REVIEW

Análisis de 'Destroy All Humans! Remake' para PS4, humor de otro planeta

Analizamos el remake de uno de los juegos más originales y divertidos de la época de 128 bits (PS2 y Xbox). ¿Os gustan las marcianadas? En 'Destroy All Humans!' las tendréis de todo tipo.

Por Oriol Vall-llovera 27 de Julio 2020 | 22:45

Estamos en la época dorada de los remakes. De eso no cabe la menor duda. Pero más allá de que nos permiten volver a disfrutar de títulos que nos encantaron en su día y de los cuales guardamos un gran recuerdo, otro de los grandes valores que aportan es la posibilidad de adaptar esos juegos a los tiempos actuales. Y no nos referimos ya a aquellos juegos que realizan grandes cambios, como podría ser por ejemplo 'Final Fantasy VII Remake'; también hablamos de los que, respetando al máximo la esencia del original, aportan una serie de novedades de peso a nivel de jugabilidad y no únicamente en lo técnico. 'Destroy All Humans! Remake' bien podría ser uno de estos. Una puesta al día para los tiempos que corren, peor con un sabor a retro inconfudible y apetitoso.

Esto es serio; o puede que no

En primer lugar, cabe resaltar que este juego es, en efecto, un remake del juego original de Pandemic Studio (THQ), lanzado para PS2 y la Xbox original allá por 2005. Y se nota en diferentes aspectos. Para empezar, a la hora de ofrecer una propuesta arriesgada a muchos niveles, muy experimental y diferente a cualquier otro videojuego que podáis encontrar por ahí. Y, al mismo tiempo, nos ofrece una experiencia que, en realidad, tampoco hace nada realmente nuevo. En otras palabras, es un juego con una ambientación única y un desarrollo muy enfocado a la diversión directa, con mucho humor negro. Y, al mismo tiempo, es un juego que recoge elementos de géneros que en aquella época de los 128 bits estaban muy de moda: los sandbox o juegos estilo 'GTA'. Solo que, en este caso, se adereza todo esto con un desarrollo muy directo y arcade, con misiones cortas y muy concisas.

El juego nos pone en la piel de Furon Cryptosporidium, más conocido como Crypto. Un extraterrestre la raza Furon que, tras ver como su compañero es capturado en la tierra (su llegada en el vídeo inicial no tiene desperdicio), se convierte en la siguiente —y única— esperanza de la raza de cara a esclavizar la humanidad. El tema es que los Furon necesitan ADN humano para garantizar su supervivencia y tú serás el encargado de conseguirlo. Todo en el argumento tiene un tono humorístico muy marcado. Para que os hagáis una idea, solo al principio, te das cuenta de que tú eres Crypto 137, tras el fracaso estrepitoso de los 136 anteriores. Una simple clonación más... Ninguno de los diálogos que veremos son de un ingenio extremo, pero todos ellos están cargados de guiños a la cultura popular de los Estados Unidos de los años 50 (el juego transcurre en el año 1959). Y también a las películas más memorables de invasiones extraterrestres como, por ejemplo, Mars Attacks!

"Marcianadas" varias

Lo mejor de todo es que esos chistes tan negros y esas situaciones tan estrafalarias y surrealistas que viviremos, se mezclarán de forma excelente con la propia jugabilidad, que también bebe de ese humor tan marcado. Porque esa historia es un pretexto para que hagamos todo tipo de locuras en la Tierra. 'Destroy All Humans! Remake', al igual que el título original, no es exactamente un sandbox, pero sí que se comporta como tal en ocasiones. Así pues, aunque el juego se divide por misiones, todas ellas muy concisas y de una duración bastante corta (con excepciones y dificultad de algunas aparte), estas transcurren en mapas muy concretos. Y esos mapas sí son de un tamaño bastante grande y desbloqueado por completo en cualquiera de esas misiones.

Dicho de otro modo, la única diferencia con respecto a, por ejemplo, un 'GTA', es que no partimos de ese mapa para encontrar las misiones, sino que estas se eligen desde el menú principal. Y una vez dentro, podemos hacer el cabra si queremos. Aunque para eso también existe la opción de entrar en esos mapas sin una misión marcada. En cuyo caso, podremos explorarlos libremente, hacer lo que queramos con los humanos que nos encontramos (y vacas; las vacas de este juego molan mucho) e incluso disfrutar de una serie de minijuegos que no están disponibles durante las misiones. Estos, al igual que con los juegos de estilo 'GTA', sí están marcados en el mapa.

Un desarrollo muy arcade

Antes comentaba que el tema de los remakes es positivo a muchos niveles. Uno de ellos, es la posibilidad de que generaciones actuales disfruten de experiencias que eran muy diferentes a las que se suelen hacer hoy en día. Muchas de estas cosas eran por temas de limitación tecnológica, sí. Pero también hay elementos de jugabilidad que son propios de la época y que siguen molando mucho si se presentan de la forma correcta. En el caso de 'Destroy All Humans!', ese elemento lo encontramos en la naturaleza tan arcade del juego. Porque, como decíamos, este está dividido por misiones. Y todas esas misiones son explosivas, directas, variadas y de una duración perfecta para partidas más o menos cortas.

Es cierto que, en ocasiones, la repetitividad puede hacer mella por la forma de enfocar los objetivos, pero el juego nos da tantas posibilidades a la hora de "jugar" con los humanos, que es complicado cansarse de él. Por lo menos mientras dure su modo historia, que puede dar tranquilamente para 8-10 horas de juego. Esos objetivos, por otra parte, suelen desembocar en las dos grandes vertientes de la jugabilidad, se mezclen o no en las respectivas misiones. Por un lado está el sigilo y por otra parte la acción desenfrenada. Mientras en las primeras solemos tener que infiltrarnos en un sitio, lo cual implica que la partida termina si nos ven los humanos, las segundas van de destrozar todo lo que tengamos delante, sean personas, edificios y sea a pie o a bordo de nuestra magnífica nave nodriza.

Un arsenal de otro planeta

Porque esa es otra de las grandezas del juego. Hay misiones que transcurren íntegramente en el sigilo, en la acción a pie, o manejando la nave. Pero también las hay que mezclan todo eso en un solo evento. En cualquier caso, toque lo que toque, lo que hace realmente variado y divertido el juego (porque los objetivos no dejarán de repetirse con pequeños matices) son las diferentes y originales habilidades que tendremos a nuestra disposición. Por ejemplo, si estamos a bordo de nuestra nave nodriza, podremos usar el rayo de la muerte, para quemar todo lo que tengamos debajo (son momentos de vista cenital en los que lo tenemos que arrasar con todo). Pero también podremos usar el Repulsotrón, para mover con telequinesis objetos pesados y lanzarlos contra el escenario. O incluso el boom sónico que es realmente devastador en un área concreta.

Y si vamos a pie, las posibilidades se multiplican. Y es que Crypto no solo tiene habilidades de evasión sino también muchas técnicas que no serían posibles si el planteamiento del juego no fuera el que es. Es decir, aptitudes propias de un extraterrestre como lavar el cerebro de la gente para que olvide que te han visto y dejen de ponerse histéricos (a lo 'Men in Black'), analizar el cerebro de la gente para saber qué están pensando o sacar información valiosa, o incluso ¡explotar sus cabezas para extraer esos cerebros!. Incluso tenemos una habilidad que nos permite obtener la apariencia de los humanos que escaneamos, lo que nos ayuda a pasar desapercibidos en los momentos de sigilo.

¿Una sonda anal? ¡Una sonda anal!

Además, esos niveles de infiltración están realmente bien, pues no penséis que coger el disfraz de un humano implica pasar totalmente desapercibidos. Luego hay que ir analizando mentes para mantener ese aspecto, o lo podemos acabar lamentando. Además, usar nuestras armas o poderes en ese estado puede hacer que nos descubran. Algunas, como el jetpack, ni siquiera están permitidas en ese estado. Jetpack que le da al título un toque fantástico con algo de plataformeo y sobre todo mucha verticalidad. Es una habilidad imprescindible cuando nos descubren y la policía viene a por nosotros de forma indiscriminada. Aunque estar en el edificio más alto no siempre es sinónimo de eliminar la alarma.

Siguiendo con las armas, Crypto no solo puede hacer uso del electromátic, que lanza rayos que electrocutan a los humanos, sino que también dispone de armas muy sofisticadas como el rayo desintegrador, que lanza una especie de granada que luego podemos detonar y que aniquila a cualquiera que esté en su rango de acción. Y todo sin olvidarnos de la gran sonda anal, que es capaz de... bueno, mejor que lo veáis por vosotros mismos. Si no es jugando, lo tenéis fácil con algún vídeo de gameplay. No es la más efectiva, pero da un placer bastante "preocupante" utilizarla. Y hablando de placer, una de las grandes virtudes de este remake es lo bien que sienta usar todas esas armas destructivas de Crypto. Porque el juego funciona a 60 FPS casi siempre, porque las explosiones y el caos que desatamos es muy vistoso y, sobre todo, porque da igual si hay 50 humanos; nuestro poder es realmente destructivo y nos sentimos como un dios. Sobre todo con el poder de la telequinesis (también a pie), que nos permite coger cualquier humano u objeto del escenario y lanzarlo por ahí. Y todo se hace con una agilidad pasmosa.

Novedades espaciales

Esa agilidad, por otra parte, también tiene que ver con las novedades de este remake. Esos elementos que hacen del remake un producto muy interesante más allá de la experiencia original. El desarrollo es el mismo, sí. Pero se han incluido novedades de peso como la posibilidad de usar diferentes armas y habilidades al mismo tiempo (no era posible en el original), nuevas misiones que se descartaron en 2005, o incluso habilidades que no estaban disponibles en su día, como la posibilidad de hacer que un humano luche a nuestro lado mediante la manipulación mental. Por si fuera poco, también se han añadido un montón de mejoras de las habilidades que antes no existían y que ahora nos invitan a seguir jugando y ganando puntos en las misiones para desbloquear potenciadores.

En ese sentido, también es importante destacar otra novedad, como es la inclusión de más misiones secundarias que aportan más variedad, dificultad y diversión a las misiones. Digamos que, cada vez que tenemos un objetivo principal durante la misión, nos dan la opción de "complicarnos" la vida para conseguir más puntos y completar el juego al 100%. Por ejemplo, si tenemos que matar a un grupo de humanos, una misión secundaria puede ser hacerlo de formas originales. Ya sea que caiga una caja encima de su cabeza, ahogándolos, o arrastrándolos a un campo de minas. No son obligatorias, pero si las completamos conseguiremos más puntos para gastar en ese árbol de mejoras de Crypto (y su nave).

Técnicamente estelar

Por otra parte, lejos de lo que se podría pensar, el lavado de cara del juego es verdaderamente espectacular. Y no solo por el rendimiento, que es excelente y con tiempos de carga muy reducidos. También se nota la mejora a nivel de potencia bruta, con escenarios grandes y muy detallados. Además, las explosiones y los efectos visuales en la devastación de ciudades y humanos están realmente logrados. Se nota mucho el paso de los años a otros niveles como en el diseño de los personajes, pero se le perdona por el tono humorístico según el cual no tendría mucho sentido apostar por el fotorrealismo. La banda sonora, sin ser realmente espectacular, ofrece algunos temas muy acordes con la temática del juego y esos guiños al cine de extraterrestres. Lástima que no siempre tenga presencia. El doblaje, en inglés (tiene subtítulos en castellano), está a muy buen nivel y te sacará más de una carcajada.

En definitiva, 'Destroy All Humans! Remake' es un juego muy recomendado. Algunos hablarán muy mal de él por apostar por un formato que hoy en día ya no se lleva, como es el de ofrecer misiones muy arcade y algo vacías en realidad. De hecho, es cierto que puede resultar repetitivo en ocasiones, sobre todo para partidas largas. No obstante, todo eso queda tapado por todas las virtudes que ya tenía el original: diversión directa y alocada y humor, mucho humor. Y, sobre todo, queda tapado por las virtudes específicas de este remake, como las geniales misiones secundarias, que aportan más variedad y dificultad, las misiones nuevas, o el sistema de habilidades y la nueva agilidad de Crypto al utilizarlas. Si estás cansado de tanto mundo abierto y AAA y, de vez en cuando, quieres algo directo y que apuesta por la diversión, sin más, este remake es una gran opción. Una experiencia explosiva y satisfactoria, como las sondas anales que vas a repartir. También es el mejor juego de la saga ahora mismo.