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Análisis de 'It Takes Two' para Xbox One, un nuevo formato para el cooperativo

MÁGICO

Análisis de 'It Takes Two' para Xbox One, un nuevo formato para el cooperativo

Por Sandra García

El 18 de Abril 2021 | 16:30

Analizamos 'It Takes Two', la nueva propuesta cooperativa de Josef Fares y que nos sorprende con una apuesta por el derroche creativo más genuino.

El videojuego siempre ha sido partícipe de un concepto muy social. Es uno de los puntos más notables de sus orígenes. Parte de la competición, de la cooperación. De tardes y tardes en las que nos juntábamos para pasar el rato a través de los videojuegos. De momentos en los que nos apoyábamos intercambiando criaturas digitales. Ahora, en su mayor medida, a través de las conexiones online.

Un concepto que Josef Fares domina por completo y con el que vuelve una vez más, tras éxitos como los de 'Brothers: A Tale of Two Sons' y 'A Way Out', con una nueva idea donde exploramos la cooperatividad desde un nuevo punto de vista. 'It Takes Two' es una experiencia totalmente única.

Cambiando conceptos

Y decimos que es algo único porque, al margen de las polémicas a las que el autor nos tiene acostumbrados a través de redes sociales —Fares no se corta un pelo cuando quiere decir algo, desde luego—, los títulos que ha dirigido al mando de Hazelight Studios siempre nos han dejado con pocas ganas de soltar el mando. Pero 'It Takes Two', su nueva entrega, tiene algo que resulta todavía mucho más efectivo.

It takes two

El concepto clave, quizás, sea su forma de abrazar al medio. Es un videojuego, con todas las de las letras, y funciona a la maravilla. Por supuesto, ayuda que su narrativa se encuentre bien hilada, que su jugabilidad sea una montaña rusa de emociones y experiencias y que su dirección en clave audiovisual tenga todos los números para aparecer este año entre los mejores contendientes. Casi nada.

Con todo, el nuevo título de Hazelight no deja de ser fruto de algo corriente. Fruto de una relación olvidada y deteriorada con el paso del tiempo. Fruto de las diferencias que han surgido entre May y Cody, que se encuentran al borde del divorcio, sin tener en cuenta los problemas emocionales que ello supone para su hija.

Una idea que, aunque se encuentra bien desarrollada, también incide en una problemática al plantear el juego como esta suerte de "terapia de pareja" en la que May y Cody deberán colaborar estrictamente para superar la aventura. Algo que se traduce, narrativamente, en arreglar su relación. Una idea que cada cual puede juzgar según su opinión pero que en algunos momentos puede verse como algo forzado e idealizado. Algo que, desde luego, no incide en las capacidades del juego para narrar. Uno de sus puntos clave.

Una pizca de magia y nostalgia

Con todo, el juego nos llevará a ponernos en el cuerpo de ambos protagonistas. Pero no en sus cuerpos reales, sino en el de dos muñecos que, guiados por las palabras del carismático Dr. Hakim —un libro mágico que aparece por petición de su hija al entender la situación a la que se ve abocada— deberán cumplir con una serie de tareas para conseguir regresar a sus cuerpos.

It takes two

Con esas, 'It Takes Two' toma todo lo que puede del mundo real y añade una curiosa y mágica habilidad para incorporar sus propias ideas con tal de convertir escenarios domésticos en nuestro campo de juegos. Un concepto tan clásico como empequeñecer a sus protagonistas y convertir los objetos del día a día en gigantes obstáculos que, sin embargo, toma nueva forma en el título de Fares con una absoluta capacidad para dar vida a sus escenarios y sus mecánicas que hace de cada pequeño momento una experiencia a tener en cuenta.

Desde su primer momento el título nos arroja constantemente ideas tanto clásicas como excéntricas pero siempre con un pequeño giro para adaptarlo a su principal apuesta: la cooperación pura y dura. Es una carrera de fondo con muchas secciones que, sin llegar a darnos cuenta, se convierten en todo un sprint creativo donde nunca dependemos solo de nosotros mismos, sino también de la persona que aguanta el otro mando. Por ello, y aunque el juego nos da diferentes opciones, es especialmente recomendable jugarlo siempre con alguien de confianza. Las risas están aseguradas.

Desde combatir contra aspiradoras gigantes a coordinarnos para pulsar interruptores al unísono a través de raíles automáticos pasando por batirnos con caballeros avispa con unas improvisadas pistolas de cera inflamable. El derroche creativo que plantea Hazelight Studios es una constante invariable del título que lo hace brillar en cada pequeña sección del mismo y que nos sigue sorprendiendo una y otra vez a medida que avanzamos por él. No solo en lo mecánico, donde despunta, sino también en cómo conecta con su narrativa y la hace destacar con una simbiosis que difícilmente encontramos en el medio con tal precisión.

It takes two

Más allá de eso, el juego también se reserva un total de 25 minijuegos ocultos donde podremos cambiar las tornas y, en vez de cooperar, aprovechar para batirnos en pequeños duelos que, por supuesto, mantienen la misma estructura creativa de la extensión del juego.

Sorprendente de principio a fin

Como suele ser habitual en los títulos de Fares, nos encontramos ante una obra que no se alarga mucho más allá de las doce o quince horas de duración. Una extensión perfecta para lo que nos quiere contar y, de nuevo, por la forma en la que lo hace. 'It Takes Two' acaba igual que comienza, con una dosis de dinamismo y potencial creativo que no se apaga en ningún momento pero que cuenta con pequeños baches donde los caminos entre sus jugadores se ven demasiado separados o su pasión por lo clásico nos muestra conceptos a los que, quizás, ya estamos demasiado acostumbrados. No es un punto especialmente negativo, pero sirve de contraste con el resto de la obra.

En ese sentido sí podemos afirmar que 'It Takes Two' intenta abarcar demasiado y apuesta por un mundo grande dentro de sus limitaciones y repleto de detalles, tanto visuales como jugables, que acaban por ser un peso a veces demasiado grande para la obra de marras. Si bien, es algo que se hace notar más en el funcionamiento de su apartado multijugador.

It takes two

Con todo, y como decíamos, la obra de Hazelight Studios ha sido toda una sorpresa a muchos niveles. Su apartado audiovisual es toda una delicia y se ha diseñado con tanta precisión y cariño que cada pequeño componente —iluminaciones, sombreados, texturas, animaciones...— se encuentran perfectamente cuidados y dan una sensación de inmersión excelentemente bien construida, hasta el punto de sentirnos en una película de animación. Por supuesto, encontramos pequeños detalles como excepción y los detalles de los modelos humanos se encuentran desprovistos de estos detalles, pero es algo poco notable en su línea de producción.

Con todo el año por delante, no me tiembla el pulso al decir que 'It Takes Two' es uno de los grandes protagonistas del 2021. Un título con una premisa arriesgada y no desprovisto de pequeños errores pero con un potencial único e infalible, que lo convierte en una promesa del cooperativo al que estamos ya raramente acostumbrados y que funciona con una capacidad totalmente sorprendente. Su forma de narrar a través de sus personajes y mecánicas es única y sus ideas son tan frescas como mágicas. Un título endiabladamente divertido con el que pasar momentos igual de especiales en compañía de otra persona. Sin duda, un demostrativo de todo lo que puede hacer el videojuego incluso a través de la simpleza.

8,5

Lo mejor:

- Una aventura cooperativa única

- Una delicia audiovisual con multitud de detalles

- Sus personajes son especialmente carismáticos

- Un increíble derroche creativo, siempre repleto de ideas

Lo peor:

- Su argumento, aunque bien hilado, puede ser algo forzado

- Pequeños bajones en algunas dinámicas

- Su intención cooperativa pierde ritmo en algunas secciones

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