El 11 de April 2023 | 20:00
¿Alguna vez habéis oído hablar de 'RWBY'? Se trata de una serie de animación que creció como símbolo de unión entre fans de todo el mundo gracias a Internet. En una era en la que era imposible imaginar una serie comercial en una plataforma como Youtube unos cuantos creadores de contenido unieron fuerzas para contar las batallas de sus cuatro guerreras. Preguntad por la ilusión que levantaba entre los fans en 2013 y veréis que era de algo especial, pequeño y cariñoso en su comunidad.
La gracia de aquella serie estaba en la anomalía que representaba. Existía en una plataforma en la que apenas podría ganarse dinero y en un formato tan complicado como es el de la animación. Estas extrañas circunstancias no eran capaces de eclipsar los muchos problemas que arrastraba, como su pésima animación, su poco convincente doblaje o que su trama fuese incapaz de sostener incosistencias en la construcción de su universo por más tiempo que una temporada. Pero de alguna forma esas imperfecciones hacían más enriquecedora la experiencia.
Suena extraño pensar en 'RWBY' de esa manera pues era un producto único en sí mismo. Las sensaciones que despertó en este redactor eran unas difíciles de volver a aplicar a cualquier otro producto audiovisual en los próximos años. Pero una década después esos sentimientos anómalos han vuelto a resurgir. Y con fuerza. Este es el extraño caso de 'Mato Anomalies'.
Bienvenidos a la última ciudad
El mundo que nos presenta 'Mato Anomalies' es extraño, como toda la obra que le rodea. Se ubica en un futuro distópico en el que la humanidad se ha visto empujada a vivir un retroceso importante en la calidad de vida. Todo el sistema social está roto y los poderosos abusan de él con suma facilidad. La población más pobre vive en condiciones miserables, apenas llegando a fin de mes con lo que llevarse algo a la boca, y las fuerzas de seguridad están tan corruptas que no tienen restricciones para establecer justicia por sí mismos.
Esto es Mato, y le pese a quien le pese es un hogar. No uno cómodo ni bonito, pero es lo que sus habitantes tienen. Su estética de siglo XIX se complemena con imaginería oriental y la presencia de una fuerte filosofía china. Nuestros protagonistas no buscan cambiar el sistema o revolucionarlo, sólo pasar con vida hasta el próximo día. Como mucho, hacer sus condenados trabajos y que las mafias no les pongan más dianas encima de las que ya tienen.
Nuestro grupo es variado y permite conocer diferentes facetas de este universo a un buen ritmo, con mucha distancia entre adición y adición. Nuestro protagonista más directo, Doe, es un investigador privado al que el estado de la ciudad le es indiferente si no afecta en su día a día. Se ha despreocupado por el mundo y no parece que nada vaya a animarle a interesarse por sus alrededores una vez más. Pero su dependencia del resto de miembros del grupo le harán cambiar esa filosofía por un muy sencillo motivo. Doe será buen investigador, pero es totalmente incapaz de luchar.
Eso se tiene que dejar en manos de gente como Gram, un monje exterminador de lo que él llama Marea. Este es un fenómeno anómalo cargado de energía oscura que afecta a eventos y personas de la ciudad desde grietas dimensionales ocultas a simple vista. Sólo aquellos afectados por estos enemigos de primera mano pueden luchar contra los demonios que representan, motivando a cada personaje de formas distintas. Gram sólo busca la aniquilación absoluta de la Marea, sea cual sea el precio.
Combates por turnos al uso
La historia de 'Mato Anomalies' puede resultar atractiva, misteriosa y enganchante. Su universo crece a cada capítulo que avanzamos y descubrimos más acerca de cómo se las arreglan los ciudadanos de Mato en esta distopía disfuncional. Es fácilmente su mejor apartado y por lo que más nos veremos empujados a continuar la historia, porque cuando hablamos de sus mecánicas de juego su atractivo tiende a desmoronarse.
El combate de 'Mato Anomalies' nos pone en situación rápido: es el clásico RPG por turnos. Controlamos hasta cuatro personajes, creamos una estrategia alrededor de lo que la situación nos plantea y nos adaptamos en función a qué ataques usaremos en cada ronda. Después le tocará hacer lo mismo a nuestros rivales y destrozarnos si no hemos adquirido suficiente experiencia.
Es un género por el que muchos fans siguen apasionados, pero en la última década se ha visto en la necesidad de evolucionar. Necesita un giro que distinga a cada juego de otros. 'Pokémon' se centra en la individualidad de las criaturas y su coleccionismo; 'Bravely Default' trajo consigo la idea de defender para reservar turnos para más adelante. 'Mato Anomalies', por desgracia, no trae nuevas ideas al frente. Sus combates son simples y requieren ensayo y error, nada más. La dificultad de los combates crece a medida que avanzamos, pero más por las circunstancias de no saber las debilidades del enemigo de antemano que por hacer crecer sus mecánicas.
Esta falta de profundidad se arrastra también a su exploración. Los niveles que atravesamos son pasillos interconectados y nos fuerzan a ciertos combates por el camino. De vez en cuando añade alguna mecánica particular para la progresión de la historia, como pulsar botones de colores o sigilo, pero nada singularmente que rompa la repetitividad. Y es un problema mayor cuando sumamos las mazmorras generadas aleatoriamente, el sistema que tiene el juego para animarnos a entrenar nuestros personajes y jugar por más tiempo. Son desmotivadoras al poco de empezar la aventura y se mantienen así por las 30 horas de duración de la campaña principal.
Anomalías en el espacio
Si los problemas ya son pronunciados en las mecánicas de 'Mato Anomalies' estos no hacen más que incrementarse con su presentación. Gráficamente el título no es impresionante y su apartado artístico se agota por la repetitividad de la que tira. Es aceptable. Pero cuando los personajes comienzan su ciclo de animaciones, llenas de cortes y algo robustas, sus problemas se hacen más que obvios. Es un juego hecho por un equipo muy pequeño y sin experiencia en el campo tridimensional, y se nota.
Tampoco ayuda su apartado sonoro. No por una banda sonora que apenas se queda con el jugador o por efectos de sonido algo básicos. Es sobre todo por su doblaje al inglés, el cual puede apreciarse que es disfuncional desde que nuestro protagonista habla en la primera escena. Se trata de un trabajo que no ha sabido cómo dirigirse y que no tiene actores de doblaje experimentados en el sector. Distrae de la experiencia, y combinado con las pobres animaciones no puede pasarse por alto.
Aun con todo tiene pasión detrás que no se ve tan a menudo como nos gustaría. Se nota en su guion, en la forma de construir el mundo que rodea a Doe y en el mimo puesto en las misiones secundarias, las cuales son un placer de cumplir por ver cómo enriquecen la ciudad de Mato. También se aprecia cuando el juego no puede ofrecernos cinemáticas y entra en un modo descriptivo que parece sacado de un novelista con talento. La localización en español y el guion original están trabajados con tanto mimo que, de vez en cuando, nos transportan a lo mejor de las novelas visuales. En parte podríamos desear que 'Mato Anomalies' estuviese más metido en otro género para aprovechar este aspecto. Es lo que es.
Conclusiones
Es difícil recomendar 'Mato Anomalies' de forma justa a la mayoría de jugadores. Incluso para los amantes de los RPG es una píldora algo difícil de tragar con los problemas en su diseño y exploración. Pero no es terrible: su mundo es apasionante, su guion tiene momentos en los que sabe brillar y aunque imperfecto en su presentación sabe comunicar que está lleno de un espíritu del que otros no podrían presumir ni deseándolo. Es especial, aunque disfuncional.
Quienes encuentren un lugar en su corazón para esta anomalía hallarán una pequeña joya que se queda clavada por el tiempo pese a sus limitaciones. Como pasó con los días tempranos de 'RWBY'.
Lo mejor:
- Interesante universo y construcción de mundo.
- Buena escritura en las escenas de novela visual.
Lo peor:
- Mecánicas RPG simples y repetitivas.
- Diseño de mazmorras aburrido y excesivamente linear.
- Presentación gráfica y artística bajo el nivel deseable.
- Exigencia de entrenamiento indeseado para avanzar correctamente en los combates.
- Doblaje ineficaz y muy poco acertado.