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Analizamos 'Killer is Dead: Nightmare Edition', el salto de Mondo a Steam

MONDO

Por Xose Llosa

El 26 de Junio 2014 | 17:52

El juego de Suda 51 llega a también a ordenadores, con una versión a la altura de lo que merece el sicario Mondo Zappa.

Siento debilidad por Suda 51, lo he de confesar. No me puedo resistir a todos y cada uno de los juegos que salen con el sello impreso de Grasshopper Manufacture, estudio que lanzó 'Killer is Dead' como su último juego independiente, en Steam 'Killer is Dead: Nightmare Edition'. Ahora están trabajando en 'Let it Die' para PlayStation 4, que se plasma como el primer título que producen tras la compra de Grasshopper por GungHo Online.

Killer is Dead

Suda 51 lleva trabajando sobre un estilo de juego muy continuista desde que se dio a conocer en nuestras tierras con 'Killer 7' en Game Cube. 'Killer 7' a día de hoy es considerado un juego de culto entre los fans de la acción japonesa, y la psicodelia que ya hizo reconocible esa obra sigue muy viva en 'Killer is Dead'. A través de todos los juegos que el creador japonés ha ido lanzando: 'No More Heroes', 'Shadows of the Damned', 'Lollipop Chainsaw', y hasta llegar a este 'Killer is Dead', se ha aferrado con fuerza a los clichés que hacen su firma reconocible. Esto es, acción con armas de cuerpo a cuerpo, defender la figura ya moribunda de los jefes de final de fase, el sentido del humor, y, claro, un apartado artístico cuidado y sangriento. La violencia siempre tiene un papel destacado en todos sus juegos.

Un nuevo asesino

En 'Killer is Dead' nos metemos en el pellejo del recio Mondo Zappa, un asesino a sueldo novato con debilidad por el sexo opuesto y una suerte de brazo biónico. Enfundados en una americana ajustada, y con una corbata fina al cuello, tendremos que afrontar la dura vida del sicario. En nuestra andadura nos iremos a uno de los lugares más enigmáticos de la galaxia: la cara oculta de la luna. En cada misión, claro, esto es un maldito juego de Suda 51, un final boss de personalidad histriónica, con un estilo de lucha y unas debilidades particulares.

Killer is Dead

Además del brazo biónico que nos otorgará diferentes habilidades, el núcleo del estilo de lucha se centra en el uso de una katana, dando lugar a una colección de animaciones que por momentos nos recordarán a las que desenvolvía Travis Touchdown a golpe de Wii Mote.

Las misiones de enfrentamiento sujetan núcleo del juego, pero entre ellas encontramos el "Modo Gigoló" que funciona como punto de desahogo entre fases. En estos minijuegos nos hemos de ir de "ligoteo" con diferentes chicas: las chicas de Mondo. En estas misiones tenemos que mirar las partes íntimas de nuestras acompañantes sin que nos pillen, hasta que estemos tan cachondos que tengamos el valor suficiente para "meter ficha". Si logramos ligarnos a la chica con diferentes regalos, esa noche habremos triunfado, y de esta manera iremos obteniendo mejoras en nuestras armas. Este modo es más de insinuar que de enseñar, nada de sexo explícito. Eso sí, nos podemos llevar algún sopapo por mirar donde no debemos.

Lo que esperamos de un juego de Suda 51

Todo es algo que no esperamos encontrar en cualquier otro juego, pero que sí buscamos en lo que se puede esperar de un juego de Suda 51. Como buen juego del creador nipón, cuenta con los mismos errores en lo jugable que vienen arrastrando todos los juegos bajo su firma: el planteamiento de las misiones, tanto de las normales como las gigoló, son replicaciones del mismo esquema una y otra vez, lo que termina por hacerse repetitivo. En los juegos de Grasshopper siempre termino teniendo la sensación de que se han hecho las cosas corriendo, un poco más de tiempo en el diseño seguramente elevarían unos cuantos escalones lo que se propone.

Killer is Dead

Ahora bien, en su día ya pudimos analizar la versión de Xbox 360 y PlayStation 3, que dio en las tiendas allá por el mes de agosto del año pasado. El pretexto para poder rejugar y volver a hablar de 'Killer is Dead' es el lanzamiento de su versión para PC bajo el nombre de 'Killer is Dead: Nightmare Edition'. Todo el plano jugable de 'Killer is Dead' es exacto en las versiones de consola y PC, siendo muy recomendable jugar con un pad enchufado al ordenador. En lo gráfico sí se nota la diferencia: la versión de PC luce un aspecto mucho más suave que la de consola. Sin embargo, 'Killer is Dead' es un título que en lo visual pone el acento sobre lo artístico y no sobre el detalle o las texturas, por lo que no vamos a acusar en este salto a los ordenadores un empoderamiento tajante en el apartado gráfico, en comparación a lo visto en consolas. Dicho esto, a nivel de diseño visual es sorprendente. Propone un acabado cell-shading muy oscuro oscuro, con unos escenarios empeñados con efectos e ilusiones visuales gestálticos que son de lo más logrado de Grasshopper hasta la fecha.

El salto a PC

En su salto a la versión de PC, aunque la resolución se desbloquea y podemos gestionarla como queramos, las opciones visuales que permite configurar son escasas en comparación a lo que estamos acostumbrando. Además de la resolución, solo podremos elegir la "calidad de imagen" entre alto, medio, bajo... y marcar si queremos o no aplicar sincronización vertical.

Killer is Dead

Nos tenemos que detener en última instancia sobre lo sonoro: llega con subtítulos totalmente en castellano, y mantiene en ordenador la posibilidad de configurar voces en japonés.

'Killer is Dead' no es un juego brillante. Le falta profundidad en la mecánica de enfrentamientos, y tiende a la repetitividad. Sin embargo, sí es algo a lo que debéis de jugar si mínimamente os gustan los juegos de acción en tercera persona. Sus errores se ven sobradamente compensados por un planteamiento loco en su trama y situaciones, y un apartado artístico verdaderamente sorprendente. Ya era un gran juego en su paso por consolas, y en Steam sigue siendo igual de recomendable. Llega a precio reducido en su lanzamiento.

8,5

Lo mejor:

- El apartado artístico. - Cargado de humor y locura en la trama y las conversaciones. - Mantiene el doblaje japonés.

Lo peor:

- Termina por hacerse repetitivo. - Pocas opciones de configuración visual en ordenador.

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