El 20 de Noviembre 2017 | 09:59
En 2015 conocimos 'Hand of Fate', un juego tremendamente original y personal que tras un proceso de Acceso Anticipado, logró cautivar a miles y miles de jugadores con una propuesta muy particular. ¿Qué tal si mezclamos en un único producto lo mejor del rol de mesa, los juegos de cartas, los títulos de acción, y hasta las novelas de "escoge tu aventura"? Dicho y hecho, dijeron los chicos de Defiant Development, que se sacaron de la manga un juego mágico que se ganó el respeto del sector por méritos propios. Hoy, dos años más tarde, tiene lugar el acercamiento al público de su esperada secuela.
Rellena la jarra, por favor
La cuestión, es que tanto para bien como para mal, 'Hand of Fate 2' es una nueva ración de todo aquello que nos gustó del primero. Algo así como si nos fuéramos a una de las tabernas medievales del juego, a que nos rellenasen de nuevo la jarra. Esto, no necesariamente es negativo, porque la fórmula que nos presentaron era precisamente única en el mercado -y por lo tanto, lo sigue siendo-, pero es verdad que todos los que hayan estado esperando este tiempo, con la ilusión de algo más revolucionario, deberían tenerlo en cuenta a la hora de acercarse a la secuela.
Es por todo eso, que si conoces de sobra la obra de Defiant Development, no te sentirás en ningún momento abrumado con la secuela. El desarrollo es más complejo en la teoría, en cuanto a la variedad de géneros y elementos que intervienen, que en la práctica, donde todo se va mostrando al jugador de un modo entendedor y ordenado. Delante de nuestras narices, el señor de la baraja de cartas: un misterioso personaje que nos presenta toda la historia como si de un juego de rol de mesa se tratara. Con él, vamos a disfrutar del argumento de la aventura -siempre narrado en base a texto-, así como de la parte más estratégica y aleatoria del juego.
Escoge bien tus cartas
Lo más interesante del juego es esa preciosa mezcla entre lo que controlamos al 100%, no sin dejar de estar muy atentos a escoger la estrategia adecuada, y lo que ponen las cartas de su parte: un buen grado de aleatoriedad. Es como un buen juego de mesa de rol, en el que habrá que tomar decisiones, tirar los dados y esperar que la suerte nos acompañe en más de una ocasión (sino, las consecuencias pueden ser fatales). El tablero, está representado por una serie de cartas que combinan aquellas que el capítulo del juego nos impone -y que desconocemos de antemano-, y las que hemos podido escoger nosotros, de nuestra propia colección.
Lo bueno, es que eso comporta una unión perfecta entre el coleccionismo y la constante sensación de encontrar elementos nuevos en las partidas. Lo que hará que un capítulo pueda ser muy distinto en función de nuestras elecciones. Cada carta supone un paso dentro del capítulo (nosotros movemos a nuestra figura carta por carta en un recorrido hasta el siguiente objetivo), y lo realmente determinante es que todas las cartas del mazo están boca abajo al comienzo del capítulo. Para terminarlo, no necesariamente tendremos que destaparlas todas -una es la que nos hace avanzar-, de manera que de nosotros dependerá qué recorrido trazamos.
¿Vivo? ¿O muero?
Y te preguntarás... ¿Qué supone cada carta? Muy fácil: nuevos elementos de argumento, batallas en las que tirar los dados para salir del paso, pequeños eventos en los que poder ganar dinero, comprar o acampar para recuperar salud, o simplemente trampas que pueden resultar mortales -o cuanto menos mermar mucho nuestra salud. Por eso, es determinante elegir bien las cartas de nuestro propio mazo. No bastará con elegir las más beneficiosas, sino que en función del capítulo unas nos favorecerán más que otras. Por ejemplo, puede que en un capítulo haya tantas trampas, que si queremos llegar hasta el final, sea aconsejable escoger cartas con las que ganar dinero para poder comprar pociones.
Sin embargo, si hay un elemento que hace de este juego algo realmente distinto a los demás que hayan podido tocar el tema de las cartas, el rol y los juegos de mesa, ese es el gran punto de acción que suponen las partes en las que sí controlamos a un personaje. Personaje del cual habremos podido elegir apariencia y sexo al principio -aunque no es nada determinante en la aventura-, y que se embarcará en grandes combates a lo hack and slash que supondrán un soplo de aire fresco para el desarrollo. Algunas cartas nos obligarán a combatir en escenarios cerrados contra enemigos de todo tipo -humanos y no tan humanos, debido a una plaga que azota el mundo en el que transcurre el juego-, y hasta jefes finales. Todo, con unos controles que recuerdan de forma más que sospechosa a los 'Batman' de Rocksteady Studios. Tanto, que me atrevería a decir que son calcados.
¿Y la frescura?
Pero lo malo no es tanto el hecho de que sea un sistema con muchos años a las espaldas ya, que no es capaz de sorprender como quizás sí lo hizo en la primera entrega. El problema es que estos combates no han evolucionado en nada, convirtiéndose en un elemento del juego que se acaba tornando demasiado repetitivo -tampoco ayudan los grandes tiempos de carga en la transición de la partida de cartas al escenario de combate. Es verdad que uno de los añadidos de esta secuela es el hecho de que algunos personajes secundarios nos acompañan en esas batallas -y es divertido y original el modo en el que transcurre-, pero no son para nada determinantes en la jugabilidad de los mismos.
Por su parte, gráficamente tampoco son nada espectaculares. Sabemos de la importancia que supone el hecho de que hablamos de un estudio mucho menor, pero es verdad que en muchas ocasiones -y no solo a nivel visual-, este 'Hand of Fate 2' se siente más como una expansión que no como una secuela. Y teniendo en cuenta que han pasado 2 años entre el desarrollo de uno y el del otro, es algo muy a destacar. No es que no tenga gracia a nivel visual, y de hecho algunos diseños son muy chulos, y además los escenarios tienen personalidad; más bien es una cuestión de que las animaciones, las texturas y la definición son más propias de la generación de PS2. Y el contraste entre lo que está realmente bien y lo que no está a la altura resulta demasiado marcado.
Una partida más y paro. ¡Mentira!
Pero también sería muy absurdo e injusto no dejar claro que esos combates, así como el apartado visual son los motivos por los cuales muchos jugadores están deseando jugar a este título. Son, más bien, un añadido interesante; un elemento acompañante que no molesta y que lo hacen especial. Lo importante, es que cada capítulo -hay más de 20 para disfrutar, modo infinito aparte- añade nuevas cartas, nuevos modos de disfrutar de esas cartas. Que el juego engancha, que es una de esas experiencias en las que 1 hora parecen 10 minutos, y que la curva de dificultad, aún siendo exigente, resulta una obra maestra de la ingeniería que supone 'Hand of Fate 2'.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no hay puntos de guardado o check points dentro de un capítulo, y por lo tanto, morir justo al final representa tener que empezarlo de cero. Mal menor, teniendo en cuenta que la frustración no es tan determinante cuando en la siguiente partida te das cuenta que no solo el ensayo y error te ayudará -conoces ya algunas cartas nuevas-, sino que también lo hará la posibilidad de elegir tú unas cartas mejores dentro de las de tu mazo. Además, en ciertos momentos es posible elegir misiones secundarias para desengrasar, o simplemente ir a otro capítulo -dentro de una libertad limitada. Eso sí, a veces te puede desesperar el hecho de que el juego haga "algunas trampas" puñeteras para dificultad tu camino incluso aunque hagas las cosas bien.
Pausado y profundo
Otro de los aspectos que ha sido mejorado en esta entrega, y que apreciarán mucho los grandes fans del primero, es la profundidad argumental. Ahora sí que estamos ante un argumento más definido, trabajado e interesante de seguir. No solo por esos personajes secundarios de los que hablábamos antes, que le dan más personalidad, sino también por giros de guión inesperados, o una forma exquisita de contar ese argumento a través de cartas que luego están expuestas de manera inteligente en las barajas. Es como si el mundo en el que transcurre el juego fuera realmente creíble. Con multitud de tramas paralelas, personajes carismáticos, lugares de gran belleza -te hace jugar mucho con la imaginación-, o grandes peligros que afrontar.
Todo, desde una perspectiva de avance lento y pausado. Tomando decisiones, y leyendo solo a nivel de texto todo aquello que nos depara la aventura. Pero ojo, el hecho de que la historia sea contada únicamente a través de las letras, no significa que el apartado sonoro del título no acompañe. Lo hace, y realmente bien. No tanto por la música, que es buena pero que no destaca excesivamente ni por calidad ni por cantidad, sino más bien por todos los efectos sonoros y las voces -en especial la del personaje misterioso que baraja las cartas. Las voces están en inglés, pero poco importa, teniendo en cuenta ese halo de misterio y de cuento de hadas que suscita. Algo que, desde mi punto de vista, le da al juego un toque mágico en el que aquellas historias de "elige tu propio camino" recogen una dimensión realmente espectacular.
Conclusiones
En definitiva, 'Hand of Fate 2' es un grandioso juego y una mejor secuela. Demasiado continuísta, desde mi punto de vista, ya que no es capaz de pulir algunos de los aspectos más criticados del primero, y no aporta un "algo más" que se sienta real y no tan teórico. Pero también hay que decir que mantiene aquella chispa de que estamos ante algo original, rompedor en algunos aspectos y sobre todo divertido y adictivo. No existe a día de hoy otro juego de este tipo en el que soltar el mando sea una misión casi más complicada que la dificultad del propio juego: siempre retante y agradecida con el jugador. Su mezcla de géneros es acertada, y existe tal cantidad de cartas y mecánicas distintas dentro de una misma partida, que cada capítulo conseguirá sorprender al jugador, encantado de ir conociendo nuevos elementos hasta el final de la aventura -con más de 20 horas de juego. Si te gustó el primero, o si te atrae su peculiar propuesta, olvida la nota: es mejor juego que el primero. Aunque nos quede la sensación de que podría haber sido más ambicioso. Talento tienen sus creadores.
Lo mejor:
- Su extraña pero efectiva mezcla entre juego de rol, hack and slash, y coleccionismo de cartas es genial.
- A nivel sonoro está muy bien ambientado. Te hace meter en la historia de lleno.
- Gran equilibrio entre la estrategia y la aleatoriedad.
- Es largo, y su curva de dificultad no deja de añadir nuevas opciones en ningún momento.
- Engancha y siempre quieres "una partida más".
Lo peor:
- Escasas novedades en comparación con el juego original.
- En ciertos momentos se siente más como una expansión que como una secuela.
- La dificultad a veces es un poco tramposa, y puede desesperar.
- La parte de acción se hace repetitiva en ocasiones, y no inventa nada.
- Gráficamente no evoluciona nada y es poco ambicioso.