Marvel continúa expandiendo su multiverso sin aparentes síntomas de desacelerar pronto -más bien todo lo contrario-, es decir, los universos de cómics, películas, series y videojuegos. El último intento con 'Marvel's Avengers' no salió del todo bien, ni entre la crítica ni entre el público, especialmente por la decisión de plantearlo como un Game as a Service. La propia Square Enix ha reconocido que su rendimiento fue "decepcionante" y que fue un error escoger a Crystal Dynamics como desarrolladora, ya que no tenían experiencia en el género. Teniendo tan reciente este batacazo, es normal que entre el público exista cierta desconfianza con el siguiente título de Marvel, 'Marvel's Guardians of the Galaxy'. Es más, yo mismo comencé el juego con desconfianza y fue toda una sorpresa encontrarme con algo con tantísimo corazón y tan divertido, pero no adelantemos acontecimientos.
'Marvel's Guardians of the Galaxy' posiblemente no podría existir sin que James Gunn los hubiera hecho conocidos al público general con sus dos películas (y una tercera en camino) en el Universo Cinematográfico Marvel. Aun así, no es para nada necesario haberlas visto para jugar al título de Eidos Montreal, ya que se toma todo el tiempo que necesita para presentar a sus personajes, sus personalidades y sus historias. Y aun habiendo visto las películas, el juego tiene mucho que ofrecer, no sólo a nivel de jugabilidad.
El grupo formado por Star-Lord, Gamora, Drax, Rocket y Groot se encuentra, como de costumbre, mal de dinero, así que comenzamos con ellos entrando en una zona de cuarentena a ver si pueden saquear y sacar algo de provecho. A partir de ahí, ocurren una serie de catastróficas desdichas que llegan hasta dar con el verdadero conflicto de la historia. El juego dura alrededor de unas quince horas, así que se toma su tiempo para establecer muy bien las dinámicas de personajes y desarrollar sus trasfondos. Hasta casi la mitad no empezamos a comprender por dónde van los tiros, quién es el villano y qué habrá que hacer para derrotarlo.
En cada línea de diálogo -que no son pocas-, se nota el empeño y el cariño que le han puesto los guionistas para crear personajes completamente tridimensionales. Sus diferencias y encontronazos son constantes: Rocket no para de meterse con sus compañeros, la sinceridad de Drax a veces es contraproducente, Star-Lord tiene que ser el protagonista siempre, Gamora no es muy buena trabajando en equipo ni abriéndose a otros... Hablan tanto que, si queremos escuchar todas las conversaciones, tenemos que detenernos o andar más lentamente, porque si avanzamos demasiado, se corta para comenzar una nueva. Y sí, vale la pena hacer esto. Están tan bien integrados los diálogos que, cuando nos separamos del camino principal en busca de algún tipo de coleccionable o recursos, nuestros compañeros no paran de meterse con nosotros, a ver si nos hemos perdido o si nos hemos matado.
El combate es el segundo eje de 'Guardians of the Galaxy'. Como arma principal tenemos la pistola láser, que cuenta con un disparo especial de hasta cuatro elementos. Los enemigos tienen debilidades a estos elementos, que no siempre podremos aprovechar porque no disponemos de todos ellos desde el principio. Cada compañero tiene una habilidad especial que usarán sólo cuando les ordenemos hacerlo. Drax es especialista en aturdir a los enemigos, mientras Rocket es mucho mejor haciendo daño a grupos con sus explosivos. Esta especialización es cierta al principio, pero cuando vayamos adquiriendo nuevas habilidades, prácticamente todos pueden hacer cualquier cosa. La dinámica del combate es básicamente ésta, posiblemente el punto más flojo del conjunto debido a su simplicidad.
Además de las habilidades individuales, existe una acción conjunta que merece una mención especial. Hacer piña, que así se llama, sirve para potenciar a todos nuestros compañeros después de darles una charla muy breve (si no damos en el clavo, sólo saldremos nosotros mismos mejorados). Nada más activarlo comenzará a sonar una canción de la completa banda sonora de temazos con las que cuenta el juego. Esta mecánica está tan bien implementada que deja momentos únicos. Imagina: estamos perdiendo una importante batalla, reunimos a nuestros compañeros para subir la moral, comienza a sonar de fondo The Final Countdown y las tornas se cambian por completo. La energía que desprenden estos momentos es electrizante y las canciones que suenan encajan a la perfección.
En los momentos de exploración, también necesitamos recurrir a nuestros compañeros. Por ejemplo, Gamora nos ayuda a alcanzar plataformas a grandes alturas y Rocket es capaz de meterse por pequeños conductos. El juego es completamente lineal, pero los escenarios invitan a perderse un poco por ellos, ya que encontramos recursos para mejorar las capacidades del protagonista (mayor salud, menor recalentamiento de la pistola, cámara lenta al esquivar en el último momento...) y también coleccionables, como archivos de texto o trajes basados en diversas apariciones de los Guardianes en los cómics. Hay un tipo de coleccionable más importante, que son objetos concretos especiales para los miembros de la tripulación. Al encontrarlos, aparecen en el camarote de cada uno y podemos acceder a una conversación mucho más profunda sobre el trasfondo de cada uno. Como ya hemos dicho, el juego se preocupa mucho por sus personajes y nunca deja de darles un contexto y una profundidad que rara vez vemos.
La combinación de estos tres pilares hace que las horas que dura se pasen volando. Resulta curioso, pero la mayor parte del tiempo no estamos peleando, sino paseando, explorando y escuchando conversaciones... salvo en el tramo final. Esta parte se hace algo pesada porque el juego nos echa todo lo que tiene y no estamos acostumbrados a tanta acción y tan seguida. Un caso muy similar al de 'BioShock Infinite'. Todo esto no empaña el emocionante desenlace del juego, que funciona perfectamente dentro del tono establecido en las pasadas horas.
Conclusiones
En definitiva, 'Marvel's Guardians of the Galaxy' es la sorpresa del año. Se nota que Eidos Montreal le ha puesto mucho cariño y mucho corazón, porque los personajes se sienten completamente reales, con tiempo para cada uno de ellos. Aunque los combates son algo sencillos, no son tan abundantes como parece y tiene momentos muy intensos gracias a la mecánica de hacer piña. Un par de bugs nos han obligado a reiniciar el punto de control, pero las sensaciones generales son muy buenas y deseando conocer más sobre las desventuras de este extraño grupo de héroes.