El 26 de Enero 2016 | 15:18
Empiezan a salir los primeros rayos de sol y tu rostro se ve reflejado en la armadura que estás a punto de ponerte. Dicen que en Libertas hay decenas de monstruos que cazar y miles de misiones que completar, pero para ello hacen falta muchas horas por delante, casi tantas como en aquellos títulos de Capcom que hacen que la gente pida vacaciones o directamente deje de hacer sus tareas y obligaciones en pos de poder disfrutar de una buena partida. Esto no es 'Monster Hunter', así que voy a evitar hacer prácticamente ninguna referencia a la mágica licencia de Ryozo Tsujimoto porque ya habrá tiempo a hablar de ello en otro momento.
Creo que es justo decir que Square Enix no ha pasado su mejor momento durante los últimos siete u ocho años, con un trato algo difuso de lo que podríamos considerar sus propiedades intelectuales bandera, pero que por suerte hay indicios que nos invitan a la esperanza. Desde apuestas como 'Bravely Default' o la ferviente intención por su parte de hacer que 'Dragon Quest' deje de ser aquí algo conocido solo por unos pocos. Los experimentos con 'Final Fantasy' como los 'Theatrhythm' me parecieron sencillamente geniales, por haber tomado esa marca con tanto respeto y cariño, sin perder un ápice de su personalidad pero con la peculiaridad de ser aquí un juego eminentemente musical.
No le falta gancho
Con 'Final Fantasy Explorers', el título que hoy nos concierne, siento algo parecido. Cuando llevaba unas cinco horas de juego me sentía feliz de haber podido tranquilizarme con respecto a lo que probamos en la versión japonesa del juego hace un año, porque la versión final que se pondrá a la venta el próximo 29 de enero en exclusiva para Nintendo 3DS es una obra que ningún fan de 'Final Fantasy' debería perderse, ya que es el mejor ejemplo de que el dédalo en que se encontraba Square durante todo este tiempo parece haber desaparecido.
Dejemos a un lado el rol y sometámonos a una buena dosis de acción y aventura, que personalmente no me ha llegado a atrapar en su argumento porque es una mera excusa; tenemos una historia, está ahí, pero no va a captar nuestra atención. Como siempre, cristales y una amenaza global que solamente nosotros y unos pocos elegidos podremos solventar. En las notas de prensa podéis leer con tranquilidad todas las cosas que podréis encontrar en 'Final Fantasy Explorers', sus 12 Eidolones para invocar, que si 200 misiones, 100 horas de juego... Como dijera aquel, todo es cierto.
Es un título con el que es fácil descuidarse, empezar a recolectar objetos para mejorar nuestras armas, mejorar puntuaciones, irnos de caza con amigos... engancha. Y eso me ha encantado, porque lo hace desde el primer minuto. La primera hora de juego es mero tutorial, pero en muy poco tiempo seremos libres y podremos hacer literalmente lo que nos dé la gana en Libertas. Los 21 oficios son de por sí un buen ungüento que condimentar en el taller. El ensayo error es fundamental para salir victoriosos contra los monstruos a los que nos enfrentemos, pero como decía, es fácil verse cada vez más atrapado con el título. Es meritorio que Square Enix haya podido hacer un título tan completo en su primer acercamiento con este subgénero, y eso es porque lo han hecho con cabeza. No arriesga, no innova prácticamente nada y el sistema de combate es -por desgracia- más simple de lo que me gustaría; pero como todo lo hace bien y no falla en ningún elemento fundamental, el sabor de boca es muy, muy bueno.
La cámara es genial, por lo menos si te acostumbras a ella, porque nos permite fijar directamente un enemigo siendo éste el que queda en el centro de la pantalla, haciendo que el jugador sea el que deambule por la pantalla, como si de un shoot'em up se tratase. 'Final Fantasy Explorers' es dinámico, se siente vivo, y es una lástima que Nintendo 3DS (por favor, jugadlo en New Nintendo 3DS simplemente por el C-Stick; si no es una tortura) se quede pequeña técnicamente, porque hay muchas cosas que encajarían mejor en un título de sobremesa, aunque tal como sucede en otras sagas que triunfan en portátiles, es aquí donde tienen su público y es aquí, sólo aquí, donde podría triunfar.
'Final Fantasy Explorers' en alta definición, con una consola que le permitiera rellenar los escenarios y hacerlos más vivos, interpretar mejor todas las texturas y hacer que esa viveza del mundo de Libertas que comentaba nos la creamos de verdad, sería un claro candidato a imprescindible. A mí se me viene a la cabeza PlayStation Vita y se me hace la boca agua; Square lo sabe, pero también son conscientes del público que tiene una y el que tiene la otra. Los 57 millones de la portátil estereoscópica de Nintendo son demasiado para inclinar la balanza, y a pesar de todo me ha encandilado todo lo que he podido jugar por ahora. Lo esperaba, pero no creía que me fuera a sumergir tanto en su propuesta.
Esa simplicidad inicial va tomando color y forma con el paso de las horas, apostando por una combinación de botones para hacer conjuros e invocaciones y no solamente aporrear un botón; además, el ritmo es muy bueno, aunque la inteligencia artificial de los enemigos deje mucho que desear en algunos momentos ya que o bien no está a la altura -es lenta- o está excesivamente vitaminada como para no darnos un respiro.
Funciona en todo, pero no termina de brillar
Uno de los problemas del juego es que al ser el equipo el que mejora en base de las habilidades y el inventario que utilicemos, nuestro personaje no termina de contectar con nosotros; no hay sinergia entre nosotros como jugadores y ese skin que se mueve de un lado al otro. ¿Falta de carisma? Quizá sí, pero todo se solventa a base de la experimentación con los nuevos oficios, que por esa cosntante sensación de "A ver qué tal ahora, siendo alquimista", puedes tirarte horas simplemente probando combinaciones.
Más adelante, cuando el juego esté puesto a la venta y haya un tráfico importante de jugadores en línea, os contaremos qué nos ha parecido la experiencia en el modo online; no vamos a mentiros e inventarnos que todo va de maravilla. Prefiero esperar y ofreceros unas impresiones sólidas sin tener que fijarnos en las fechas de embargo, porque al fin y al cabo el leitmotiv de 'Final Fantasy Explorers' es su experiencia multijugador local (hasta cuatro jugadores, local u online). En Local se comporta de auténtico lujo, es divertidísimo. De verdad. Lo ideal es que solamente tengamos que acceder al modo solitario cuando no haya más remedio, así que imaginad si puede daros jugo sabiendo que en mi caso la experiencia ha sido un 80% solo y aun así me ha parecido una propuesta muy interesante para el catálogo de Nintendo 3DS.
Quiero tirar de orejas a Square Enix por lo poco que se ha fijado en algunos detalles que al final marcan la diferencia como es la ausencia del efecto tridimensional o el apartado gráfico, que no termina de convencer y es incluso algo feo en según qué momentos. La paleta de colores no es demasiado variada, pero por contrapartida tenemos una banda sonora espectacular, con decenas de detalles y guiños que me han encantado. Si eres fan de la saga, coge unos buenos auriculares y prepárate para Easter Eggs de todo tipo. Quitando lo técnico, creo que 'Final Fantasy Explorers' es uno de esos juegos que no terminan de brillar pero que sí está por encima de la media en todo. Me atrevería a decir que es uno de los juegos que más recomendaría ahora mismo a los nuevos usuarios de la consola, porque tiene ese punto de accesibilidad con que no cuenta 'Monster Hunter', aunque le falta para estar a la altura de la cuasi excelencia de dicha licencia en su última entrega.
En cualquier caso, 'Final Fantasy Explorers' es un juego honesto, con fanservice a raudales, pensado para fans y sin complicarse la vida. No tiene picos de dificultad demasiado acentuados, nos deja aprender a nuestro ritmo, mide muy bien los tempos, es frenético cuando tiene que serlo...
Así que sí, muy satisfecho. En pocos días tendréis nuestras impresiones multijugador, pero quédate con este último mensaje: si tenías pensado comprarlo, hazlo.
Lo mejor:
-Es muy accesible y con decenas de horas de juego. -Adictivo y con una constante sensación de progreso. -La gran variedad de monstruos y oficios. -La banda sonora.
Lo peor:
-Le falta carisma para ser sobresaliente, no termina de despuntar en nada. -Carece de atrevimiento y podría ser algo más variado en sus mecánicas.