El 20 de Noviembre 2017 | 16:00
Ha llovido mucho desde el lanzamiento de 'Total War: Rome II'. No es solo una cuestión de que tengamos disponible una versión mejorada del mismo ('Total War: Rome II Emperor Edition'), así como múltiples DLC y expansiones. También es una verdad como un templo el hecho de que, a día de hoy, 4 años después, sigue siendo uno de los referentes a nivel mundial en su género. Y no es casualidad; por muchos, esa entrega es la mejor de la saga 'Total War' y uno de los juegos de estrategia más completos y complejos que puede encontrar cualquier jugador en PC. Más aún si lo que busca es realismo e historia de la buena.
Roma se lo ganó a pulso
Por eso no sorprende a estas alturas, que con juegos como 'Total War: Warhammer 2' en el mercado, o los planes que tienen sus creadores con la nueva serie spin off de 'Saga' -con el primer juego anunciado recientemente- , salga una nueva expansión de su obra magna. En otras palabras, los chicos de Creative Assembly y Sega saben que están pasando por un buen momento de salud, y quieren celebrarlo con una nueva campaña que, a buen seguro, no dividirá tanto como lo hizo la Roma de la época en la que se basa.
Porque, efectivamente, no todo en la época del Imperio Romano fue precisamente oro. Hubo un momento en el que la ciudad se sumergiría en una terrible crisis, la conocida como la crisis de la tercera centuria, momento en el cual debería hacer frente a los ataques de múltiples facciones -como los bárbaros u otros Imperios del Este del continente. Porque en aquel lejano año 270 d.C. hubo una serie de emperadores ineptos y usurpadores que tenían como única preocupación hacerse con el poder, sin pensar en las repercusiones que eso tenía para su pueblo, una vez unido. Lo cual les llevó al borde de un colapso económico irreparable.
Aureliano, la única esperanza
Ahí es donde entrará en juego el papel de un joven 'Aureliano', con la misión no de igualar o imitar al gran 'Julio César', sino más bien con la presión de superarlo. Así reza una de las frases de la espectacular introducción de la nueva campaña -'Empire Divided'-, que demuestra que hablar del argumento del juego en este análisis es realmente imprescindible. Porque uno de los grandes puntos a señalar es precisamente este: tiene una profundidad narrativa que va mucho más allá de presentar una mera excusa para volver a jugar al mismo juego. Es, seguramente, un territorio inexplorado con anterioridad en la saga que, en realidad, supone uno de los momentos más apasionantes de la historia del Imperio Romano.
De hecho, me atrevo a decir que la expansión brilla más en ese sentido, que no en la inclusión de las 10 nuevas facciones que podremos usar en la campaña. Que, evidentemente, forman parte del reclamo de este DLC, pero que a la práctica no suponen tampoco un cambio tan representativo con respecto al juego original. En todo momento, todos aquellos que vengan del mismo -que por supuesto, es necesario poseer para jugar a esta expansión- se sentirán como en casa, tanto para lo bueno como para lo malo. Igual de profundo, igual de estratégico, pero con algunas novedades que lo convertirán en una ampliación de horas más que digna, para un juego que ya de por sí puede acabar con tu tiempo libre de cabeza. Y por poco más de 15 euros.
10 facciones - 5 culturas
Que no sean un aspecto rompedor, no significa que no sean un aliciente para hacerse con 'Empire Divided', porque al fin y al cabo le dan un toque de variedad a lo que habíamos podido disfrutar hasta ahora con el original. En total, 10 facciones a escoger entre 5 culturas diferentes, que irán desde la propia Roma, con Aureliano de líder, hasta los imperios del este, las tribus nómadas, pasando por los celtas británicos. Aquí, la gracia estará en pequeñas sutilezas que cambiarán tus partidas de forma significativa: cada una de ellas, y tal y como ya pasaba en el original, tendrá ventajas e inconvenientes. Desde mejor rango de movimiento en los ejércitos, hasta un coste menor en las acciones políticas, pasando por un riesgo mayor a aspectos nuevos como el del bandizaje.
Hablando del bandizaje, he aquí la otra gran novedad -y me atrevería a decir que la más interesante- de esta expansión: 3 nuevos handicaps o elementos a tener en cuenta a la hora de gestionar nuestro Imperio, en la parte más estratégica del juego -no entran en juego en las batallas en tiempo real. Elementos que, se sienten realmente auténticos no solo por la repercusión en las partidas, sino también por la gran elegancia con la que están expuestos con relación al argumento y a la época que vivimos de división. El bandizaje mismo, por ejemplo, aumenta por culpa de esa falta de autoridad gubernamental, lo cual fomenta la propagación de bandolerismo. Cada provincia tiene su propio grado de bandidaje, y solo podrás reducirlo con la presencia de ejércitos mayores, con generales carismáticos y edificios especiales. Si dejas que te consuma, estás perdido: la comida baja, y la moralidad de tus tropas también.
Llamen al 112
Algo parecido ocurre con las plagas, que suponen un golpe devastador en la población debido a enfermedades desconocidas. Si la población se reduce, también lo hace tu crecimiento económico, y lo mejor de todo es que las plagas pueden propagarse en el mapa con una rapidez implacable. Por lo tanto, será importante tenerlo en cuenta cuando en el mapa tengamos trazadas ciertas rutas comerciales que nos están proporcionando riquezas importantes. Me ha gustado mucho que tengas que estar pendiente de eso, porque subir los impuestos a tu población puede suponer un parche interesante, pero cortar de raíz todas tus fuentes de exportación puede suponer tu tumba. ¿Cómo evitarlo? Tan simple como construir edificios de saneamiento que, por otra parte, requerirán de investigar nuevas tecnologías. Aquí nada es gratuito.
Por último, los cultos. O una forma muy original de implementar en el juego hasta tres religiones -o sectas- distintas: el cristianismo, el mitraísmo y el maniqueísmo. En 'Empire Divided' podemos construir cualquiera de los edificios para dar culto a esas religiones de forma gratuita, pero la gracia está en la forma que tienen de "beneficiarte". Porque se pueden construir en cualquier lugar y eso puede influenciar claramente -no siempre de manera positiva- a una región. Y eliminar esos edificios no es tan fácil, porque resulta caro. ¿Vais viendo como utilizarlo a nuestro favor, ¿no?
El resto, sigue en pie
A partir de aquí, y más allá de algunos añadidos interesantes, como las nuevas habilidades de los generales -ahora podemos personalizarlos mucho más-, o las nuevas tecnologías -que han sido adaptadas a la época en la que se basa el juego-, el resto no es más que una continuidad del título original. Lo que me lleva a hablar del arma de doble filo más potente de 'Empire Divided': es continuísta para lo bueno y también para lo malo. Es evidente que para valorar esta expansión hay que tener en cuenta que va dirigida a los fans del original. Pero también es de recibo añadir un par de apuntes. El primero, que si sois de los que han echado ya decenas y decenas de horas a 'Total War: Rome II', no vais a encontrar nada realmente rompedor o distinto, sino una excusa elegante de expandirlo. El segundo, que si este lanzamiento anima a los desconocedores de la saga a hacerse con la misma, tienen que tener claro qué es lo que ofrece.
Y en ese sentido lo resumiría de manera muy simple, aparte de recomendar el análisis del original. 'Total War: Rome II' así como 'Empire Divided' y el resto de expansiones que existen, sigue siendo uno de los grandes referentes del género en PC. Y lo es no solo por divertir tanto en sus combates, como otros muchos juegos del sector, sino sobre todo por ese aire tan épico que tiene -banda sonora incluida-, y la capacidad de ofrecer un juego realmente profundo en su parte más estratégica. Me refiero al mapa principal, donde nos sentimos como en una partida de 'Risk' en la que no solo conquerimos, sino que también construimos, negociamos, investigamos, y arreglamos problemas varios -en este DLC, más que nunca.
El paso de los años
Aunque a esos jugadores novatos también les diría que esta expansión es la viva prueba de que estamos ante un título con más de 4 años a sus espaldas. Contiene prácticamente todas las virtudes y también todos los defectos del original. Desde unos gráficos que si bien tienen destellos de calidad, resultan altamente anticuados, hasta una dificultad y complejidad abrumadora que puede echar para atrás a más de uno. No es el típico juego en el que te pones a jugar y punto. En lo que en otros títulos habrías terminado el juego, aquí simplemente vas a empezar a entender cómo funciona todo. Y eso puede ser bueno, o también malo. Una cuestión simplemente de accesibilidad a un público más concreto.
Por último, sería un crimen no hacer referencia a otra de las grandes novedades -y quizás el mayor aliciente- para disfrutar de esta expansión a partir del próximo 30 de noviembre: la actualización gratuita 'Poder y Política'. Y es así por una sencilla razón: no solo se aplica a la expansión que estamos analizando, sino también a cualquiera de las campañas anteriores del juego -a excepción de 'César In Gaul'-, de manera que es una novedad a la que podrá acceder todo el mundo incluso aunque no compréis 'Empire Divided'. ¿Qué aporta? Pues simple y llanamente, un sistema de política mejorado y renovado por completo, en el que nuestras decisiones tendrán consecuencias mucho más marcadas, introduciendo aspectos como la lealtad, o mejorando el sistema de influencia del original. Lo cual podrá generar divisiones de diferentes partidos y hasta guerras civiles. Sinceramente me ha parecido un cambio incluso más trabajado que los del propio DLC. Encantará a los más puristas.
Conclusiones
Para acabar, que tengo ganas de conquistar un par de asentamientos, decir que este 'Empire Divided', que llegará el próximo 30 de noviembre en exclusiva para PC, supone un gran aliciente para desempolvar el original. Ninguna de sus novedades te aportará la suficiente frescura como para diferenciarlo de aquel, pero si sabes apreciar las virtudes que tiene -que son muchas y muy trabajadas-, y te gustan algunos de los elementos introducidos en el último 'Total War: Warhammer 2', encontrarás en esta expansión una nueva mina de horas. Pero cuidado, engancha y corres el peligro de dividir tu tiempo libre tanto como Roma dividió sus ciudadanos en su día. He echado de menos algo más de tutorial para introducir las novedades de la nueva campaña, y es una lástima que no hayan retocado un poco el apartado técnico. Pero por más que pasen los años, en su vertiente estratégica sigue sin tener rival. Porque de Roma, solo hay una, aunque esté dividida.
Lo mejor:
- La actualización gratuita que mejora y modifica por completo el sistema político.
- La introducción de elementos como la plaga, los cultos o el bandizaje.
- Una nueva excusa para desempolvar uno de los grandes referentes del género, 4 años después.
- A nivel argumental tiene un peso mayor que la gran mayoría de expansiones del mercado.
- Todo lo bueno que hizo grande al original, pero con una nueva corrección de bugs.
Lo peor:
- Las novedades, así como las nuevas facciones no suponen un elemento realmente distinto.
- Debería introducir las novedades a modo de tutorial, o de forma más gradual.
- Su dificultad me parece incluso mayor a la del juego original. No apto para principiantes.
- Gráficamente debería haber evolucionado algo más. Tiene destellos de calidad, pero se le notan los años.