'Mortal Kombat 1', la cual este año tiene una importancia capital y se nota en la cantidad de recursos que han dedicado a hacerla más cinematográfica que nunca. Completarla nos llevará alrededor de siete horas, gran parte de las cuales serán secuencias cinemáticas muy trabajadas. Cada capítulo está centrado en uno de los personajes, espolvoreado con varias peleas, que se desarrollan de manera orgánica, no se sienten forzadas. Esta historia sirve tanto para los recién llegados como para los veteranos. Los primeros pueden conocer de esta forma quiénes son los personajes más importantes de 'Mortal Kombat' y cómo han llegado hasta ese punto, mientras que los segundos recordarán sus orígenes y verán los pequeños cambios que se han realizado para la ocasión y multitud de referencias a pasadas entregas. Resulta muy interesante ver cómo Raiden es un mero campesino sin ningún tipo de poder sobre los truenos y rayos o cómo Kenshi mantiene de momento su visión. A todo esto hay que añadirle la impresionante calidad gráfica (sin contar la esperpéntica versión de Nintendo Switch) conseguida por el estudio y los espectaculares diseños de la mayoría de personajes (el trío del clan Lin Kuei, Sub-Zero, Scorpion y Smoke, no puede molar más). El resultado es muy atractivo y disfrutable. Además de que se puede configurar el nivel de dificultad para cualquier tipo de jugador. Aunque no seas muy ducho en los fighting games, puedes bajar hasta muy fácil y disfrutar tanto de los combates como de la historia.
Completada la historia nos encontramos con un modo de juego igual de clásico como de vacío, que son las Torres. Éstas son de varias alturas, algunas incluso infinitas, hasta que el cuerpo aguante (en una de ellas recuperas salud entre combates, en otra no, el desafío definitivo). Su única utilidad es conseguir experiencia y nuevos cosméticos para nuestro personaje principal y ver diferentes epílogos, que realmente no aportan mucho. Por suerte, todavía nos queda el modo Invasiones, que, aunque tiene muchas cosas que mejorar, es el más interesante jugablemente.
Lo primero de todo, no hay que confundir este Invasiones con el modo Invasión de 'Mortal Kombat X', el cual se activaba cada cierto tiempo en forma de un jefe con muchísima salud. Esto es algo más profundo y que nos tendrá ocupado más tiempo. Las Invasiones funcionan por temporadas y en esta primera tenemos a Scorpion buscando por cientos de líneas temporales una en la que su mujer Harumi siga viva. Esto no es más que una mera excusa que afecta en más bien poco a lo que hacemos dentro del modo.
Tenemos un tablero (varios en realidad, que se llaman mesetas, y son localizaciones diferentes) en el que nos vamos moviendo por las casillas hasta alcanzar el punto final donde un portal nos llevará al siguiente. La gran mayoría de casillas son combates normales, algunos con modificadores para hacerlos más entretenidos y variados, pero no se llegan a crear situaciones demasiado locas ni originales, teniendo en cuenta la cantidad de peleas que tenemos que hacer. A la larga se hace un poco repetitivo y falto de dificultad. Nuestro personaje va ganando experiencia conforme va ganando (con algún potenciador, como acabar con un fatality o flawless victory) y podemos asignar cinco puntos a diferentes estadísticas con cada subida de nivel, adaptándonos así a nuestra forma de pelear. El progreso y la subida de nivel es muy lento y se hace algo pesado, aunque es el precio a pagar por no pasar por los micropagos, que no son pocos los que hay. Este modo de juego es el que más potencial tenía y el más desaprovechado con diferencia. Las peleas se hacen repetitivas al poco tiempo, las casillas tienen muy poca variedad, no hay apenas profundidad en el desarrollo y, además, la cámara funciona fatal en el tablero y no la opción de un plano cenital para saber hacia dónde tenemos que ir o qué lugares nos queda por visitar.
El sistema de combate es sorprendentemente continuista teniendo en cuenta que estamos ante un reinicio suave de la franquicia. La esencia de 'Mortal Kombat 11' se mantiene prácticamente intacta, con ligeros detalles cambiados, algunos añadidos y otros eliminados. Los combos sigue siendo igual de importantes que siempre, volviendo a abrir un abanico que se había cerrado recientemente con el combate aéreo. Perdemos toda la interacción con el escenario. A cambio, ganamos un nuevo sistema de asistencia en pelea, que son los kameos. Se trata de personajes que entran en el ring del combate para realizar un ataque y volver a su esquina invisible. Estos se convierten en una pieza clave tanto para defensas de último minuto como para encadenar los combos más largos de la saga. En los foros especializados, los expertos ya están compartiendo su experiencia con las diferentes combinaciones posibles entre luchadores y kameos. Además, estos personajes invitados también cuentan con su propio fatality, así que la masacre está asegurada.
El plantel de personajes siempre es un tema delicado en todos los juegos de lucha y nunca dejará a todo el mundo satisfecho. En el caso de 'Mortal Kombat 1', tenemos 22 personajes (no contamos a Shang Tsung, ahora vamos con eso) y 15 kameos (algunos repetidos, pero en forma de diferentes versiones). Por supuesto, ya está anunciado el primer DLC -que no será el último-, con personajes invitados como Homelander (Patriota en 'The Boys') o el Pacificador (de DC Comics), añadidos bastante interesantes. La plantilla se antoja algo pequeña, aunque hace un buen trabajo a la hora de mantener luchadores clásicos que tienen que estar sí o sí y traer algunos olvidados a lo largo de los años. Lo de Shang Tsung es la mayor jugarreta de Warner en este aspecto, ya que estaba disponible como incentivo de reserva y luego sólo se puede conseguir pagando (8 euros, que no es poco). La cuestión es que estamos hablando del villano principal de la historia de 'Mortal Kombat 1', y además, por si esto fuera poco, lo controlamos en la campaña, pero no podemos hacer uso de él en otro modo si no pasamos por caja.
Conclusiones
En definitiva, 'Mortal Kombat 1' es un punto de entrada excelente para cualquier amateur del género, tanto para el que quiera simplemente disfrutar de la espectacular historia que cuenta como para el que quiera aprender desde abajo con sus profusos tutoriales. En cuanto para los expertos en los juegos de lucha, también hay hueco gracias a una base jugable que ya venía depurada y que se han modificado pequeños detalles (para bien y para mal) para continuar puliendo, aunque su principal novedad es el sistema de kameos, que puede dar mucho de sí hasta llegar a conseguir la pareja perfecta. Los mayores defectos que le encontramos es una excesiva presencia de micropagos (que se intenta ocultar mediante una estructura de progreso que requiere de demasiado grindeo) y una escasa variedad de modos de juegos, especialmente para aquellos que no estén tan interesados en la lucha online. Invasiones se queda muy a medio gas y no llega a convertirse en una alternativa viable para darle más esperanza de vida al juego.