Una pequeña niña de diez años ve morir a sus padres de una forma cruenta y muy perturbadora. Tanto es así que debe ser recluida en un centro psiquiátrico por los problemas ocasionados por esa visión, en la que la pequeña Fran Bow tuvo que ver a sus padres mutilados, en una escena grotesca llena de sangre.
A partir de ese momento, obviamente, Fran Bow no sería la misma.
Ese es el punto de comienzo de 'Fran Bow', una aventura gráfica independiente que trata de abordar ciertos temas muchas veces obviados por el mundo de los videojuegos por motivos evidentes, ya que no es fácil tratar asuntos como el de los traumas infantiles, los asesinatos, la locura, la pedofilia... 'Fran Bow' tiene un poco de todo eso, haciendo al jugador partícipe de un ejercicio macabro por el que debe avanzar para conseguir que la pequeña cumpla su objetivo, que no es otro que el de conseguir volver a sonreír.
Desde el principio somos conscientes de que la pequeña Fran Bow no es feliz recluida en este centro psiquiátrico, en la que tiene que resignarse a tomar unas pastillas como parte de su medicación que no parecen gustarle demasiado. Además, esas mismas pastillas generan en ella otro tipo de visiones todavía más perturbadoras que no hacen más que agravar su condición.
La sangre, aquella que vio inundando la escena en la que vio los cadáveres de sus padres mutilados, parece haberse convertido en rutina en su propio mundo, que converge con el real. Fran Bow comienza a tener visiones terroríficas en las que el mundo que la rodea se transforma en una pesadilla, repleta de seres fantasmales, sangre, muertos... nada a lo que una niña pequeña debería ni siquiera asomarse.
Dos realidades
Pero ahí es cuando entra el jugador y cuando el mensaje de 'Fran Bow' comienza a calar fuertemente mientras que vamos avanzando con unas mecánicas clásicas de aventura gráfica tradicional. ¿Y si esas cruentas visiones de la pequeña no son imaginaciones? ¿Y si realmente la pequeña consigue acceder a esa otra parte de la realidad gracias a esas extrañas pastillas que le suministran como parte de su medicación? ¿Puede ser que lo que consideran locura no lo sea en realidad?
Son muchos los estudios realizados a lo largo de los años con los niños como grandes protagonistas. Algunos sostienen la teoría de que éstos tienen acceso a una parte de la realidad a la que los adultos ya no pueden acceder. Una etapa en la que nacemos con ciertas percepciones que la educación, la sociedad y el propio crecimiento inhiben.
El jugador llega a esta conclusión ya que, en 'Fran Bow', podemos ir variando los dos mundos que visitamos tomando estas extrañas pastillas a las que la pequeña tiene acceso desde el principio del juego. Si no tomamos la pastilla, seremos testigos de este mundo "real", humano, que consideramos normal. Si la tomamos, sin embargo, accederemos a este mundo de pesadilla en el que variarán algunos elementos e incluso los personajes que estén incluidos en él.
Lo que realizamos en esta realidad alternativa, camuflada de mundo de terror, tiene repercusión en esa otra realidad que entendemos como más mundana y que alejamos del mundo de las visiones y de las imaginaciones. Por ello, llegamos a la conclusión de que quizás esas visiones de Fran Bow son más reales de lo que en un principio creemos. Obviamente, la trama se va desarrollando mucho más en ese sentido conforme pasan las horas, pero no comentaremos absolutamente nada sobre ello en este análisis.
Las mecánicas del juego
Como habréis supuesto hasta el momento, 'Fran Bow' utiliza esas mecánicas típicas de aventura gráfica en las que deberemos explorar cada parte del escenario en busca de objetos que poder utilizar posteriormente de muy diversas formas, tanto combinando los objetos entre sí como encontrando su posible utilidad ante una situación que no nos deja avanzar en el juego. A su vez, deberemos ir alternando la visión de los distintos mundos (el real y el "imaginario") para conseguir superar los diferentes retos y puzles.
Puede parecer bastante lioso en un principio, pero lo cierto es que 'Fran Bow' sabe solventarlo con mucha soltura y de forma bastante satisfactoria. Aunque es cierto que la dificultad irá aumentando y algunos puzles son algo enrevesados, no suponen un reto excesivamente complicado ni fuera de lógica. Aunque eso sí, una lógica que entra dentro de estos mundos de pesadilla que visitaremos a lo largo del juego.
El título sabe mostrarnos un objetivo claro desde el inicio, junto a otros objetivos secundarios que deberemos ir sorteando para conseguir avanzar. El jugador sabe en todo momento qué es lo que debe hacer y lo único que debe pensar es en el cómo conseguirlo. Mezclando objetos, variando las realidades, hablando con los distintos personajes... el juego consigue hacerte saber que no estás del todo solo cuando necesitas superar una situación en la que puedes haberte quedado algo atascado.
El gato perdido
El Señor Medianoche también será una parte fundamental del juego y de la historia que se nos narra, ya que es el gato negro de la pequeña, al que debe buscar. Los que conozcáis algo sobre el tema y sobre la leyenda que rodea a los gatos (especialmente los negros) sabréis que no es pura casualidad que el gato de la pequeña sea precisamente de este tipo. Los gatos han sido, a lo largo de la historia, animales sagrados y también animales que evitar, capturar e incluso matar. Pero lo importante es que siempre se les han atribuido cierto poder mágico, por eso eran considerados dioses en el antiguo Egipto y por eso se atribuían a mascotas de oficios tan misteriosos como el de las brujas.
'Fran Bow' es una amalgama de sensaciones cruentas, escenas y momentos muy duros, sangriento y poco recomendable para los jugadores que sean algo sensibles. Su dureza en algunos aspectos es palpable, y ya no solo a nivel visual, ya que el juego también utiliza a ciertos personajes y ciertas conversaciones que pueden herir sin duda la sensibilidad de alguna que otra persona. Como os he dicho, no trata temas precisamente habituales, y los que sí trata no suelen ser del todo agradables.
Aquellos amantes de las aventuras gráficas deberían dar una oportunidad a este desarrollo independiente, ya que a pesar de su bajo presupuesto y de su propuesta funciona perfectamente como obra al completo y es muy disfrutable. Además, tiene mucha personalidad y sabe lidiar con soltura con estos temas que para otros muchos podrían considerarse auténticos tabús.
Tened en cuenta, obviamente, que no es para todos los públicos. Pero sí que es una aventura gráfica lógica dentro de su propio mundo (es coherente dentro de su incoherencia, vamos) y tiene una fuerte personalidad propia como para que más de un jugador quede fascinado por su historia, por los temas tratados (que ya os he comentado que pueden dar para hablar largo y tendido) por su apartado artístico y por su condición propia de videojuego y aventura gráfica, con la que cumple perfectamente.
Quizás no es la mejor de las historias y quizás se fuerzan algunas situaciones. Quizás, también, sea demasiado brusco y poco sensible con algunos aspectos, lo que puede llegar a molestar a más de uno. Pero ya os digo, debéis ser precavidos en este caso y saber a los que enfrentáis antes de dar una oportunidad a la pequeña Fran Bow.