MUSOU TÁCTICO

Análisis 'Dynasty Warriors: Godseekers' para PS4

Entramos en profundidad en el contenido del nuevo juego estratégico recreado en el mundo presentado por 'Dynasty Warriors 8'.

Por Daniel G. Astarloa 24 de Febrero 2017 | 00:25

Es extraño. Vivimos cada vez en un mundo más globalizado y unido, uno en el que desear que nos lleguen ciertos juegos no es del todo extraño aunque no terminen de encajar en el mercado occidental. Reunimos firmas, luchamos por llegar a hacer posible la localización de estos títulos imposibles y al final, cuando los conseguimos, descubrimos que quizás el resultado no era del todo deseado. Es el caso con 'Dynasty Warriors: Godseekers', un videojuego al que no le faltan los rasgos orientales.

El género musou es uno de mis favoritos en la actualidad, pero admito que no estoy familiarizado con la saga central 'Dynasty Warriors' más allá de la octava entrega. Creo que es importante destacarlo, porque pese a que la propuesta se liga mucho al concepto principal de la saga creo que este título se puede disfrutar mucho sin haber tocado el resto de la franquicia de Koei Tecmo. Y es que 'Dynasty Warrios: Godseekers' es un juego difícil de resumir y, al final del día, de valorar.

Tú pones la fuerza, yo haré la estrategia

La base de este título es coger los conceptos que más caracterizan al género musou y aplicarlos a un juego estratégico por turnos con un importante elemento rolero. Controlamos un número reducido de soldados con habilidades espectaculares capaces de arrasar el campo de batalla con sólo guiñar un ojo, y nos enfrentamos a una ingente cantidad de rivales que harán lo posible por evitar nuestra victoria.

Este planteamiento no es nada novedoso, ya que ya existe un spin off dentro de la franquicia que recibe el nombre de 'Dynasty Warriors Tactics'. No existe ninguna razón para el cambio de título: este juego sigue los mismos elementos que el mencionado. Más que tratarse de un juego de hack'n'slash estamos tratando un RPG estratégico con una gran cantidad de personajes que entrenar, mejorar y a los que equipar diferentes armas. Su base no es nada compleja, y su jugabilidad es fácil de acceder en sus primeros compases.

Ahora bien, no penséis que se trata de un juego simple. Cuanto más avancemos más mecánicas desbloquearemos, y una de ellas hace de este juego único en su especie: la habilidad de sincronización. Al terminar de rellenar un medidor podemos calcular cómo colocar a nuestros personajes para ganar con todos ellos un movimiento extra, tras lo cual desataremos una gran explosión capaz de derribar a nuestros enemigos. No es importante sólo por esta importante capacidad ofensiva, sino porque a veces necesitaremos movernos lo más rápido y más lejos posible para cumplir con un objetivo y esto es gloria bendita.

Un gran potencial conlleva una gran responsabilidad

Pero no todo es coser y cantar. El hecho de que el juego se inspire en la saga 'Dynasty Warriors' hace que la cantidad de enemigos en pantalla sea bastante considerable, y aunque no sean capaces de ocasionarnos graves daños de primeras da una nueva dimensión a los juegos estratégicos. ¿Y si necesitamos llegar lo antes posible a una localización pero todo el ejército impide nuestro paso de primeras? Aquí es donde radica la maravilla del modo sincronización, ya que nos obliga a planear muy cuidadosamente nuestros movimientos inmediatos y hacer un uso correcto de las clases de unidades que tengamos; estas serán pocas, pero vitales. Algunas defienden excelentemente una posición, otras pueden pasar entre unidades enemigas sin problemas...

Llegados a este punto creo que estoy siendo claro en que, aunque tengamos un gran poder, el juego requiere de un gran nivel de estrategia. No lo aparenta en los primeros capítulos del juego, donde apenas encontraremos rival; pero una vez entrados en profundidad deberemos pensar bien las cosas. No se trata de ser cautelosos, sino de adaptarnos a una situación y objetivos que quizás no sean lo que esperábamos.

El juego nos permite entrenar cuando queramos, pero tener personajes potenciados no es la llave para una victoria segura. Para lo que sí sirve es para aumentar nuestros parámetros como estratega: cuanto mayor sea el nivel de un personaje más ataques aprenderá, con distintos rangos de movimiento y capacidad de daño. Además de ello, cada personaje tiene un tablero de habilidades que poder aprender y equipar, además de poder subir características extra. Desgraciadamente, este tablero es casi idéntico entre personajes, siendo sólo distinto en algunos concretos. Al final los personajes más genéricos sufren esta faceta, ya que, pese a tener movimientos diferentes, no hay nada real que les haga diferenciarse de otros más carismáticos.

Una gran base sin pulir

Si resumimos el juego en su base este es un concepto brillante. Da una nueva vida muy interesante al género de la estrategia y no es para nada fácil, siendo muy fácil fracasar en capítulos avanzados si no nos adaptamos al campo de batalla, que se transforma y nos pide distintas exigencias dependiendo de nuestra misión. Podría ser un juego excelente. Pero por desgracia, el concepto no lo es todo.

Con todo lo descrito parece que pudiéramos estar frente a un juego táctico muy sólido, pero la realidad es que sus errores son muy fáciles de captar desde el primer momento. Para empezar, los gráficos del juego son absolutamente inestables. El framerate es incapaz de mantenerse, a veces pasando por serias dificultades para llegar a los 30 FPS siquiera. No son clave para un juego estratégico, pero es algo muy molesto a la hora de tomar el mando.

Las escenas cinematográficas pueden ser preciosas de ver, pero el resto del juego no lo es en absoluto. Los mapas no rebosan ninguna clase de carisma, y aunque sean numerosos la realidad es que son aburridos de ver; no sientes que hayas pasado de una zona a otra, sino que se han cambiado unos pocos elementos de lugar y poco más. No ayuda tampoco que las escenas sean pocas, y que la mayor parte del argumento se explique mediante conversaciones que hacen uso de imágenes renderizadas de los personajes con los que hablamos que apenas muestran emociones... Y se expresan en perfecto japonés, ya que el título no ha sido doblado al inglés.

Argumento poco impactante

Y ya que hablamos de la historia, ¿cuál es su problema? Esta se centra en el regreso de una semidiosa tras ser liberada de un sello, de cómo intenta recuperar su poder por unos orbes y que estos, en malas manos, pueden provocar auténticos clataclimos. Vuelven algunos de los mejores personajes de la saga, como Lu Bu o algunos de los presentados en 'Dynasty Warriors 8 Xtreme Legends'. Y sin embargo, es aburrida y monótona: no hay un desarrollo de personajes, no se presta atención al entorno de una China en guerra que tenemos alrededor, ni siquiera se explotan las posibilidades de que una pequeña divinidad nos acompañe más allá de las mecánicas de juego.

Esto se intenta arreglar con una mecánica del juego conocido como el Espejo de los Senderos, el cual ofrece conversaciones entre personajes tras cumplir ciertos requisitos. Podría servir para ver cómo se pueden desarrollar, pero tiene un problema muy importante: muchas veces los eventos que desbloqueamos son de personajes que hemos visto una vez, y probablemente su conversación sea con alguien que nos es desconocido por el momento. El juego exige mucho de conocimiento de la Historia de China, y aunque yo mismo he estudiado sobre este tema, en ocasiones me ha costado seguir su hilo; no resulta sencillo, y mucho menos sin una localización correcta, ya que el juego se encuentra en perfecto inglés.

Conclusiones

'Dynasty Warriors Tactics' es un título con un gran potencial, pero por desgracia no logra obtener todo lo que desea. Su diseño artístico y de niveles podría haber sido más profundo, su argumento podría haber sido mejor planteado al público y algunas de sus ideas no terminan de cuajar correctamente. No es un título terrible en absoluto, pero sólo podría recomendárselo a aquellos que amen el género del rol estratégico. Quizás en una futura secuela sean capaces de arreglar los problemas de base que tiene este título.