Análisis de 'Ghostrunner: Complete Edition', una carrera perfecta

Ver una partida de 'Ghostrunner' es imponente. El lema de juega, muere, repite se extiende a lo largo de las varias horas que dura: pero no suele ser la escena que encuentras al ver streamings o vídeos. Lo que sueles encontrar es la crème de la crème, jugadores tan expertos que hacen carreras perfectas sin un sólo arañazo. Decenas de enemigos derrotados en consecución, combos imbatibles, reflejos puros de un felino. Es un muy alto nivel de estilo.

Tomas el mando tú y mueres ante un par de enemigos con una porra. Te cuenta diez intentos derrotar a un simple guardia con pistola. Ya no hablemos de cuando aparecen los policías con barrera y ametralladora. Eres una sola persona con una espada y te enfrentas a un ejército armado, futurista y con muchas ganas de verte muerto. Y no les será difícil. Un sólo disparo, un roce, y estás acabado.

Lo único que puedes hacer al final es rendirte a la realidad. Lo que te han enseñado otros muchos juegos en primera persona es tomar cobertura o una confrontación directa y agresiva. 'Ghostrunner: Complete Edition' no quiere que hagas eso. Quiere que analices tu entorno, te adaptes al momento y hagas lo que siempre te han dicho que no debes: correr.

'Ghostrunner'

Nuestro futuro es historia

La trama de 'Ghostrunner' nos lleva a conocer a Jack, el último de su raza de cyborgs. En un futuro lejano la humanidad se ha enfrentado al mismísimo apocalipsis y sus pocos supervivientes se han retirado a la Torre Dharma, el único espacio habitable del planeta creado por grandes corporaciones y las mentes científicas más brillantes. Los Ghostrunners fueron creados para proteger los intereses de sus creadores, pero tras un golpe de estado tanto Jack como el resto de sus compañeros fueron desconectados y retirados.

Decenas de años más tarde entramos en juego sin necesidad de más introducciones. De alguna forma hemos vuelto a la vida y tenemos un objetivo claro: acabar con la dictadora que está llevando a la humanidad a su máximo límite. 'Ghostrunner' dedica muy poco tiempo a cinemáticas y prefiere dar el control al jugador el mayor tiempo posible, dejando para los coleccionables el auténtico jugo de su trama. Por desgracia tampoco hay mucho más para descubrir, pues la trama de la campaña base se queda algo básica y simple al final.

Todo el peso del título recae entonces en la jugabilidad, su mayor punto fuerte. Jack sólo tiene un arma en su arsenal, su espada. Quitando ciertos poderes secundarios que se pueden utilizar contadas veces es todo con lo que cuenta. Eso y su increíble agilidad, la cual nos permite movernos por los escenarios con absoluta libertad y a un ritmo frenético. Podemos correr por las paredes, impulsarnos hacia adelante, engancharnos a puntos clave.

Vamos a necesitarlo todo, porque nuestros enemigos saben el peligro que representamos con sólo una espada. Aunque su inteligencia artificial no sea brillante sus patrones son agresivos y reconocibles. Sabemos cómo obrará cada clase de enemigo tras introducirlos en los primeros combates, así que nuestros esfuerzos deben recaer al entrar en cada arena de combate en analizar nuestro entorno, reconocer sus puntos débiles y crear una ruta matando a todos los que se nos opongan para salir victoriosos. Eso, y ejecutar nuestro plan a la perfección en un intento.

'Ghostrunner'

Corre, muere, repite

'Ghostrunner' es difícil. Espera que mueras en cada nivel una centena de veces como mínimo. No imagina un escenario en el que en una primera partida obtengas todas las carreras perfectas y cero errores por tu parte. El nivel de reflejos que exige tanto en sus secciones de parkour como en el combate llega a ser agotador, y en las primeras sesiones deja al jugador agotado, con necesidad de un descanso entre nivel y nivel.

El reto se puede apreciar en todas sus capas. Aprender el escenario y movernos con soltura por él es sólo una parte. Se nos dan varias opciones para enfrentarnos a cada obstáculo, pero nunca se nos va a regalar la victoria. Tenemos varias mejoras que podemos equiparnos para facilitar nuestro estilo de juego, como la capacidad de devolver proyectiles a nuestros enemigos... al coste, claro, de bloquearlos en el momento exacto. Cortándolos en el aire.

No es un juego fácil, pero a medida que rejugamos más cómodos nos sentimos en la piel del Ghostrunner. La primera partida en la campaña dura alrededor de ocho horas, a las que hay que sumar las cuatro de su expansión. Tras nuestro éxito no hay razones de peso para volver a rejugar el juego, pero es toda una experiencia volver a pasar por los niveles con el conocimiento y la práctica adquiridos en nuestras horas anteriores. Nuestra eficiencia se ve ampliamente mejorada y se nos invita a probar el modo Speedrun para demostrar lo que podemos valer.

La única otra razón por la que revisitar el juego tras el final son los coleccionables. No son muy numerosos, pero se ocultan bien entre los niveles expertamente diseñados y requieren nuestra atención a máximo volumen. Aunque nos equipemos una mejora para localizarlos en el minimapa siguen siendo difíciles de hallar sin una pista, y en más de una ocasión deberemos explorar muy a fondo los mapas para encontrar el camino que nos lleve hasta ellos.

'Ghostrunner'

Llegada desde el infierno

El gran agregado por el que merece la pena lanzarse a por 'Ghostrunner: Complete Edition', la versión completa del juego, es la inclusión de su expansión de pago. 'Project_Hel' es el DLC de historia con una campaña totalmente nueva, niveles pensados desde otra perspectiva y una profundización en el mundo de Dharma que falta en el juego original. Lo mejor de todo es que logra sobrepasar a la campaña original en varios niveles.

En esta nueva historia tomamos el control sobre Hel, uno de los jefes del juego original y cuyo origen no se revelaba hasta ahora. Este androide lleno de rabia y sedienta de sangre ofrece una jugabilidad distinta a la de Jack: es mucho más agresiva, encadena combos de muertes para cargar sus habilidades especiales y recompensa la violencia gratamente. Es capaz de saltar mucho más lejos que cualquier Ghostrunner, y por tanto sus niveles tienen un alma totalmente diferente.

Uno de los mayores puntos fuertes es cómo explora el mundo de la torre Dharma de una forma mucho más efectiva y profunda que el título original. Si bien en la primera campaña la trama parecía algo secundario, en esta gana nuestro completo interés a través de las conversaciones que escuchamos, los diálogos de Hel con su maestra y los conflictos tridimensionales que faltaban antes. Conocemos facciones, nombres, política y revoluciones internas desde el punto de vista de los villanos. Construye mucho más efectivamente su universo y se enriquece de él.

Aunque podamos rejugar los niveles en busca de coleccionables, a 'Project_Hel' le falta algún punto para animar su rejugabilidad. Más modos desafío o algunos retos adicionales que alargaran su propuesta. No es que sea un problema: aporta fácilmente cuatro horas de juego intensas que son difíciles de olvidar.

'Ghostrunner'

Conclusiones

Aunque no sea perfecto, 'Ghostrunner: Complete Edition' es intenso. Es una auténtica joya a la que habría que atender mucho más para aprender de sus puntos fuertes, los cuales sobresalen como auténticos ejemplos a seguir en diseño de niveles, dificultad y estética. Es una experiencia que de ninguna forma debes dejar pasar si un vídeo de un jugador maestro llama tu atención. Tú también puedes estar a ese nivel tras una partida completa de 'Ghostrunner'.

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