Análisis de 'Lapis X Labyrinth' para PS4, mazmorreo sin un segundo de respiro

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Análisis de 'Lapis X Labyrinth' para PS4, mazmorreo sin un segundo de respiro

Por Roberto Pineda

El 29 de Mayo 2019 | 13:00

Analizamos 'Lapis X Labyrinth', el nuevo y peculiar dungeon crawler de Nippon Ichi Software.

Cuando uno se pone a los mandos de un título de NIS América debe ser consciente de que está ante algo que, independientemente de los gustos, está llamado a ser algo diferente a lo que habitualmente ve durante el día a día. En Nippon Ichi Software son expertos en el mazmorreo más clásico que podamos imaginar, pero también en sorprendernos con sus excéntricas propuestas. Es el caso del título que nos ocupa, 'Lapis X Labyrinth' un dungeon crawler bidimensional recién salido del horno que llega al mercado con la intención de atraparnos y hacer que nos adentremos en lo más profundo de una serie de mazmorras en las que el caos se desata en cuanto cruzamos sus puertas. ¿Listos para partir?

Lapis X Labyrinth

¿Tú encima o debajo?

La principal característica del juego es su peculiar sistema de combate, que de una forma similar a lo visto en 'World of Final Fantasy' —aunque se trate de dos propuestas completamente diferentes— nos propone apilar a nuestros personajes formando una torre. Controlamos a nuestro héroe principal, que actúa como base de dicha torre y sujeta a nuestros compañeros, que se ven minimizados para situarse sobre nuestra cabeza. Todos luchan a la vez y las combinaciones son prácticamente ilimitadas en cuanto comenzamos a profundizar y entender cómo funciona el sistema de combos. Las batallas, que se suceden en tiempo real y resultan muy dinámicas, son un no parar de aporrear botones. Eso sí, más nos vale hacerlo con sentido, porque 'Lapis X Labyrinth' es un título relativamente exigente y la vida tiene un precio muy bajo en las mazmorras que se reparten a lo largo y ancho de su mundo.

A pesar de la elevada cantidad de elementos que aparecen en pantalla, algo que puede dar sensación de caos en no pocos momentos, sobre todo en esos en los que entramos en estado "fever" y nuestras habilidades se ven potenciadas, hay que decir que en todo momento sentimos que tenemos el control. Todo está bien medido y las batallas resultan muy satisfactorias y dinámicas, aunque también resulta inevitable no tener esa sensación de que vista una, vistas todas. Y es que, como suele ser habitual en el género, el juego se vuelve monótono a corto plazo, algo que se podría haber evitado gracias a un diseño de niveles más inspirado. Lamentablemente, las mazmorras son demasiado similares entre sí, tanto en temática, como en el propio diseño jugable.

Por suerte, la repetitividad no llega a niveles tan altos como para afectar demasiado en la sensación de progreso, algo que disfrutamos constantemente gracias a la ingente cantidad de objetos, armas y variantes que cosechamos durante nuestras expediciones. Hay un sinfín de posibilidades a la hora de personalizar a nuestros personajes y esto se antoja necesario si nuestra idea es superar las mazmorras más duras con solvencia. Y es que la aglomeración de enemigos en pantalla, así como la incursión de los numerosos jefes finales a los que debemos hacer frente acaban dando lugar a un título fácil de comprender, pero bastante complicado de dominar en cuanto salimos airoso de las primeras misiones.

Lapis X Labyrinth

Misiones a las que, por cierto, accedemos desde el mundo central o HUB, ese lugar tan característico de este tipo de juegos en el que podemos conversar con sus habitantes, aceptar encargos, beneficiarnos de los servicios que nos proporcionan las diversas tiendas que nos esperan... En definitiva, ese lugar aislado de todo peligro en el que podemos tomarnos un respiro. Para emprender un nuevo viaje a una mazmorra debemos hablar con el encargado de los encargos del pueblo, localizar la que más nos atrae y aceptarla para ponernos manos a la obra. Hay que decir que a estas mazmorras no podemos acceder libremente con la intención de explorar; solo podemos adentrarnos en ellas con la "excusa" de haber recibido una nueva tarea.

Un poco más arriba os decíamos que las mazmorras no están demasiado inspiradas en cuanto a diseño de niveles. Y es una pena, porque el resto de elementos que las componen resultan muy interesantes. Para empezar, todos nuestros personajes pierden la experiencia lograda al salir de ellas, pero la mantienen durante el tiempo que dediquemos a la misión y llegar lo más preparado posible al jefe final que nos espera en lo más profundo es fundamental. Eso sí, las armas que encontremos, así como otros objetos y habilidades, se guardan permanentemente. La decisión de apostar por personajes de nivel 1 al inicio de cada expedición ayuda a que no tengamos reparo alguno en olvidarnos de uno y probar sin miedo a tantos como queramos hasta encontrar al más adecuado en base a nuestros gustos.

Lapis X Labyrinth

El mapa de cada mazmorra se divide en pisos y avanzar en ellos es muy sencillo. Prácticamente, podemos decir que todo consiste en machacar hordas de enemigos, encontrar un portal que nos lleve a la siguiente planta y encontrar algún que otro cofre por el camino. La gracia es que no podemos tomarnos todo el tiempo del mundo mirando a las musarañas, ya que tenemos tiempo limitado y si se consume antes de encontrar y acabar con el jefe final de turno, el viaje no habrá servido para nada. Esto ayuda a que la experiencia sea fluida y siempre tendamos esa presión de no poder permitirnos quedarnos quietos, dando lugar a una experiencia relativamente desafiante.

Una vez tenemos claro a qué estamos a punto de enfrentarnos, es momento de tomarnos un respiro y hablar del estilo visual, marca de la casa. Y es que, como viene siendo habitual en las obras de NIS América, la dirección de arte nos brinda un estilo inconfundible, preciosista y muy agradable. Y no solo eso, el rendimiento es fantástico y no importa si entramos en modo "fever" y luchamos contra una docena de duendes mientras una cantidad ingente de efectos aparece en pantalla; el juego rinde con solvencia en todo momento y la experiencia es sorprendentemente fluida. Una vez más, insistimos en lo poco inspiradas que están las mazmorras, ya que resulta imposible no quedarnos con el sabor amargo que provoca pensar que el juego tenía potencial para ofrecer algo más sólido.

Lapis X Labyrinth

En definitiva: Solo para amantes del género

Aunque esto es algo que a menudo se aplica a cualquier título, en no pocas ocasiones podemos encontrar videojuegos capaces de convencer incluso a aquellos que no tienen experiencia en determinados géneros. No es el caso de 'Lapis X Labyrinth', ya que difícilmente pueda ser disfrutado por un jugador que no esté dispuesto a sumergirse en un dungeon crawler en estado puro. Lo nuevo de NIS América cumple con lo que propone y sus mecánicas funcionan a la perfección, pero, asimismo, también sufre cuando los problemas habituales de un estilo de juego tan inconfundible salen a la luz. Probablemente, señalar la monotonía como un defecto no sea del todo justo en una propuesta de estas características... salvo que esa monotonía sea tan acusada y tan precoz como en el caso que nos ocupa. Si bien es cierto que el juego presume de personalidad propia y cuenta con elementos que lo hacen muy divertido e ideal para disfrutar de partidas rápidas, también lo es que no es capaz de sobreponerse a las taras habituales del género. 'Lapis X Labyrinth' lo tiene fácil para convencer a los amantes del más puro dungeon crawler, pero es prácticamente imposible que lo haga con los demás jugadores. ¿Recomendable? Por supuesto, siempre y cuando sepas a lo que vas.

6,5

Lo mejor:

- Resulta muy dinámico y adictivo.

- La personalización de los personajes y sus habilidades.

- Accesible, pero complejo al mismo tiempo.

- La dirección de arte.

Lo peor:

- Demasiado repetitivo incluso para el género.

- El diseño de niveles, poco inspirado y sin variedad.

- Los combates son demasiado caóticos.

- Como suele ser habitual, el juego llega en inglés.

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