VAYA ANIMALADA

Análisis: 'Frantics' para PS4, un party game muy bestia

Analizamos 'Frantics', un party game para PS4 con el que divertirnos en compañía y con el que las risas están aseguradas.

Por Juan José Cintas 'chibisake' 6 de Marzo 2018 | 16:00

Party Games, juegos de socialización que antaño servían en exclusiva para forjar y reforzar amistades y relaciones con personas de tu entorno pero que en su transición hacia el formato digital han adquirido una nueva cualidad: convertir a los tuyos en fieros enemigos. Y con "tuyos" también se incluyen a los miembros de tu familia, o incluso esa persona con la que decides compartir el resto de tu vida. Como videojuegos, los Party Games ofrecen una variedad más libre y creativas de opciones y mecánicas que abren las puertas a sacar nuestro "yo" más travieso y traicionero. Conscientes de todas estas posibilidades, el equipo de NapNik Games explota en 'Frantics' este anárquico concepto de la amistad, proponiendo partidas rápidas y alocadas para hasta cuatro jugadores con un requisito especial: el mando es tu propio Smartphone. Cosas de la línea PlayLink de PS4.

Rebelión en la fauna

En 'Frantics' seremos partícipes de una especie de concurso sin público ni escenario que tiene a un desaliñado y vanidoso zorro como presentador. Traducido y doblado perfectamente al castellano, el juego nos invitará a hacernos un selfi, ponernos un apodo, elegir al personaje animal que más nos guste de entre un total de doce –gallina, elefante, vaca, alce, perro, cocodrilo, mandril, caballo, jirafa, cerdo, ornitorrinco y rinoceronte- y personalizarlo con los accesorios que iremos adquiriendo al jugar más y más partidas.

A diferencia de juegos como 'Mario Party', donde las partidas pueden llegar a durar horas, en 'Frantics' se carece de un tablero o mapa por el cual los personajes se puedan ir desplazando, mostrándonos directamente las pruebas que tocará superar. Esta búsqueda de la inmediatez acerca a los jugadores a ese tipo de experiencias cuya diversión reside en lo espontáneo y alocado. En el modo de juego principal el zorro nos irá guiando a través de una selección breve y aleatoria de minijuegos que, si bien se van mostrando uno detrás de otro, suelen estar separados por una especie de escena transitoria en la cual el presentador aprovecha para, bien emitir un comentario jocoso, o bien interrumpir el curso de la competición. Cuando se produce esta interrupción se pueden dar dos casos: el zorro hará una llamada secreta a uno de los jugadores para asignarle una misión a cumplir, o simplemente dejará caer una bomba que, a lo "patata caliente", los jugadores deberán pasarse hasta que termine por explotar.

El objetivo de todos y cada uno de los quince minijuegos que se incluyen en 'Frantics' es el de ser el último en quedar en pie u obtener más puntuación que el resto de participantes. El jugador que se alce con la victoria obtiene inmediatamente una corona, un galardón que será decisivo para decidir al ganador absoluto de la competición. Al finalizar esta pueden ocurrir dos cosas: o bien se hace un conteo final para dar por ganador al que haya acumulado el mayor número de coronas, o bien estas son convertidas en corazones de salud para someter a los jugadores a un último minijuego donde gana el último que quede en pie.

Existen dos modos de juego adicionales en el caso de que se desee jugar a uno o un grupo de minijuegos en concreto. El primero de estos modos nos permite jugar directamente la prueba que escojamos, mientras que en el segundo se nos permite elegir o crear un paquete de minijuegos.

La brevedad de las partidas, así como el caos que siempre aflora, provoca que la emoción esté siempre a flor de piel. Por muy habilidosos que seamos la victoria no siempre nos sonreirá, puesto que a la naturaleza alocada de las propias misiones se le ha de sumar la venganza de aquellos que han caído, quienes podrán torpedear nuestro progreso lanzándonos hechizos congeladores, misiles teledirigidos o incluso provocar que el suelo que pisa nuestro personaje se desprenda.

Un problema de precisión

Es cierto que se puede echar en falta una mayor cantidad de minijuegos, pero dado que la mayoría suelen ofrecer partidas intensas este problema queda en parte contrarrestado. No obstante, no es oro todo lo que reluce, ya que en algunos minijuegos la victoria puede estar condicionada o ser más probable para quienes se equipen con determinados accesorios o armas que, bien forman parte de la prueba, bien se adquieren en las pujas que pueden aparecer aleatoriamente en mitad de la partida. Otro inconveniente que pueden presentar ciertos minijuegos es la falta de precisión a la hora de controlar a los personajes, una acción que se realiza mediante el giroscopio del Smartphone. Cierto es que la filosofía de la serie PlayLink es la de acercar los videojuegos a personas que no estarían por la labor de comprar mandos adicionales solo para los invitados, pero en el caso de 'Frantics' se echa en falta la opción de usar los mandos de la consola para disfrutar de una experiencia más precisa y, por tanto, gratificante.

El apartado artístico es uno de los más interesantes de todo el juego, ya que nos muestra un sencillo universo de difuminados fondos blancos y animales antropomorfos con textura de plastilina. El diseño de estos personajes recuerda mucho a la clásica serie de animación 'Vaca y Pollo' de Cartoon Network, pues son diseños hechos para dar énfasis al humor. No se puede decir lo mismo de la música, que si bien no es mala, se limita a acompañar y a acentuar la sensación de caos que en todo momento predomina en el juego.

Conclusión

Puede que 'Frantics' no sea la experiencia definitiva, ni tampoco la más remarcable dentro del género, pero es un título que, pese a sus imperfecciones, logra llevar a cabo su cometido principal: divertir. El hecho de que sea una apuesta que ofrece una experiencia breve pero intensamente caótica lo convierte en una opción ideal para aquellas reuniones familiares o de amigos donde el juego no sea el centro de atención, sino una más de las actividades a realizar para fortalecer vínculos entre allegados.