Con un lanzamiento de consola inusualmente pobre de exclusivos y de títulos en general, cada juego que sale resulta un oasis para los usuarios que han tenido la suerte de hacerse con una máquina de nueva generación en una sequía mundial de stock. También se convierte en una prueba de fuego para los fans inmersos en la fútil guerra de consolas, pero eso es otra cuestión. El caso es que 'Kena: Bridge of Spirits' es un lanzamiento importante para PlayStation, un peso quizás exagerado para Ember Lab, que en realidad es un estudio de animación convertido en desarrollador de videojuegos de apenas una quincena de personas. No está de más tener en cuenta el contexto en el que 'Kena' se ha creado para valorar un poco más sus aciertos, que no son pocos.
'Kena: Bridge of Spirits' tiene como protagonista a, por supuesto, Kena, una guía espiritual cuyo trabajo es ayudar a cruzar al más allá las almas de los que se han quedado estancados en este mundo. Junto a nosotros, tenemos la ayuda de los Rot, esas simpáticas criaturas que nos sirven para curarnos o transportar objetos pesados, entre otras cosas. La historia está llena de lugares comunes dentro de este tipo de mundos fantásticos, con una ambientación y unos valores que recuerdan al Studio Ghibli, pero sin su profundidad ni carisma de sus personajes. Ember Lab tiene mucho más talento en el campo de la animación (es muy bonito de ver) que en el guión (es fácil desconectar de lo que cuenta).
El mundo de 'Kena' no es especialmente grande, pero se va descubriendo a un ritmo muy bueno. En el momento que empieza a agotarse la sección en la que estamos, la historia da el salto a la siguiente, abriendo cada vez más la escala. La combinación de plataformeo, combate y exploración hace que sea muy divertido avanzar. Cuenta con una buena cantidad de coleccionables para perdernos por sus parajes verdes, algunos nos ayudan a mejorar a nuestra protagonista mientras otros son puramente estéticos (sombreros muy monos para los Rot). Lo que esconden normalmente los cofres son joyas, que sirven como moneda de cambio en este mundo. Lo malo es que lo único que se puede comprar con ellas son dichos sombreros, por lo que amasamos una gran cantidad de joyas para prácticamente nada.
En cuanto al combate, sorprende lo en serio que se han tomado desde Ember Lab este apartado. Su estética y ambientación chocan frontalmente con sus exigentes peleas en la dificultad media. La máxima que se desbloquea al completar el juego por primera vez sólo es apta para gente que quiera un verdadero desafío. Combinamos ataques normales con otros especiales, que podemos ejecutar acumulando coraje.
Entre jefes y minijefes, 'Kena' cuenta con una buena cantidad y en ningún momento se sienten repetitivos. Es más, hay algunos que son muy divertidos de jugar (a pesar de que quizás tengamos que repetir alguno varias veces), como la carpintera corrupta cuya forja la protege de los ataques, el arquero volador del bosque o el jefe final con sus varias fases. Como ya comentaremos después, las estrategias son muy importantes para derrotar a según qué jefe, con lo cual demuestra que es uno de los puntos fuertes del juego.
El principal defecto de 'Kena' es que quiere ser exigente con el jugador, pero luego el propio juego no es tan exigente con sus propias mecánicas, le falta un pequeño pulido extra para poder llegar a esas cotas de exigencia. Esto puede llevar a la frustración, porque 'Kena' es difícil y exigente, lo malo es cuando es injusto. No pasa mucho, pero pasa, y es normal que en ese momento el jugador rompa ese "contrato" y decida bajar el nivel de dificultad. Aun así, en líneas generales, el título resulta un reto bastante asequible e interesante de afrontar en la dificultad media. Aunque cuente con ciertos picos, se puede hacer con un poco de paciencia y aprendizaje.
En mi caso, las tarjetas de ayuda que Sony ha añadido como novedad en PlayStation 5 (sólo para usuarios del Plus) me han resultado muy útiles. Después de realizar más de diez intentos con un jefe, tenía una idea de cómo acabar con él, pero necesitaba practicar mucho mi parry. Sin embargo, le eché un ojo a los consejos, los puse a prueba y derroté al jefe a la primera sin demasiado esfuerzo. Por lo tanto, 'Kena' es complicado, sí, pero conocer la estrategia más ventajosa hace que el juego sea bastante más asequible.
No hay una gran variedad de armas y habilidades (suficiente para la duración que tiene el juego), pero están utilizadas muy inteligentemente para que sean útiles tanto fuera como dentro del combate. El arco activa interruptores a distancia, mientras que la bomba crea estructuras de piedra temporales para poder cruzar. Aunque todos los elementos que conforman 'Kena' son simples, el conjunto final es muy bueno.
La última de las partes del tridente jugable de 'Kena' es el plataformeo, que funciona muy bien salvo por un pequeño detalle. Kena sólo se puede agarrar de los bordes indicados, por lo que a veces hay que medir los saltos bien si no queremos resbalar, caer y volver a empezar. Las plataformas no tienen prácticamente ninguna complicación, pero son pequeños detalles que le restan algo de fluidez.
'Kena' se ve precioso y Ember Lab demuestra su pasado profesional como estudio de animación con creces. No en vano muchos han comparado sus cinemáticas con una película de Pixar, y es que, curiosamente, tiene más de película que de videojuego. La decisión creativa de apostar por los 24fps en las cinemáticas (framerate que se utiliza mayoritariamente en el cine) no afecta nada al conjunto general, pero sí es verdad que se nota raro cuando vienes de la fluidez de los 60fps. Incluso se permiten hacer transiciones entre ambas en los que se ve este efecto tan raro. Por lo demás, están cuidados todos los detalles, es un placer activar constantemente el escudo y soltarlo para ver cómo reacciona el escenario alrededor de Kena.
Conclusiones
'Kena: Bridge of Spirits' es un juego realmente divertido, que, aunque juega con elementos muy sencillos, obtiene un resultado sobresaliente. A pesar de que la historia no engancha y ni siquiera la protagonista tiene suficiente carisma como para ser memorable, el juego no necesita eso para que el jugador no quiera soltar el mando, liberar al mundo del mal y descubrir todos los secretos escondidos. No es la dificultad más depurada, pero ofrece un reto interesante. En definitiva, hemos disfrutado mucho en este universo fantástico y sólo podemos pensar en qué será lo próximo que nos ofrezca Ember Lab, porque recordemos que éste tan sólo ha sido su primer juego.