El 9 de Noviembre 2018 | 15:30
Nintendo siempre ha contado con un color especial. Es una cita que, de esta o de cualquier otra manera, he oído sobremanera a lo largo de los años. Y es que la gente de Kyoto tiene siempre un sello distintivo tras sus publicaciones. No los hace mejores o peores, solo diferentes, pero es un valor añadido que sus seguidores siempre disfrutan y agradecen.
Un gran ejemplo de ello es 'Splatoon'. Un shooter que atenta contra todo lo que representa el género y que ni siquiera nos pide que nos pongamos violentos. Es diferente, simplemente. Son este tipo de propuestas las que enriquecen el catálogo de la "gran N". Unas que no pretenden competir con el resto de plataformas, sino que simplemente disfrutan con ser como son. Con hacernos disfrutar a nosotros.
'Luigi's Mansion' siempre ha sido un exponente en este corte que hace a Nintendo tan especial. Un título atrevido, valiente. Pero también sumamente original sin la necesidad de utilizar mecánicas rompedoras. Un gran clásico de Gamecube que nos visita de nuevo en Nintendo 3DS para recordarnos que los años no han ensombrecido esa percepción tan original de la que parte.
La odisea del eterno segundón
Si digo que 'Luigi's Mansion' es un título valiente es porque parte de un punto complicado. Del hecho de que sea Luigi el protagonista. El cambio de la gorra roja por la verde sienta extremadamente bien al juego —y recalca la necesidad de explorar más el universo, quizás con alguna obra protagonizada por Peach—, sirviendo de elemento diferenciador dentro de sus líneas y demostrando que hay mucho más que las aventuras de nuestro querido fontanero.
Pero no es solo valiente la apuesta en sí mismo. Sino la propia puesta en escena. Porque Luigi no tiene una presentación presuntuosa al inicio de esta odisea en la que se ve envuelto. Su historia parte del más puro humor pero el hermanísimo de Mario la sabe encabezar con cierta gracia. La más importante, el hecho de que nos va a tocar buscar por toda esta mansión encantada y repleta de espectros a nuestro compañero de aventuras.
Un acercamiento al survival horror del más puro estilo "nintendero" que no solo pretende atrapar a quienes ya pasaron por su versión original, sino que está preparado para enamorar a quien pase por sus líneas sin contar con el peso de la nostalgia que supone haber tenido una Cube. Porque 'Luigi's Mansion' resulta una apuesta un tanto escasa —como en el original, podemos terminarlo en poco más de cinco horas si avanzamos deprisa— pero con unas notas poderosas. Un título que juega con lo absurdo, da la mano al humor pero luego sorprende con una jugabilidad endiabladamente divertida mientras se apoya en guiños tan característicos como que nuestro pobre Luigi avance a trompicones, y entre castañeos de dientes mientras grita el nombre de Mario a lo largo y ancho del lugar.
Así, las cosas son tan simples como parecen. Nuestro deber bajo la gorra verde de Luigi será nada más ni menos que pasearnos por esta tétrica mansión dando esquinazo a los fantasmas, evitando puertas falsas y recorriendo cada una de las habitaciones con nuestra linterna en ristre. Un acercamiento, si nos centramos en títulos más modernos, que resulta bastante similar al planteamiento de 'Yomawari: The Long Night Collection' pero que cambia la fragilidad y ternura de la obra de Nippon Ichi Software para abrazar la distensión y jugar con las posibilidades que presenta la obra.
Porque si, en lo general, 'Luigi's Mansion' se presenta como un juego de puzzles —es necesario encontrar las llaves que abren las diferentes estancias de la mansión— no teme en introducir un sistema jugable que nos obligará a hacer más de una pasada (paranormal) con la aspiradora por estos lugares, asegurándonos de no dejar fantasma alguno pululando la vieja mansión. Un sistema, insisto, especialmente original, pero también demasiado simple. Y es que nuestro trabajo no será mucho más que utilizar la linterna para "flashear" a los espectros enemigos y aspirarlos luego sin compasión.
Un remake a la altura, pero con pequeños baches
El hecho de que sea Grezzo quien se encuentra tras la fase de pulido se convierte prácticamente en un sello de calidad. Y es que son los miembros de este equipo quien se encargaron de otros remakes como los de 'Ocarina of Time' o 'Majora's Mask'. Antecedentes que demuestran su potencial en este tipo de trabajos y que remarcan especialmente con la llegada de 'Luigi's Mansion' a Nintendo 3DS.
No podemos decir que se trate de un trabajo impecable, pero es sin duda una evolución especialmente notable. En términos técnicos, la consola usa todo su músculo para dar forma a esta nueva versión del clásico de Gamecube. Un destacable repaso a sus texturas y animaciones juega por bandera, presentando una cara mucho más definida y trabajada que la que viéramos en la sobremesa años atrás. En contra de ello juegan sus términos de iluminación, que parecen dejar de lado esos tonos más sombríos que aprovechaban al máximo la penumbra para dar ese tono de 'Resident Evil' clásico.
Y no es precisamente lo único que funciona en contra de lo ya establecido en el original. Algo especialmente notable para quienes hayan pasado por este o por 'Dark Moon' es el problema que tiene el juego a la hora de trasladar los controles a la portátil de Nintendo. Algo que se entiende mejor al pensar en que no hablamos de un título original, sino de una traslación entre consolas.
Y es que la falta del segundo joystick juega malas pasadas a su jugabilidad. Luigi puede moverse libremente por el escenario, pero cuando usamos la Succionaentes 3000 pasamos a un modo estático, donde no podemos apuntar hacia ninguna otra dirección. Algo que se ve reflejado en la aparición del "Game Over" antes por la poca intuitividad de los controles que no por la escasa habilidad que requiere el título. No es un problema que destroce la funcionalidad del juego pero si es un punto que la entorpece más de lo necesario.
Algo que sus creadores han querido compensar con algunos añadidos para esta nueva versión de la obra. Algo que, por otro lado, también se puede entender como una compensación por las escasas horas de duración con las que cuenta. Los ejemplos más básicos se reducen a la adaptación del título al territorio portátil. Por ejemplo, la Game Boy Horror ahora se encuentra alojada en la pantalla táctil para agilizar las situaciones — jugando en ese mismo terreno de 'Ocarina of Time', salvando ese tiempo necesario para abrir el menú, equipar un objeto y volver a cerrarlo.
Pero también lo hace con algunos añadidos jugables. Revancha Fantasma es un modo de juego especial que nos llevará a batallar contra diferentes jefes finales —el clásico boss rush— para poner a prueba nuestras habilidades; no solo contra ellos, sino también contra el movimiento del reloj. Un añadido que podemos disfrutar a cuatro manos con una persona más utilizando el modo Descarga de la consola.
Pero no es el único modo que podremos jugar en compañía. Y es que, siendo posiblemente la novedad más remarcable de este remake, toda la extensión de su campaña es ahora accesible en modo cooperativo. Eso sí, para hacerlo sí que necesitaremos ambas copias del título. La peor parte, además, es que este modo cooperativo genera bajadas importantes de la tasa de frames que vemos en pantalla, por lo que no siempre resulta cómodo.
Con todo, 'Luigi's Mansion' es un producto atemporal. Fue una gran apuesta hace 17 años y sigue siéndolo ahora. El trabajo de Grezzo le da una nueva vida —y otra oportunidad— a una de las joyas del catálogo de Gamecube, que entra a Nintendo 3DS por la puerta grande y tropieza en un par de escalones, pero no pierde la compostura. Una obra breve, pero también muy original, de un atractivo único y una innegable carisma. Una gran oportunidad para quienes no pudieran pasar por su original y, seguramente, la mejor forma de pasar la espera para 'Luigi's Mansion 3'.
Lo mejor:
- La nueva oportunidad de manos de Grezzo
- Los extras que llegan a esta nueva versión, como el modo cooperativo
- La adición de su mapa
- Su jugabilidad sigue siendo igual de atractiva
Lo peor:
- Los controles tienen mucho espacio para mejorar
- Su extensión resulta breve incluso con los añadidos
- La pérdida del toque lúgubre del original