ORGULLO DE HÉROES

Análisis de 'Dragon Quest III HD-2D', el retorno del rey

La franquicia RPG más famosa en Japón reflexiona sobre su largo recorrido con la vuelta a una de sus entregas clave para su éxito, 'Dragon Quest III HD-2D'.

Por Daniel G. Astarloa 21 de Noviembre 2024 | 20:00

Hay un abuelo para el género JRPG, y ese es claramente 'Dragon Quest'. La franquicia de Enix revolucionó Japón como pocos otros juegos pudieron en los ochenta. El arte de Akira Toriyama, el vuelo de la imaginación con la inspiración de 'Dungeons & Dragons' y el humor japonés incomparable. Y ha seguido demostrando su predominancia a lo largo de las décadas, tanto en las entregas principales como en alabados spin offs de toda clase.

Aun con todo, el tiempo pasa y no perdona. Square tuvo su momento de gloria hace no mucho con la oportunidad de revitalizar sus primeras entregas con 'Final Fantasy Pixel Remaster' y, mientras tanto, los fans de 'Dragon Quest' se quedaban con nada. La cuarta, quinta y sexta entrega no son reeditadas desde Nintendo DS. Las tres primeras, por desgracia, sufren un destino peor. Los clásicos comienzan a dejarse de lado entre los más jóvenes.

Si Enix quería volver a mostrar la magia de sus orígenes tendría que elevar su juego a nuevos estándares. Y, por suerte para nosotros, eso es precisamente lo que trae 'Dragon Quest III HD-2D', el último remake de la saga.

Un gran mundo que salvar

Es sorprendente el lavado de cara que 'Dragon Quest III HD-2D' aplica al original. Es un remake completo. No se conforma con una simple renovación gráfica, sino que cambia todo el terreno de juego para convertirlo en una experiencia moderna. Poco tiene que envidiar a otros JRPG modernos que se atreven con el territorio del 2D todavía, incluso dentro de la propia Square Enix.

El mapamundi, por ejemplo, no se limita a una llanura eterna con algún bosque y desierto. Los montes y caminos escarpados hacen que la aventura se sienta como una. Explorar los rincones ocultos se recompensa con puntos brillantes con objetos comunes, o secciones secretas que llevan a cofres e interacciones secretas a las que merece estar atento. Hay que sumar también las secretas minimedallas, un coleccionable recompensado por inspeccionar las esquinas más insospechadas. Coleccionarlas y entregarlas otorga grandes premios a los más atrevidos, y sin guía será un auténtico reto hacerse con todas.

Por suerte las opciones para la accesibilidad hacen la experiencia mucho más próxima para jugadores de toda clase. La dificultad sigue siendo alta en lo que se refiere a preparar tácticas y equipo, pero en desorientación no hay miedo que tener. Si lo deseamos podemos activar un modo guía al empezar la partida que nos indicará adónde tenemos que dirigirnos en el mapa para el próximo objetivo de la historia. Si queremos la experiencia original podemos mantenerla y perdernos en el mapamundi ayudándonos de las pistas que dejen caer los personajes de forma natural en conversación.

La larga sombra del legado

La historia de 'Dragon Quest III HD-2D' es una más compleja de la que se esperaría para un juego originalmente publicado en NES. Es una trama complicada de la que hablar, ya que aunque sus giros son conocidos por muchos la oportunidad de revivir el título al completo hace que no todos sepan a qué se enfrentan. Esta revisión aprovecha para añadr mayor profundidad y líneas de diálogo que reflejan la magnitud de su empresa.

Sin entrar en el terreno de los spoilers, a grandes rasgos el concepto que mueve toda la historia es el de una palabra: legado. Nuestro protagonista se enfrenta a la tarea imposible de hacerse un hueco como héroe en un mundo que le juzga siempre con la mirada puesta en el pasado. Lo que al principio parece la oportunidad de superar a sus ancestros no tarda en revelarse como la gran flaqueza del héroe. Otros han pasado por donde él está ahora, son recordados como los grandes salvadores, hicieron hazañas épicas que jamás podríamos replicar.

Es una temática que se encuentra en sí misma en la propia franquicia. 'Dragon Quest XI S' fue magnífico a ojos de muchos, pero siempre resuena el sentimiento de que no puede enfrentarse a 'Dragon Quest VIII'. Tampoco este era nada comparado con el perdido por mucho tiempo 'Dragon Quest VII'. ¿Y ese? Una sombra de lo que fue la trilogía de SNES. Las cuales, por muy buenas que fueran, no podían enfrentarse a la gran revolución que supuso 'Dragon Quest III'.

Podemos aspirar a estar a la altura de nuestros héroes, pero por lóngeva que sea nuestra vida nada de lo que hagamos podrá estar a la altura. Compararse con los demás es extremadamente fácil y nos arrebata la perspectiva de nuestros logros. Al fin y al cabo, un pequeño secreto que merece ser recordado, es que los propios primeros dos 'Dragon Quest' vivían a la sombra del tercero desde su concepción. La saga completa se inspecciona a sí misma antes de otorgarse ninguna medalla y quiere resaltar por sí misma, segura de que será recordada. Algo parecido pasa con el remake, cuya temática repite y acierta de lleno con su condición HD 2D.

Lololololololololo

Entre los cambios al mundo completo, la experiencia y los diálogos de historia se ha modernizado de forma inestimable 'Dragon Quest III HD-2D'. No parece un videojuego de otra época, lo cual también habla de lo bien conservado que se haya el núcleo de la aventura que enamoró a millones de japoneses en su día. La mezcla del clásico con preocupaciones modernas es perfecta hasta el punto de que se notan sus orígenes humildes en NES, mas ahora es merecidamente eterno.

Es una obra que nos dará sus horas. La historia de la campaña ronda las 40 horas, pero en caso de querer desbloquear todo lo que tiene por ofrecer doblamos esa cantidad con facilidad. Misiones secundarias, captura y adiestramiento de monstruos, exploración del mundo en busca de minimedallas... Hay un título titánico aquí almacenado. Y para la poteridad también tenemos algo que manejar, ya que la combinación y el uso de nuevas clases de combate puede cambiar nuestro estilo de aproximarnos a la batalla de otras formas en futuras partidas.

Conclusiones

'Dragon Quest III HD-2D' es todo lo que debería ser un remake: expande la experiencia hacia nuevos ámbitos, siempre respetando el original y tomándolo como total inspiración para crear una nueva obra. Tanto los fans de la saga como del género están de enhorabuena para disfrutar de esta aventura, que además vendrá bien acompañada con el futuro 'Dragon Quest I + II HD-2D'