La existencia de 'Metal Hellsinger' era una cuestión de tiempo teniendo en cuenta su más que evidente influencia: 'Doom'. La frenética jugabilidad del juego combinada con su contundente banda sonora sólo puede tener un resultado posible: un juego de ritmo con heavy metal de fondo. El concepto es tan sencillo como brillante. Los encargados de llevarlo a cabo y ejecutarlo son el estudio sueco de The Outsiders (ahora con una participación mayoritaria del gigante Funcom) y no podemos negar que el resultado ha sido más que sorprendente y satisfactorio. Evidentemente, cualquier persona que no le guste este género debe alejarse cuanto antes de 'Metal Hellsinger' porque los dolores de cabeza están asegurados. Sin embargo, si jugabas a 'Doom' moviendo la cabeza al ritmo de las guitarras y el doble bombo de la banda sonora, definitivamente éste es tu... infierno.
En 'Metal Hellsinger' tomamos el control de la Extraña, una entidad demoníaca que ha sido silenciada (literalmente) por la misma reina del infierno, la Inquisidora. Por lo tanto, nuestro objetivo es abrirnos paso a través de ocho diferentes niveles del infierno y hacer frente a la temida gobernante, abriéndonos paso por su ejército de demonios -y quizás alguien más-. Nuestro Virgilio en esta aventura por los círculos será Paz, una calavera que nos va explicando cómo funcionan las cosas por ahí, que le pone voz un Troy Baker que se nota que está disfrutando mucho (los textos sí que están traducidos al español).
Antes de meternos de lleno con cómo se juega 'Metal Hellsinger', hay que destacar uno de los apartados más importantes: la música. Para la ocasión, The Outsiders ha contado con varios de los cantantes y compositores más prominentes del género para crear canciones específicamente para el juego. Podremos escuchar temas de gente como Serj Tankian (System of a Down), Matt Heafy (Trivium), Mikael Stanne (Dark Tranquility) o Alissa White-Gluz (Arch Enemy).
La conversión de FPS a juego de ritmo implica tantos cambios a nivel jugable que vamos a necesitar cambiar por completo nuestra forma de jugar: desde cuándo y cómo pulsar el gatillo hasta las partes del HUD de las que tenemos que estar atentos. Justo al lado de la retícula, unas flechas nos indican cuándo debemos efectuar la acción que deseamos para mantener el ritmo a la perfección, porque aquí no se trata sólo de disparar, sino también ejecutar a los enemigos, recargar el arma o realizar un dash. Parece difícil y, no lo vamos a negar, al principio lo es. Quizás lo peor de 'Metal Hellsinger' es que se guarda pocos ases bajo la manga en cuanto a mecánicas jugables, en el tutorial prácticamente ya hemos aprendido todo lo que hay que aprender. Por supuesto que vamos a necesitar varios minutos -o incluso horas- para adaptarnos a esta jugabilidad, pero la base está toda ahí en el tutorial. Con el paso de los niveles lo que debemos hacer es acostumbrarnos a los diferentes tempos de cada nueva arma. Por lo tanto, nos encontramos con una curva de aprendizaje escarpada al principio, con un final muy satisfactorio, así que paciencia, que los riffs de guitarra nunca salen perfectos nada más empezar.
Mantener un buen ritmo y encadenar varios "perfectos" seguidos tiene también su recompensa, más allá de una mayor puntuación y un mayor daño a los enemigos. En el HUD aparece un multiplicador que se va rellenando conforme más notas acertamos, hasta un máximo de 16x. Una vez llegamos a este punto, comenzamos a oír las voces de la canción, porque hasta entonces sólo podíamos escuchar los instrumentos. Aunque puede parecer algo difícil llegar hasta este punto y disfrutar plenamente de las canciones compuestas en exclusiva para el juego, muchos escenarios incluyen power-ups que recogemos y nos dan un empujón para llegar hasta el deseado 16x.
De los aspectos más interesantes, o cuando menos, curiosos, de 'Metal Hellsinger' es que incluye elementos de 'bullet hell', ese género muy querido en Japón en el que la pantalla se llena de ataques en forma de bolas. Algunos enemigos hacen uso de forma somera de esta técnica (la gran mayoría prefieren los ataques cercanos y cuerpo a cuerpo para acabar con nosotros), pero todos los jefes finales de cada nivel abusan de ella. Pensándolo bien, es una mecánica que encaja bien con el tipo de juego, porque son movimientos telegrafriados (no por ello fáciles de esquivar) que permiten al jugador moverse para esquivarlos mientras continúa manteniendo el ritmo con sus pistolas. Eso sí, no estaría mal una mayor variedad de jefes y sus patrones de ataques, los combates finales son muy, muy parecidos entre sí.
La cantidad de concentración necesaria para jugar obliga a los desarrolladores a no centrarse en otros aspectos, como por ejemplo, el diseño de escenarios. Aquí no vamos a encontrar mapas enrevesados, con varios caminos que explorar, ni coleccionables que encontrar. La propia naturaleza de 'Metal Hellsinger' nos obliga a avanzar continuamente, sin oportunidad de pararnos a descansar. Entre tiroteo y tiroteo, nos sentimos como desnudos, como si estuviéramos haciendo algo mal. Claro está, los mejores jugadores irán de un lado a otro encajando los dashes al ritmo de la música, pero eso está al alcance de muy pocos. Esta filosofía también se convierte en su mayor punto débil: no hay exploración, no hay plataformeo, no hay nada más allá de disparos. Posiblemente lo que más echamos en falta cuando llegamos a la inevitable comparación con 'Doom'. Tampoco estamos ante un juego largo, fácilmente puede completarse en menos de ocho horas, aunque siempre está abierto a rejugar cada misión para mejorar los tiempos. Eso sí, es recomendable jugarlo en sesiones cortas: la concentración que se necesita es muy alta y los dolores de cabeza están asegurados si estamos varias horas seguidas.
Después de acabar con la historia (o entre medias, ya que se desbloquean tres con cada misión), tenemos disponibles los tormentos, que son una serie de desafíos con diferentes condiciones que cumplir. Por ejemplo, acabar con la mayor cantidad de enemigos posibles con un ritmo perfecto en el tiempo límite y cada enemigo nos da segundos extras. Depende en qué momento hagamos los tormentos, nos resultará más o menos difícil, pero con algo de práctica es relativamente fácil acabar la mayoría de ellos cumpliendo todos los objetivos (cada uno tiene tres tiers, con diferentes recompensas).
Conclusiones
'Metal Hellsinger' es un aquelarre, con doble bombo de fondo, en el que todo conspira (HUD, efectos de sonido, sensación del gatillo, partes del escenario como las antorchas...) para que no paremos de disparar al ritmo de la música. Puede hacerse pesado si jugamos durante varias horas, aunque tampoco es que dure mucho más. Tiene ciertos defectos, algunos inherentes a su forma de jugar (como esa falta de esfuerzo en el diseño de escenarios), o la escasa variedad de situaciones, especialmente en los jefes finales de nivel. Pero la experiencia general es muy satisfactoria y todo está medido a la perfección para que el jugador disfrute matando demonios sin parar.