El 1 de Marzo 2018 | 16:05
Las cartas son un pasatiempo antiquísimo y longevo; la historia data su nacimiento en el siglo XII y las sitúa geográficamente en China, aunque hay controversia acerca de si el germen brotó realmente en India o en Egipto. Se trata de un juego de mesa que, como su propia nomenclatura atiende, se desempeña en una mesa o superficie plana y basa su práctica en la utilización de un tablero y fichas de diferentes formas, tamaño o color (en el caso de las cartas, las fichas sirven más como apuesta que otra cosa) para enfrentar a dos o más jugadores. Es una práctica anacrónica; cada vez se juega menos a las cartas y a los juegos de mesa en general, aunque el auge de la tecnología y alguna expedición paulatina hacia otros horizontes parece haberles dado una Segunda Venida.
'Magic: The Gathering', sin ir muy lejos, revitalizó esta práctica. Originadas en el año 1993, estas cartas supusieron una revolución en el paradigma de los juegos de mesa; se alejó lo suficiente del convencionalismo y las reglas clásicas del juego como para ser mirado bajo otra lupa. Algunos con recelo, otros con abrazos, pero todos confluían hacia una misma idea: el juego de cartas estaba cambiando. 'Hearthstone' también ha ayudado: nació en 2014, se desarrolló durante los siguientes años y ha madurado hasta convertirse en un deporte electrónico.
Sobre Fable Fortune
Es exageradamente descarada la influencia que ha tenido 'Hearthstone' en 'Fable Fortune'; me atrevería a decir que son el mismo juego, con un remozamiento de cartas y clases, pero el mismo juego. Las mecánicas han sido transportadas de un juego a otro; el sistema de rarezas, clasificado por colores, sigue un patrón muy similar al juego de Blizzard, solo que aquí se incluye un color más, el rojo, el más importante; algunos poderes de héroe son un calco los unos con respecto a los otros (el Profeta comparte poder con el Sacerdote; el Caballero, con el Paladín; el Shapeshifter con el Pícaro); muchas de las cartas comparten efecto y función en el tablero (Último aliento es un efecto que poseen algunas cartas y que se activa cuando un minion muere; Grito de batalla es otro efecto pero que se aplica cuando una carta se baja, al momento; Carga es un tipo de esbirro que permite atacar en el mismo turno en el que se juega); el sistema de maná es exactamente igual, aumentando una unidad cada turno que pasa, solo que en vez de utilizar ese útil, se emplea oro.
Todavía no me olvido de Blizzard y su obra; el sistema de clasificación y de juego funciona muy parecido, también. Las partidas se dividen en dos vertientes: el juego local y el juego competitivo. El local está dividido en dos partes; por un lado, el entrenamiento, que ayuda a testear y probar ciertos aspectos del juego; por otro, los Cuentos, que hacen de Aventuras en 'Hearthstone'. Funcionan igual: el jugador se enfrenta contra un enemigo en concreto y avanza paulatinamente en la aventura hasta completarla; en el futuro se expandirán con más, pues algunas aparecen como no disponibles por el momento. El online es muy similar también; se estructura a través de ligas a las que se asciende mediante medallas que, como suele ser común, se consiguen ganando batallas. Fácil y sencillo. Dentro de esta vertiente se engloban también los retos cooperativos, que son, como su propio nombre atiende, retos contra la IA que se afrontan con otro jugador.
Me apena ver tantas similitudes con el que es el rey de esta taxonomía de juegos. 'Fable Fortune' es un juego que tiene poca personalidad; solo presume de ella en el nombre, precisamente. El día 26 de abril de 2016 Lionhead cerró las puertas, y con ello, las posibilidades de ver 'Fable Legends'; ello abrió algunas ventanas, y algunos de los desarrolladores de la compañía fundaron Flaming Fowl Studios, actual equipo responsable de 'Fable Fortune'. Se nota que detrás de este juego está gente que conoce la licencia y el universo de la franquicia; solo así se explica que aparezcan personajes tan conocidos como Kalin, el pirata Reaver o Inga, uno de los personajes que nunca llegó a ver la luz, pues se esperaba para Legends.
Envoltorio aparte, 'Fable Fortune' también cuenta con algo de pedigrí a la hora de ponerse cartas a la obra. El sistema de moralidad es una de las inclusiones más jugosas. Antes de empezar la partida, cada jugador puede seleccionar un objetivo a conseguir en las partidas. La mayoría son de carácter acumulativo, como conseguir gastar una cantidad de dinero, jugar tres hechizos de coste X o inferior/superior o bajar tres minions con más salud que fuerza. La moralidad cuenta con una triple función; modifica el poder del héroe, ya sea ejerciendo de ángel o de demonio; otorga una carta por conseguir el objetivo en cuestión; y modifica algunas cartas de las que tengamos en la mano. Es un sistema interesante, que aporta dinamismo a los encuentros y que permite adoptar una estrategia u otra según se desenvuelva la partida (el poder de héroe cambia según la moralidad que sigamos: el Shapeshifter puede hacer dos puntos de daño al héroe o uno a un minion si sigue el mal; si hace el bien, podrá quitar un punto de salud y recuperarlo él mismo).
Descartado
Me da pena tener que admitir que con este juego he arqueado más la ceja de lo que esperaba. Su fin no justifica sus medios; su ansia de reflejarse tanto en 'Hearthstone' me entristece, ya que la diégesis de 'Fable' permitiría hacer algo mucho más ambicioso y con ADN propio, más allá de mirar la paja en el ojo ajeno. Ya que los sueños de 'Fable 4' quedaron varados en el imaginario colectivo, qué menos que no ofrecer una alucinación impertinente.
Lo mejor:
- El universo de Fable está bien representado.
Lo peor:
- Excesivamente parecido a 'Hearthstone'.
- No goza de traducción al castellano.