El 8 de May 2018 | 16:20
Miras al Maestro de la Mazmorra a los ojos y tragas saliva. Sabes que estás en un problema grave: se te han acabado las pociones, los enemigos te rodean y una serie de malas decisiones te ha llevado a no tener escapatoria. Tu única oportunidad está en la inexistente compasión de tu buen amigo o tener suerte con los dados. ¿Has vivido esa sensación de gloria y desesperación juntas? Entonces 'Dragon's Crown Pro' te va a traer un montón de buenos recuerdos.
En su esencia este juego de Vanillaware nos invita a revivir las buenas sensaciones y la nostalgia del rol occidental. Los creadores de 'Odin Sphere' nos traen un juego hermoso visualmente donde todos los tropos de los juegos de mesa se reúnen para traerte aquella experiencia fusionada con clásicos del videojuego como 'Golden Axe'. ¿El resultado? Una magnífica manera de pasar una buena tarde con amigos una vez más, mientras tú proteges con tu escudo y otro invoca magia para vuestra utilidad.
Devolviendo la vida al rol
Para ser un título tan centrado en el rol occidental lo cierto es que 'Dragon's Crown Pro' no destaca en su argumento. Eres un guerrero que llega a nuevas tierras que explorar para hacer fortuna; en el camino te cruzas con tramas políticas que ponen en riesgo la seguridad del reino, magos sabios que velan por runas antiguas y un mal que busca resurgir de las tinieblas para destruirlo absolutamente todo.
Lo curioso no es su historia, sino su narrativa. Un maestro de la mazmorra actúa de narrador en todo momento y te invita a adentrarte en el argumento mediante su voz, su interpretación de los personajes que te encuentras y la gravedad de los hechos que relata. Es una manera muy inteligente de acercarte al mundo del roleo sin tampoco romper la magia de la nostalgia. De hecho, el narrador es el único elemento por el que al final podemos interesarnos por la historia, especialmente en los momentos de jugabilidad cuando llegamos por primera vez a un momento clave de un nivel y nos ayuda con pistas u observaciones.
Y un buen amante del rol clásico tiene que apreciar también el aspecto visual de este título. Vamos a dejarlo claro: Vanillaware es una desarrolladora maestra a la hora de aplicar los dibujos de sus artistas al mundo de los videojuegos. Son diseños preciosos y muy bien detallados los que nos encontramos, tanto en las criaturas malvadas que pueblan los niveles como en las escenas de evento que nos muestran una única imagen que toma ligeros movimientos para hacerlo parecer algo más real. Son momentos perfectos para sólo escuchar, observar, apagar nuestra mente y sumergirnos en nuestra imaginación.
Con eso dicho hay que señalar el gran problema de los diseños. Porque por precioso que pueda ser el dibujo lo cierto es que los años no han hecho ningún favor al aspecto excesivamente sexualizado de los personajes femeninos: sólo hay que echar un vistazo a la bruja o la amazona para notar que está tan exagerado que debe tratarse de un chiste. Y podemos verlo como tal, pero sigue siendo una débil representación de personajes femeninos en videojuegos que podría haber sido mucho más acertada de haber otorgado como opción aspectos alternativos para las mujeres jugables.
Niveles e intensidad lineal
El reino en el que vivimos nuestras aventuras es uno pequeño pero intenso. Viajamos por niveles 2D en los que se nos pide que machaquemos a todos los enemigos que salgan a nuestro paso. Incluyen cosas como un jefe final incluido al final del mismo y diferentes situaciones para variar la jugabilidad como barcas o viajes en alfombras voladoras que intentan escapar de la lava.
Cada una de estas fases es magnífica por sí misma, pero en total contamos con sólo nueve en todo el juego. Puede ser un número muy reducido y algo doloroso, por lo que el título nos invita a tomar caminos alternativos tras la primera pasada que nos lleva a rutas ocultas y nuevos jefes finales aún más poderosos y temibles que los ya conocidos. Además de ello hay secretos por todos lados, lo que hace que cada vez que rejuguemos estas fases podamos divertirnos como nunca intentando sacarlo todo.
El problema es que estos caminos alternativos pueden resultar algo escasos a la hora de la verdad. Algunos de ellos se limitan casi de forma exclusiva a llevarnos frente al jefe final, el cual nos dará una descomunal paliza en caso de no estar debidamente preparados. La gran variedad y gracia de estos escenarios pierde su gracia cuando nos cruzamos con la realidad de que las rutas extra son tan escasas, haciendo sentir el juego como más pequeño de lo que realmente es.
Decenas de horas por delante
Bien es cierto que el desarrollo de los niveles puede ser algo vacío y dejarnos la sensación de querer más, pero eso no sucede con los terroríficos jefes finales a los que debemos hacer frente. Cada uno de ellos está brillantemente diseñado y nos ofrecerá una estrategia diferente a la que debemos adaptarnos para derrotarles en un combate a muerte duro, lleno de desafíos y con situaciones que pueden provocar que lancemos el mando bien lejos en alguna ocasión. Todos ellos, además, representan algunos de los mejores tropos del género, como el terrible dragón de fuego, la quimera monstruosa con tres cabezas y ataques terribles... O el aparentemente inofensivo conejito que en realidad es capaz de arrebatarte toda tu vida de un mordisco.
Lo estaréis imaginando, pero la gran gracia de 'Dragon's Crown Pro' está en su contenido post game. Una vez has explorado por primera vez todo lo que tiene para ofrecerte es el momento de ponerte con los mandos con unos amigos y sacar horas de golpe. Encadenas niveles seguidos para mejorar tu puntuación, subes a dificultades mayores para buscar un desafío y buscas cómo mejorar tu armamento cada partida al alcanzar un nuevo nivel con estadísticas mayores. Hay mucho de diversión en este aspecto, y sumado al hecho de que jugablemente cada personaje es un mundo diferente podrás sacar sin problema alguno más de cincuenta horas de juego.
Y por supuesto a eso hay que sumarle el componente multijugador, sin lugar a dudas el punto más atractivo a la hora de exprimir cada minuto de juego que se nos ofrece. Principalmente está ideado para jugar en el mismo sofá, con cuatro mandos de PS4 en mano, pizza para comer y unas cuantas bebidas; pero en caso de estar más solos que la una siempre podemos echar mano del modo online del juego, aunque con una importante desventaja. Por mucho que queramos lo contrario no podremos jugar en línea hasta superar la ruta principal de los nueve niveles del juego. Esta es una decisión de diseño algo extraña y, en ocasiones, molesta, y que podría haberse arreglado en la remasterización del juego sin problemas.
Conclusiones
La nostalgia del rol de mesa y unas buenas partidas multijugador toman la mano en este 'Dragon's Crown Pro', que se convierte de cabeza en una de las mejores opciones para una tarde de amigos si tenemos varios mandos y un sofá resistente. Sus problemas de diseño y la extraña decisión de que el modo en línea quede tanto tiempo bloqueado pueden arruinar la experiencia a más de un jugador, pero el tiempo dedicado a este clásico de Vanillaware siempre se verá recompensado en diversión y una gran sonrisa en la cara de tu grupo de amigos. No necesitas dados para estar seguro de ello.
Lo mejor:
- Gran experiencia multijugador de salón.
- Jefes finales brillantemente diseñados.
- Tropos estupendos del rol occidental en primer plano.
Lo peor:
- Nueve niveles pueden antojarse cortos.
- El modo online sólo es accesible tras muchas horas.
- La innecesaria sexualización de sus personajes femeninos.