El 6 de Junio 2016 | 17:14
Después del gran sabor de boca que dejó el episodio 2 de este nuevo 'Hitman' ambientado en la localidad italiana de Sapienza, el listón y también las esperanzas con este videojuego en general habían aumentado. La llegada del tercer capítulo prometía explotar otra de las grandes características de esta franquicia, además del gran numero de posibilidades a la hora de asesinar: los entornos con grandes multitudes. Sin duda, pocos escenarios mejores para ello que un mercado marroquí, y para más inri, con una ciudad de Marrakech en plena revuelta social. Con este panorama y cientos de ojos encima, el Agente 47 se pone manos a la obra para acabar con dos nuevos objetivos.
Las miras están esta vez puestas en un banquero, Claus Strandberg, y un general del ejército marroquí, Reza Zaydan. Este segundo es el primer objetivo al que hay que echar el guante, y que ha establecido su cuartel en una escuela abandonada a la que es extremadamente difícil acceder si no es aprovechando alguna de las oportunidades que brinda la exploración del entorno. Esta vuelve a cobrar una importancia mayúscula, más aún que en Sapienza, ya que tanto esta escuela como la embajada sueca en la que se refugia Strandberg son dos lugares prácticamente inaccesibles utilizando métodos convencionales.
De esa manera, también la búsqueda de esas oportunidades se antoja crucial, y además va a llevar un tiempo considerable, ya que tanto el tamaño del mapa, su diseño como la cantidad de gente que deambula por sus calles hacen que cualquier actividad sospechosa haga saltar las alarmas. Estas oportunidades hacían que episodios anteriores parecieran hasta cierto punto lineales, ya que una vez descubierta una, tan solo había que seguir las instrucciones para completarla, pero en cierta medida eso se ha corregido en este tercer episodio.
La ciudad de Marrakech y sus gentes son las grandes protagonistas de este episodio. El diseño del nivel está realmente bien, y lo laberíntico de su mapeado añade un plus de dificultad, sobre todo en la zona del mercado. También se nota un pequeño salto técnico más respecto al dado ya en Sapienza, ya que si entonces era la belleza de la costa itailiana la que explotaba un poco mejor el Glacier, esta vez es no solo que haya una multitud considerable, sino que esta está enfervorecida en plena manifestación frente a la embajada sueca.
Tan difícil es llegar a la escuela como entrar a la embajada, áltamente vigilada por las fuerzas marroquíes, y la que solo será posible entrar haciendo uso del ingenio. Así, si bien seguir las oportunidades sigue dando la sensación de otorgar una experiencia demasiado guiada, son los pasos previos los que nos darán cierta libertad. Una vez dentro de cada edificio, las opciones para asesinar no son demasiadas, pero sí las maneras de acceder a ellas.
Esto no quiere decir que las posibilidades para ejecutar a cada uno de los objetivos sean pocas, nada más lejos, pero sí que hay una opción muy obvia para cada uno, y solo los que quieran sacarle el mayor jugo posible al título aprovecharán este capítulo al máximo. De nuevo, la rejugabilidad y la enorme cantidad de desafíos que nos propone es una gran virtud, haciendo que la aparente corta duración del juego principal se vea compensada por este aspecto.
Lamentablemente, esta corta duración parece que irá ligada a una trama principal bastante insípida, y es que en este tercer episodio cobra menos importancia que nunca. El misterioso personaje que hemos visto en los dos anteriores capítulos esta vez no hace acto de presencia, lo que hace dudar mucho de su relevancia en la historia. Parece que de verdad es un personaje importante, pero no ha dado esa sensación en este episodio de Marrakech. Tampoco es que la historia haya sido nunca uno de los aspectos más trabajados de esta franquicia -excepto tal vez en 'Absolution'-, pero si a eso le añadimos el carácter episódico del juego y el tener que esperar un mes para jugar el siguiente... es inevitable que se vaya diluyendo.
En general, tras terminar este tercer episodio ambientado en Marruecos, queda la sensación de que el nivel puede seguir en el mismo punto, pero al contrario que sí ocurrió en el segundo, esta vez no se ha aumentado. No hay que tomar esto como algo implícitamente negativo, ya que jugablemente el título va despejando muchas de las dudas iniciales, pero si va a compañado de una trama con poco peso en el global del juego, al final puede quedar un sabor agridulce. Esperamos con ganas el capítulo cuarto, ambientado en Tailandia, para ir descubriendo más sobre esto y poder sacar más conclusiones.
Lo mejor:
- El escenario más complejo y mejor diseñado en el juego hasta ahora. - Sigue presumiendo de una rejugabilidad fabulosa. - Sube el listón de dificultad.
Lo peor:
- Algún bug puntual. - La trama principal se va diluyendo poco a poco. - No sorprende después de Sapienza.