VENGANZA, KATANAS Y PÓLVORA

Análisis de 'Like a Dragon: Ishin!' para PS5, alma de samurái restaurada

Ryu Ga Gotoko Studios alegra a los fans de occidente con una remasterización de altura de 'Like a Dragon: Ishin!', la segunda de sus entregas que traslada a los personajes de 'Yakuza' al pasado de los samuráis.

Por Daniel G. Astarloa 21 de Febrero 2023 | 10:00

Las tornas han cambiado radicalmente para 'Yakuza'. La franquicia estrella de Ryo Ga Gotoku ha alcanzado en occidente el estrellato que sus obras merecían desde hacía mucho tiempo. Cada nueva entrega que sale al mercado se vende de forma excelente, y aunque haya algunos poco convencidos de su futuro como RPG por turnos parece que la saga tiene bien afianzada su futuro. Esta es quizás la era dorada de la desarrolladora de Sega.

Pero con este éxito también hay que considerar el precio a pagar. Su estado de nicho y apelar a un público menor justificaba que los títulos tuvieran una progresión de escala relativamente pequeña de entrega a entrega. Repetir escenarios y reciclar contenido jugaba en favor de los juegos para ver una nueva entrega apenas cada dos años. Ahora eso es imposible. Entre la sexta y séptima entrega ha habido cuatro años, y esa misma cantidad de tiempo se repetirá de cara al octavo capítulo. Las expectativas son altas.

Los ojos de los fans se tienen que colocar en otra parte mientras tanto para sacar partido al éxito de la franquicia. Ryu Ga Gotoku ha sabido aprovechar bien estos momentos de calma con spin offs, aventuras licenciadas y remakes de menor presupuesto como los Kiwami. Normalmente se limitan a repetir la fórmula y aprovechar los assets que están ahí. Es más o menos lo que cabía esperar para este analista con 'Like a Dragon: Ishin!'.

Lo que ha hayado es algo bastante diferente. El espíritu de 'Yakuza' sigue ahí, pero su cuerpo es muy diferente. Esta no es la aventura tradicional de un matón protegiendo su vecindario: esta es la guerra de un dragón por su país.

El sol se pone en Nipon

El argumento de 'Like a Dragon: Ishin!' toma notas de otros contemporáneos similares como 'Assassin's Creed'. Se inspira en personajes históricos, eventos reales y las leyendas del pasado para traernos una trama cautivadora. Se toma sus libertades creativas en muchos puntos, pero seguir la línea de los anales de la Historia alimenta la experiencia de juego.

La trama gira alrededor de Sakamoto Ryoma, un samurái de bajo rango que vivió en Japón en el siglo XIX. Toma el aspecto y la personalidad de Kiryu, protagonista de los 'Yakuza' centrales, pero no son el mismo personaje. Esta es una figura histórica que se vio envuelta en una serie de conspiraciones políticas que acabaron arrastrando a Nipon a un cambio histórico como pocos otros viviría el país. Desde casi el principio de la aventura se propone perseguir un objetivo, alcanzar al asesino de su padre adoptivo, y llegará hasta donde haga falta en la Historia para hacerle pagar por sus crímenes.

Su viaje le lleva hasta el frente de las dos fuerzas políticas más poderosas de Nipon en aquel momento, los lealistas al estado feudal y sus abolicionistas. Su estado como papel intermerdio es perfecto para conocer ambas caras de la moneda y pintar un cuadro de enfrentamientos, traiciones y colores grises que atrapan al jugador más que la trama media de las entregas principales de 'Yakuza'. Jugar con la Historia alza la aventura en su conjunto, no va contra ella.

Kiryu no es el único que reaparece reencarnado durante la historia. Todos los actores principales y una gigantesca cantidad de los secundarios están interpretados por personajes de toda la saga, desde la primera entrega hasta la más reciente. Eso crea una serie de expectativas para el fan promedio de la franquicia que Ryo Ga Gotoku desafía constantemente con toda clase de giros de guion. Nada garantiza que un antiguo aliado de Kiryu no pueda ser el mayor de los enemigos para Ryoma, o que su mayor rival ahora sea el amigo con el que siempre puede contar para una noche de bebidas.

Kioto vive

Desde luego la trama de 'Like a Dragon: Ishin!' es uno de los mayores puntos fuertes del juego, pero no es donde se concentra la adicción por él. Es en la ciudad de Kyo, la versión ficticia de la pasada Kioto, donde la vida se arremolina en toda clase de posibilidades jugables para el protagonista. Entre capítulo y capítulo de la historia podemos adentrarnos en las pequeñas calles de la ciudad e investigar por nuestra cuenta lo que se oculta a plena vista.

La respuesta puede llegar a ser abrumadora. El primer paso para empezar a conocer el lugar es a través de las docenas de misiones secundarias que se guarda bajo la manga el título. Llegar hasta ellas no viene por un marcador como en los capítulos de la historia, sino que debemos seguir las indicaciones de la gente y nuestro instinto para encontrarlas. Muchas veces caemos en ellas por el propio diseño del juego, que nos conduce a descubrirlas de forma natural a la par que nos hace creer que ha sido nuestra suerte o una mera casualidad. La ubicación de estas se posiciona de forma forma inteligente para enganchar al jugador con su premisa, el anuncio del inicio de estas y ya después dependerá de cada uno cumplir con ellas o no.

Lo que merece la pena destacar de ellas que no hemos mencionado en otros análisis de la saga es su gran potencial comédico. Muchas de estas tramas están envueltas en situaciones extravagantes y absurdas que llevan a ver una cara distinta de Ryoma; eso se da por hecho. Pero estas se vuelven mejores todavía cuando descubres que hacerlas mal tiene recompensa en forma de carcajadas. Fallar algunos de los escenarios presentados no sólo parece más natural para el personaje que controlamos, sino que nos lleva a descubrir diálogos y respuestas icónicas que muchos jugadores se perderán. Demuestran al jugador no sólo que no debe tener miedo al mínimo error, sino que la vida se disfruta incluso más cuando no ocultas tus vulnerabilidades.

Es un mensaje muy distinto a entregas pasadas en la franquicia y que hacen de estas misiones secundarias algunas de las mejores en toda la saga.

Sin lugar para el aburrimiento

Incluso si decidimos ignorar las misiones secundarias tenemos poco lugar para aburrirnbos. 'Like a Dragon: Ishin!' nos ofrece una centena de horas de entretenimiento entre su trama, sus pequeñas historias y la ingente cantidad de minijuegos que se dispersan por toda la ciudad. Desde el habitual karaoke o el mahjong que aún no sabemos dominar hasta los más absurdos, como las carreras de pollos o cortar balas de cañón en mitad del aire. Perseguir las mejores puntuaciones y hacernos con el cien por cien del juego estará sólo en manos de los más obsesos complecionistas.

Tras pasarnos el juego por primera vez se nos proponen más actividades incluso con los Desafíos, una serie de combates predefinidos que exigen el máximo nivel de maestría por parte de los jugadores. No vale con mejorar el equipamiento hasta niveles exagerados, sino aprender los puntos fuertes y flacos de todos los estilos de lucha y aprovecharnos correctamente del entorno. Estos combates quedan en manos de los profesionales y son el mayor pico de dificultad de la aventura.

Por desgracia mejorar nuestro equipamiento no nos servirá de mucho para etos, y es frustrante con todo lo que el juego pide para alcanzar las mejores armas y estadísticas. La cantidad de horas que necesitamos para recopilar dinero y materiales es enorme e innecesaria, pero empeora cuando requiere que mejoramos al herrero con un sistema lento y costoso. No respeta el tiempo invertido del jugador y es el mayor punto débil de toda la experiencia.

Conclusiones

Es difícil creerlo, pero 'Like a Dragon: Ishin!' es un acierto en toda regla para la franquicia de Ryu Ga Gotoku. Su espectáculo y grandes puntos fuertes lo elevan por encima de la mayoría de entregas principales de la saga, y poco tiene que envidiar a los mejores trabajos del estudio. La trama es apasionante, su localización y mapa están ingeniosamente diseñados para atraparte y el esfuerzo vertido en sus actividades secundarias es monumental. Incluso con los problemas que tiene de base su diseño de combate sigue tratándose de un título merecedor del nombre del dragón, y es fácilmente uno de nuestros capítulos favoritos del estudio.