El 30 de Mayo 2020 | 12:00
'Minecraft Dungeons', el nuevo título de Mojang Studios y Double Eleven, salió a la venta el pasado 26 de mayo. Se trata de un título multiplataforma que se encuentra disponible desde el día de lanzamiento en Xbox Game Pass, y que nos permite recorrer los rincones de este entrañable universo desde una perspectiva totalmente distinta. Os invitamos a descubrir junto a nosotros lo que se esconde en estas misteriosas mazmorras.
Un desafío sin un gran héroe protagonista
Cuando vemos un juego del estilo de ' Minecraft Dungeons', rápidamente nos viene a la cabeza la saga por excelencia en este campo: 'Diablo'. Muchas veces parece que olvidamos los puntos débiles de este, como puede ser la duración de la campaña, pero a nadie parece importarle porque el juego te invita a encadenar misión tras misión y partida tras partida. Esto es precisamente lo que yo esperaba de este spin off de 'Minecraft' y creo que lo cumple.
El sistema de loot es bastante amable con los jugadores, y fácilmente consigues equipo que va incrementando poco a poco el poder de tu héroe. Esto hace que vayamos constantemente reemplazando nuestras armas, nuestra armadura y nuestros artefactos (estos son los que nos permiten curar, protegernos, paralizar al enemigo, llamar a un aliado/mascota, etc.). Además, cada vez que subimos un nivel conseguimos un punto de encantamiento que nos permite hechizar nuestra armadura, nuestra arma cuerpo a cuerpo o nuestra arma a distancia. Esto provoca que difícilmente puedes encariñarte con una, ya que al conseguir una mejor quieres recuperar puntos para hechizarla. ¿Cuál es la solución? Deshacerla.
A este sistema de progresión, hay que sumarle que no existe la posibilidad de acudir a un mercader y comprar un tipo de arma o artefacto concreto, por ejemplo un espadón, un pico o un tótem regenerador de salud. Entonces... ¿Podemos comprar equipo? Sí, pero lo que adquirimos son unas loot boxes que aumentan de precio con el poder y nivel de nuestro personaje y que nos dan un objeto al azar. Por ejemplo, yo no pude probar una katana hasta pocas horas antes de escribir este análisis. Los hechizos marcan la diferencia, y una buena combinación puede salvarte la papeleta en más de una ocasión: encadenar a los enemigos, hacer que exploten, que reboten o se dividan las flechas, absorber vida del adversario, lanzar una ráfaga zonal, etcétera.
Lo que he echado muchísimo de menos, es que existieran unos prototipos de héroes predeterminados, aunque sea con una única habilidad especial, que se complementan entre ellos e invite a generar nuevos personajes y seguir jugando. Las habilidades dependen única y exclusivamente de los artefactos que conseguimos. Estos se activan mediante un cool down y van desde unos fuegos artificiales que podemos disparar con nuestro arco o ballesta, hasta un trozo de carne que invoca a un lobo o un medallón que convierte a unos enemigos en aliados haciéndolos explotar al acabar el conjuro. Después hay otros que dependen también de los enemigos que matamos, ya que atrapamos sus almas y estas las utilizamos para atacar. Por ejemplo, hay un medallón que lanza una explosión zonal (cuantas más almas, más potente es) o un pararrayos que hace que caigan rayos sobre los enemigos. Incluso hay armas a distancia que utilizan estas almas.
Welcome back
A lo largo de nuestra misión para salvar el mundo de las garras del malvado archimaldeano, 'Minecraft Dungeons' se irá adaptando a las particularidades de nuestro personaje, concretamente a su poder (el elemento que marca nuestra progresión). A lo largo de las 9 misiones que forman parte de la historia principal, veremos cómo la dificultad se va ajustando a través de unos niveles, del 1 al 6, que forman parte de cada una de las tres dificultades: predeterminado (fácil), aventura (intermedia) y apocalipsis (difícil). Cada vez que mejoramos el equipo y aumentamos nuestro poder, el juego nos irá aconsejando el nivel del 1 al 6 que más se ajusta al nuestro, nos bloqueará aquellos excesivamente sencillos y nos avisará de los más complicados.
Cuando completamos la primera vuelta en fácil, que puede durarnos unas 4 o 5 horas; desbloqueamos el rango intermedio, que al completarlo desbloquea la máxima dificultad. Además, esto implica que aparezcan enemigos más poderosos, más resistentes y en cantidades mayores. Por supuesto, las recompensas van mejorando, con armas que se adecuan a nuestro poder y que podemos encantar con conjuros más poderosos y efectivos. Puedo aseguraros de que las sensaciones de la primera vuelta no tienen nada que ver con las de la tercera.
Otro detalle interesante, son las mazmorras opcionales que vas encontrando y que te permiten enfrentarte a nuevos desafíos, con más enemigos para derrotar, más cofres por descubrir y más equipo por recolectar. Algunas de ellas no son fáciles de encontrar, y requieren resolver algún que otro puzle interesante; de hecho en algunos mapas os encontrareis con áreas que parecen guardar algún secreto pero que no son accesibles ni en la máxima dificultad... ¿alguna sorpresa de cara al DLC?
Otro añadido interesante hubiera sido incluir un mayor número de enemigos, a medida que damos más vueltas al juego, en lugar de limitarse a potenciar los existentes. Nos encontraremos con enemigos conocidos como las arañas, los esqueletos, los creepers, incluso los enderman, pero también hay alguna que otra sorpresa. El total quizás no es un número muy amplio, tampoco me parece excesivamente pequeño, pero cuando se acumulan multitud de enemigos si se nota su repetición en exceso.
Un entono infrautilizado
Una de las cosas que más me han impactado, negativamente, es el escaso protagonismo que tienen los escenarios de 'Minecraft Dungeons', así como la poca interacción que tenemos con ellos como jugadores. Una de las señas de identidad de 'Minecraft' es la oportunidad que brinda al jugador para convertir en realidad la construcción que desee. Todos estamos de acuerdo en que este spin off parte de una premisa totalmente diferente, más centrada en la acción y el combate, pero me parece un error no haber aprovechado en absoluto esa posibilidad de moldear el mundo a tu antojo.
En cuanto tuve el primer pico lo primero que hice fue tratar de abrirme camino entre distintos elementos del escenario para comprobar hasta qué punto nos permitía jugar con él... Mi decepción fue absoluta al ver que no podías hacer nada, algo que me pareció un fallo, ya que pensar en la posibilidad de poder abrir tus propios caminos en determinadas situaciones (por ejemplo para subir a un terreno elevado) o, incluso, crearte una cobertura para resguardarte de los enemigos a distancia, etc. Hay muchas alternativas, es lógico que no pudiéramos utilizar eso para atravesar algunos muros concretos o ante los jefes finales de cada pantalla pero... ¿Por qué no para desplazarnos por el nivel?
Aunque ya no es sólo lo que pudo haber sido, sino que no tenemos la posibilidad ni de segar un matorral (al estilo 'Zelda') o talar un árbol que nos quita toda la visibilidad de la zona. Este dialogo que mantenemos con el mapeado se limita a accionar unos pocos botones, palancas y a abrir los cofres. Fin. Entre las posibilidades prácticamente infinitas que ofrece el título original y las ínfimas que ofrece 'Minecrfat Dungeons', existe una amplia gama de alternativas que podrían haber aportado un toque único y diferente a la propuesta.
Otro hándicap en esta faceta es que todos los escenarios están bastante vacíos, no tienen una extensión muy amplia (con la excepción de alguna mazmorra opcional) y tampoco encontramos una gran cantidad de cofres o mazmorras opcionales que recompensen la exploración. Por si fuera poco, si sois de aquellos que se mueven únicamente siguiendo el indicar que señala el camino, completareis la primera vuelta de una manera bastante rápida. Personalmente, he echado de menos escenarios más laberinticos y que jugarán más con distintas alturas. Pese a todo, se tratan de mapas procedurales, que se generan aleatoriamente en las distintas partidas, aunque mantiene una estructura general bastante similar, en algunas misiones se aprecia más claramente que en otras.
Un diseño inconfundible
'Minecraft', sin haber sido un referente gráfico en ningún momento, ha conseguido que todos identifiquemos ese peculiar aspecto pixel art con esta franquicia. Es una parte importante del juego y, posiblemente, el aspecto más relevante de su identidad visual. Por supuesto, en 'Minecraft Dungeons' este elemento no cambia. Los personajes seguirán teniendo los mismos moldeados, los animales igual, los enemigos clásicos también y lo mismo ocurre con los elementos del escenario. A nivel global, todos los que hayan disfrutado mínimamente de este apartado en el título original, lo harán también en esta ocasión. Las animaciones también son fácilmente reconocibles e identificables por parte de los jugadores más expertos.
Los sonidos es otro de esos elementos que mantienen un acabado clásico. El sonido al abrir un cofre, el ruido que realizan los animales que pastan por la zona, el sonido amenazante y las explosiones de los creepers, etcétera. Quizás una banda sonora más animada que amenizara las pantallas de carga, o que nos acompañara durante la estancia en la aldea donde elegimos la misión habría sido lo ideal. Hay alguna pequeña melodía para esos lapsos de tiempo pero que no tiene gran trascendencia.
Desde un punto de vista técnico, el videojuego funciona a una resolución de 4K y a 60 fps en Xbox One X, que es la plataforma que nosotros hemos utilizado. Jugando en solitario no hemos experimentado ningún problema de rendimiento grave, más allá de alguna ciada de framerate cuando se acumulan en pantalla gran cantidad de enemigos magias, explosiones, los efectos de luz de algunas armas o artefactos quedan realmente bien en pantalla (por ejemplo el rayo). Donde sí se aprecian más problemas son en las partidas multijugador en línea de varios jugadores; con problemas de lag en algunos momentos inoportunos y algunas caídas de fps. Pero el mayor problema que he encontrado me ha sucedido con una pantalla concreta, en dificultad apocalipsis y jugando online, ya que era entrar al nivel y crashear el juego. No obstante, esta situación parece haberse arreglado con el parche de lanzamiento.
Conclusiones
En definitiva, 'Minecraft Dungeons' no es el juego de rol definitivo, pero es una adaptación más que correcta que los amantes del género o la franquicia podrán disfrutar, sobre todo jugándolo en compañía. Mirándolo con perspectiva, hay grandes referentes de este género que no cuentan con una campaña especialmente extensa (en cuanto a duración o número de misiones), pero lo cierto es que el aumento de la dificultad, la constante progresión del personaje y el incremento del número de enemigos en pantalla invitan a rejugar sus distintos niveles; especialmente las mazmorras opcionales que están repletas de monstruos y tesoros.
Al mismo tiempo, se echa de menos una variedad de personajes que inviten a cambiar entre ellos y volver a jugar, aunque esto queda algo subsanado debido a que el mismo juego te obliga constantemente a probar nuevas armas, artefactos, etc. La prácticamente nula interacción con los escenarios y algunos problemas técnicos en las partidas multijugador son las grandes lagunas que presenta el trabajo de Mojang Studios y Double Eleven. Pese a todo, se trata de un juego muy disfrutable por todos los públicos y que está disponible para las principales plataformas del momento a precio reducido (20 euros).
NOTA: Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga proporcionado por el equipo de Xbox España.
Lo mejor:
-Progresión ágil y fluida del personaje.
-Varios niveles de dificultad que invitan a volver a jugar.
-Mazmorras ocultas.
-Buena variedad de armas y artefactos.
-Cooperativo local y en línea para 4 jugadores.
Lo peor:
-Falta de clases/roles que diferencien los personajes.
-Poca variedad de enemigos y misiones.
-Escasa interacción con los escenarios.
-Historia anecdótica.