'Pokémon' es considerada la franquicia de medios más valiosa del mundo. Pese a que su gran fortuna está basada casi al total por la venta de merchandising, todo esto empezó con los videojuegos 'Pokémon Rojo y Azul' en el 1996. Ha llovido mucho desde entonces, y muchos de los jugadores actuales hemos crecido con personajes como Pikachu, Charmander o Eevee, entre otros muchísimos más. La saga, ha conseguido seguir siendo, lanzamiento a lanzamiento, la más vendida para Nintendo, pero también ha optado por innovar en diferentes spin-offs que, pese a no tener la fama del canon principal, a los fans les han encantado.
En 2016 cogerían al personaje más famosa de la saga, Pikachu, le pondrían una gorra y le harían resolver casos al más puro estilo 'Phoenix Wright'. Estamos hablando del videojuego lanzado para Nintendo 3DS, 'Detective Pikachu', que también contó con una adaptación al séptimo arte protagonizada por Ryan Reynolds. Seis años y una pandemia mundial han pasado desde entonces para contar con una secuela de esta curiosa historia, esta vez para Nintendo Switch, titulada 'Detective Pikachu: El regreso'.
Si no has jugado a su primera entrega no te preocupes, porque en cuanto arranca tendremos un prólogo en el que nos cuenta los acontecimientos que ocurrieron hace dos años en Ryme City y como el padre de nuestro protagonista, Tim Goodman, desapareció sin dejar rastro. Todo esto contado con un parlante Pikachu que no deja de beber café. Después, nos situarán en una misma localización, en donde nuestros detectives están recibiendo una medalla de honor por haber salvado la ciudad en la anterior ocasión.
Un spin-off descafeinado
Tendremos un comienzo de lo más largo y aburrido, por ahora no nos interesa demasiado la historia y a esto le juntamos que tendremos que ver infinitas cinemáticas y diálogos largos. Cuando por fin nos dejan al control de Tim, no dejamos de ser interrumpidos por Pikachu marcándonos el camino a seguir y sin apenas libertad para explorar, algo que se repetirá en el resto del juego. Al tratarse de una aventura gráfica, los escenarios son más pequeños que en otros títulos, pero a veces resulta claustrofóbicos, en los que nuestra vista no podrá ser visitada, ya que la cámara no se mueve de nuestro lado.
El juego es demasiado lineal como hemos mencionado antes, pero es que sus puzzles tampoco nos aportan esa dificultad añadida que esperamos de un videojuego de investigación. Nuestro juego se basará en llegar al lugar de los hechos, hablar tanto con personas como Pokemon, clickar en unos cuantos detalles que la lupa nos marcará, para más adelante presentar pruebas en los interrogatorios. Que no os asuste la parte de interrogatorios, ya que en este título es imposible fallar. La historia lo deja todo muy mascado para que no fallemos ni queriendo. GameFreak parece no entender que más del 50% de su público es mayor de 25 años, por lo que no nos entra en la cabeza que sigan optando por llegar al público infantil.
El videojuego se puede completar en unas 10-12 horas, la pena es que no es un título muy rejugable. Una vez que conozcas la historia principal no vemos atractivo en darle una segunda vuelta. Algo que deja que desear, ya que pese a no costar como un videojuego grande de Switch, los 50 euros no nos lo quita nadie.
No hace uso de su pantalla táctil
Algo que hacía original y entretenido a su anterior entrega, era que hacía un gran uso de la pantalla táctil de la 3DS, algo que han olvidado por completo en esta, ya que pese a que la Switch cuenta con una, no se le da el uso que debería, siendo esta mecánica muy querida para los fans de las aventuras gráficas. Contaremos con pantallas de carga excesivas, nos referimos a que entre cada escenario veremos la nuestra pantalla en negro renderizando la próxima zona, algo que consideremos inútil en algunas partes ya que la mayoría de escenarios apenas cuentan con aspectos muy detallados. Visualmente se trata de un título bonito a la vista, pero en según qué partes nos parecerá un juego de segunda. Y es que estamos hablando de la franquicia más grande de entretenimiento, a la que se le debería exigir más. Llevamos viendo títulos de Pokémon que no optan por un apartado gráfico algo más detallado, algo que nos parece indispensable para la generación de consolas que estamos viviendo. Después de ver en Switch títulos como 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom', estamos seguros de que la consola da mucho de sí y no nos agrada ver este apartado gráfico a finales del año 2023. Los Pokemon cuentan con algo más de detalle, pero los protagonistas humanos parecen sacados del metaverso de Meta.
Hay mejores opciones en el género
Es una buena continuación de su anterior entrega, pero puede resultar aburrida para nuevos jugadores. El título está dedicado a los fans de la saga, que les gustará ver a Pikachu en una versión distinta y hablar con diferentes personajes como Slowpoke, Growlithe, entre otros. Si buscas una nueva aventura gráfica para disfrutar, no te recomendamos 'Detective Pikachu: El regreso', porque se quedará corto para los amantes del misterio, pudiendo optar a mejores títulos como 'Phoenix Wright', 'Profesor Layton' o 'Another Code'.
Un título aburrido por partes
En resumen, 'Detective Pikachu: El regreso', pretende seguir la historia contada hace siete años, pero sin haber hecho ningún progreso, pese a que hemos cambiado de generación. Un título que no recordarás por siempre y se va al saco de spin-offs interesantes de 'Pokémon', pero que no nos aporta nada como jugadores. Es divertido ver a Pikachu con voz de fumador sin dejar de beber café y haciendo chistes, pero su jugabilidad aburrida y fácil hace que nos olvidemos de sus puntos positivos cuando llevas algunas horas jugando. Cabe mencionar que cuenta con un final sorprendente, obviamente no entraremos en el terreno de spoilers pero nos ha dejado con buen sabor de boca. Vemos el precio excesivo de 50 euros para un título que no aporta nada en una segunda partida, y que guardaremos en la estantería hasta que se nos olvide. Un videojuego de investigación opacado por grandes títulos mencionados arriba que aburrirá tanto a mayores como a niños.