El 8 de Marzo 2016 | 09:48
Sorprende -para mal- ver la cantidad de videojuegos basados en hechos reales que nos llegan, teniendo en cuenta su innegable atractivo, sobre todo si se trata de una historia de gran misterio como la que trata 'Kholat'. Lo que cuenta este título se remonta a finales de los años 50, cuando 9 montañeros rusos desaparecieron en los montes Urales en extrañas circunstancias: las tiendas de campaña rasgadas por dentro, como si quisieran haber huido de algo, semidesnudos, con la lengua arrancada, con múltiples heridas y fracturas... Así fueron descubiertos, y las autoridades rusas dictaminaron que habían fallecido a causa de "una fuerza irresistible", archivando el caso y poniéndolo el nombre de Incidente Pyatlov, en honor de uno de uno de los 9 chicos. Las teorías lo relacionan con Tunguska -una explosión también en territorio ruso que calcinó un bosque completamente-, otros con la presencia de extraterrestres, los más escépticos con experimentos militares de la antigua URSS...
El caso es que Imgn Pro, el estudio a su cargo, ha querido partir de esta atractiva premisa para crear un nuevo videojuego de terror en primera persona, excelentemente ambientado, pero al que más allá de eso, le cuesta sobresalir por encima de otros similares. Esto es, en profundidad, 'Kholat'.
Narrativa a medio gas
No es que por basarse en un hecho real la mitad del trabajo esté hecha a nivel argumental, pero la sensación que deja 'Kholat' es que no se ha explotado lo suficiente. Qué bueno habría sido si, a partir del incidente Pyatlov, el estudio hubiera pensado su propia teoría y la hubiera desarrollado de manera intrigante, pero no es el caso. Lo que se da es una narrativa difusa, sin fuerza, contada a través de notas, artículos y apuntes de un diario, y donde prácticamente se produce una amalgama de todas las teorías dadas hasta ahora para explicar el asunto.
Tampoco supe al principio por qué estaba donde estaba, ni quién era quien me hablaba -con voz de Sean Bean, Eddard Stark en 'Juego de Tronos'- y me decía que era especial, y sobre todo, por qué han querido ser tan trascendentales en Imgn Pro cuando no estamos hablando de ninguna historia enrevesada. En resumen, no ha dejado de darme la sensación de contar de una manera muy sencilla una historia que han complicado innecesariamente. Tanto, que tan malo es explicar demasiado como explicar muy poco, dejando tantos cabos sueltos en una trama que, cabe recordar, está ya planteada de inicio.
Donde por fortuna 'Kholat' no falla es en la ambientación. Después de comenzar en un escenario rural, en forma de estación de tren y sorprendentemente vistoso, sin más dilación llego a un entorno radicalmente diferente del que ya no me separaré durante el resto de la aventura. Este no es sino los propios montes Urales, con un diseño del mapeado que me ha recordado irremediablemente a 'Firewatch' y donde perderse es algo bastante probable. Nos pasamos prácticamente el 80% del videojuego caminando por pequeños senderos nevados, porque correr sobre la nieve cansa especialmente a nuestro personaje, pero donde no falla 'Kholat' es en ofrecer una tensión especial a esos paseos.
Querer dejar de jugar a 'Kholat'
Hay una prueba irrefutable de que 'Kholat' es un videojuego de terror y consigue transmitir tensión: en mis sesiones de juego nocturnas, he querido dejar de jugar, y eso es gracias a, como decía antes, su gran ambientación. No es que el escenario, como hemos visto, sea especialmente inspirado, pero los efectos de sonido son realmente brillantes, y el uso -o en ocasiones, desuso- de la banda sonora hacen sentir que en cualquier momento vamos a encontrarnos con algo con lo que no nos gustaría haber encontrado, o simplemente, con un nuevo hallazgo que nos hace avanzar en la historia.
Para más inri, podemos morir en 'Kholat', y tampoco es algo que podamos controlar a menudo. A lo largo y ancho del escenario hay unos extraños entes a veces invisibles, pero cuya presencia delata la intermitente luz del Dual Shock 4, en un uso genial del mando de PlayStation 4. Cuando eso ocurra, ya sabemos que hay que correr, pero también que estamos cerca de algo interesante, como si esas presencias no quisieran que llegáramos a un lugar concreto del mapa. Para colmo, los puntos de control son muy crueles, quedándonos muy lejos a veces del último lugar alcanzado, y repetir el trayecto en un mapeado tan laberíntico puede ser un quebradero de cabeza.
De hecho, lo es casi siempre. Como decía, las similitudes con el sistema de 'Firewatch' son evidentes. Disponemos de mapa y brújula, pero su uso no es sencillo en absoluto, ya que simplemente no aparece el punto donde nos encontramos en cada momento, salvo cuando hayamos llegado a un lugar clave, que se marcará automáticamente. Es más, hay que tener un sentido de la orientación especialmente desarrollado para viajar con ciertas garantías, pero también nos otorga las suficientes herramientas en forma de lugares elevados para conocer en qué punto nos encontramos exáctamente: una especie de iglesia, una antena de radio, la propia Luna... Hay que tomar uno de esos puntos como referencia y a partir de ahí, planificar el viaje.
Consigue lo que propone pero no despunta
Al final, queda el regusto de haber jugado un videojuego solvente pero con un potencial mayor del que finalmente despliega. En el plano jugable es difícil sacarle puntos negativos, pero por mencionar alguno, habría que hablar de las excesivas vueltas en círculo que vamos a dar a causa de su exigente -relativamente- sistema de orientación, pero a pesar de ello, 'Kholat' resulta divertido porque consigue lo que pretende: mantener la tensión y preguntarnos qué demonios ocurrió en este inhóspito escenario ruso, a pesar de no inventar absolutamente nada y ser el enésimo videojuego de terror en primera persona. Lamentablemente, nos lo vamos a preguntar demasiado, porque como decía al principio, narrativamente es un videojuego que no aprovecha al 100% lo que plantea. Con un poco más de empuje en este sentido, seguramente estaríamos hablando de uno de los mejores del género en los últimos años, pero peca de quedarse a medias. Aún así, 'Kholat' es totalmente recomendable para fans del género, y máxime para los amantes del misterio.
Lo mejor:
- Ambientación notable: escenario angustioso y abierto, y excelente uso del sonido. - La necesidad de usar más nuestro sentido de la orientación que el propio mapa. - El doblaje a cargo de Sean Bean. - Da miedo, en ocasiones mucho. - Técnicamene muy sólido...
Lo peor:
- ... a pesar de una tasa de frames inestable, con bajones muy graves. - Mantiene el interés en el caso, pero no tiene la fuerza narrativa esperada. - Habituales momentos de confusión, sin saber qué hacer ni dónde ir.