El viaje de 'Final Fantasy XV' ha sido uno largo y lleno de penurias. Uno de los proyectos más ambiciosos de Square Enix pasó a convertirse en la pesadilla de la desarrolladora con diez años de desarrollo y otros dos más para contenido posterior. El resultado no fue el deseado por todos, ya que hubo fans que quedaron muy descontentos con el producto final frente a las promesas que había sobre él y otros tantos que consideraron que se trataba de una obra sólida, aunque falta de energía. Con actualizaciones gratuitas y de pago, episodios extra e incluso un modo multijugador, era difícil saber cuándo terminaría realmente el sueño de Noctis y compañía.
El Episodio Ardyn marca el final de ese largo sueño. De una u otra forma, todo termina aquí, con el capítulo a modo de precuela que profundiza en el antagonista principal de la aventura, lleno de personalidad y crueles intenciones hacia Noctis y el mundo que le rodea. Una sensación de satisfacción y completitud debería invadirme tras descargar este último capítulo que cierra la controvertida historia de la decimoquinta entrega de una de las sagas de RPG más emblemáticas que jamás hayan existido. Pero no me siento así.
Ardyn llega al escenario
La trama de esta expansión nos lleva a conocer más de cerca el alma en desgracia de Ardyn, un hombre al que los dioses le prometieron el trono de un glorioso reino y el amor de una mujer como ninguna otra. Nunca recibió nada de eso: fue traicionado, desterrado a la oscuridad y castigado por planes que iban más allá de su comprensión. Lo siguiente que sabemos de él en el juego base es que trabajaba miles de años más tarde para el emperador del reino contrario al nuestro, así que faltaban datos importantes en la historia de este villano para comprenderle del todo.
En ese sentido, este DLC se toma su tiempo para colocar todas las fichas del juego en orden. Antes de meternos de lleno en la acción y la parte realmente jugable del DLC tenemos aproximadamente una hora de introducción dividido en varios capítulos que nos cuenta el pasado de nuestro extraño protagonista, su rescate de la oscuridad y su relación con el dios irascible Ifrit. Encaja a la perfección con lo que los fans buscamos, que es historia y respuestas, además de que guarda su propia sección para ordenar el lore de mundo del juego y ofrecernos decenas de informes que profundizan todavía más en un mundo que es muy rico de por sí.
'Final Fantasy XV: Episodio Ardyn' tiene lo justo y necesario para ofrecer fuentes de información y datos a los jugadores sin que tampoco resulte agobiante demasiado tiempo. Siempre podremos desear conocer más acerca de los eventos que llevaron a su destierro miles de años atrás, pero eso hubiese caído en la responsabilidad de otros contenidos descargables que estaban planeados. Ya no existen, nunca lo harán. Su ausencia no es algo que pueda apartar de este análisis del DLC: el final de esta pequeña aventura y las opciones que nos ofrecen hubiesen conducido a aquello, además de que hubiese sido la senda más lógica a tomar en la mente del protagonista y quizás podría habernos ofrecido un final alternativo mejor que el que tuvo el título base. Pero es intentar continuar el sueño cuando ya no tendremos nada de eso. Tenemos que quedarnos con una conclusión precipitada, difícil de aceptar y asimilarla al resto de la experiencia.
Destruye lo que fue tuyo
Con toda la historia quitada de por medio entramos a controlar a Ardyn, el cual se hace una experiencia muy distinta a la que nos ofrecieron anteriormente con Noctis. Al igual que el príncipe nuestro villano puede controlar las armas de los antepasados del reino de Lucis, aunque poco nos importarán si no es para ejecutar grandes combos o recuperar vida absorbiéndola de nuestros enemigos. El punto que realmente hace característica la jugabilidad con Ardyn es el hecho de que tras algunos golpes podemos sorprender a nuestros enemigos y llenar sus cuerpos de oscuridad, corrompiéndoles y provocándoles un daño masivo que les eliminará por completo de nuestro camino. El poder del mal es muy atractivo y tentador en nuestras manos.
Además, no estamos solos para provocar el caos a nuestro paso. Nos acompaña en espíritu el poderoso y lleno de furia Ifrit, quien quiere ver arder a los humanos mucho más que nosotros. Una vez cargada la barra de ataque podemos invocarle en el escenario de batalla para que ataque con diferentes habilidades o potencie nuestras habilidades de combate, convirtiéndonos así en un duo peligroso al que ninguno de nuestros enemigos podrá ignorar. Es muy satisfactorio no dejar que nadie pueda detener nuestros pasos hacia el rey de Lucis, transformando la ciudad de nuestro alrededor en un lugar cada vez más sombrío y siniestro en contraposición al soleado y alegre que empieza siendo cuando empezamos la expansión.
El último punto que refuerza la jugabilidad considerablemente es el hecho de que Ardyn cuenta con su propio sistema de progresión con el nombre de Descenso en contraposición a la ascensión de Noctis en la campaña principal. No son muchas las opciones que se nos ofrecen, pero poder subir algunos niveles a nuestro protagonista por entrenar, aprender nuevos ataques para Ifrit y desbloquear movimientos es un extra que se agradece mucho para hacer mucho más entretenido y fresco nuestro viaje.
Final del trayecto
Lo cierto es que una vez hemos explorado y conquistado el mundo que esta expansión nos ofrece no nos queda mucho más para hacer. No suena a algo malo, pero dominar este mundo semi abierto y alcanzar el 100% apenas nos llevará dos horas en total. Para el precio por el que se ofrece el paquete completo es poco contenido, aunque se vea reforzado por el lore y algunos elementos extra, como poder adornar a nuestro Ardyn particular con diferentes sombreros. De hecho, es lo único en lo que podremos gastar nuestro dinero, pero todo sea por la moda. Podemos repetir la aventura varias veces para intentar mejorar nuestra nota final con diferentes puntuaciones, pero nada más.
El elemento más interesante que se puede desbloquear quizás tenga que ver con la jugabilidad y el combate con Ardyn, y es el modo Duelo. No queremos revelaros su contenido y chafar la sorpresa, pero para los amantes de 'Final Fantasy XV' se trata de un extra muy interesante que sirve muy bien como conclusión final de la aventura, especialmente para aquellos que amaron al villano de esta entrega.
Conclusiones
'Episodio Ardyn' es el final del sueño que ha resultado ser 'Final Fantasy XV' tras doce años. Ha habido partes de pesadilla, momentos dulces y muchos misterios que desearíamos resolver. Podemos volver a él y con el tiempo será recordado con cariño por parte de algunos fans, pero para otros caerá en el olvido y la oscuridad como sucede con la mayoría de sueños. La peor parte es pensar que este contenido es lo último que veremos de la aventura, terminando de forma apresurada y con el potencial de haber cambiado la experiencia de una forma más satisfactoria. Pero como decimos, 'Episodio Ardyn' es como un sueño: termina abruptamente antes de que podamos darnos cuenta, y nos devuelve al mundo real de inmediato.