'Pokémon' es una franquicia que, de un modo u otro, consigue siempre sacarme una sonrisa. Una de esas obras nacidas del cariño (en este caso de Satoshi Taijiri) de sus creadores y que marcaba la infancia de un servidor. Una epopeya frágil pero sonora que se hacía con mi yo de seis años gracias a 'Pokémon Amarillo' y la fiebre de los monstruos portátiles.
Si bien, la franquicia siempre ha contado con algunos puntos, es una obra que, en carácter general, atiende a una idea más ligera e infantil, guardando el pormayor de su fórmula al público y la comunidad. Un RPG ligero y llamativo que invita a todas aquellas personas al género —o al medio en sí mismo— a adentrarse en el mismo, sin miedo a caer ante la frustración. Un hecho que reclama para sí ahora 'Destiny Connect: Tick-Tock Travelers'. La última entrega de Nippon Ichi Software que nos propone una edulcorada aventura que abre las puertas a los más pequeños.
Tomando la ternura como mecánica
Y es que la gente de NIS repite jugada con un factor que ya tiene ampliamente dominado: la ternura. Un espacio que ha repetido en títulos con cierto factor de dicotomía, haciendo de esta ternura un pequeño faro de luz para hacernos partícipes de un mundo tan oscuro como podemos imaginar. Así lo hacen obras como 'Yomawari', 'A Rose in the Twilight' o 'The Liar Princess and the Blind Prince'. Un formato que ha funcionado especialmente bien entre sus seguidores y que replica, a media tinta, con 'Destiny Connect: Tick-Tock Travelers'.
Y es que la última entrega de la compañía japonesa hace gala de la citada ternura y la usa, a su vez, como punto de enfoque principal para luchar contra un mal oscuro que, si bien sigue los pretextos anteriores y se dibuja sobre su mundo, parte de un peso mucho menor que el del resto de obras citadas, dando forma a un título que deriva de esta fórmula, pero evitar acogerse, formando una idea más cálida de la firma del estudio.
Es así como 'Destiny Connect: Tick-Tock Travelers' se forja como una obra atractiva para que los más pequeños puedan iniciarse en el género, con mecánicas simples pero variadas y ayudas en combate que adornan un título dulce, breve y especialmente guiado para que sus usuarios no tengan problemas de más al desenvolverse en sus líneas. Sin embargo, y sin olvidar sus particularidades positivas, el juego nunca consigue desarrollar estos fuertes y hace de su aventura algo demasiado tedioso a pesar de su especial ternura.
Caminantes del tiempo
Su historia se fragua sobre los más puros conceptos del manga y anime clásico. No solo la idea de la aventura y el descubrimiento, sino que el juego parece sentir la necesidad de abrazar la idea de familia, de la amistad y la confianza ajena, haciendo largos alardes de pequeñas lecciones morales que dotan a su historia de cierta e innegable calidez.
Una que nos llevará a la ciudad de Clocknee durante la celebración del año nuevo del 1999, justo antes del cambio de siglo. Es así como la obra aprovecha para presentarnos a Sherry, la carismática protagonista de esta entrega, que vive una idílica vida en la misteriosa ciudad, pese a la distancia que su padre parece haber construido entre él y el resto de su familia. Un pequeño arco de entrada que sirve para situar la historia principal del juego, que nos llevará a vivir un terrible desastre de manos de la chica y sus amigos. Y es que, durante la última campanada del cambio de año, el tiempo queda completamente congelado y solo nuestros protagonistas son capaces de seguir conscientes.
Así nuestro cometido no será otro que el de buscar una solución al complejo problema que nos ata. Algo que no afrontaremos solos, sino acompañados de Isaac, una suerte de androide construido por el padre de Sherry que, al poco de adentrarnos en su mística, conseguirá la particular habilidad para viajar en el tiempo, un hecho necesario para visitar la Clocknee del pasado y parar la temible amenaza que lideran las máquinas —algo así como la versión más "cuqui" de 'Terminator'.
Pura simplicidad
Y es que 'Destiny Connect: Tick-Tock Travelers' no deja de ser una apuesta por la más completa simplicidad que no permite entrever sus puntos más positivos porque todos ellos se encuentran a medio cocer. Se entiende, en todo momento, como una obra con ciertas pretensiones que acaba por no entenderse a si misma ni a sus conceptos y cae en saco roto al no saber hacer ver sus virtudes.
Su argumento, pese a parecer enfocado a un público más bien juvenil desde un primer momento, no llega a casar nunca y se convierte en algo tedioso adornado por valores y positivismo que, si bien acompañan con cierta dulzura su estructura, no consiguen encajarla como es debido en su marco. Sus personajes son carismáticos y Sherry resulta una gran elección para encabezar al grupo. Sin embargo, acaban siendo demasiado planos y repetitivos, faltos de fuerza.
Para más inri, el título hace uso del estilo más simple posible para trazar sus conversaciones, al más puro estilo de novela visual y con un fundido para entrar y salir de cada escena, por lo que la obra se convierte en un seguido de parones constantes, algunos totalmente innecesarios, que apenas acogen dos líneas de diálogo antes de devolvernos el control. Un hecho que rompe por completo las dinámicas del juego y que, además, se ve intensificado por el hecho de no contar con voces, haciendo de sus cientos de escenas un pasaje de líneas sobre un repetitivo apartado musical.
Funciona mejor, aunque sobre esa misma capa de simplicidad, el sistema de combate, que guarda la más pura esencia del RPG clásico y nos lleva a enfrentarnos con las máquinas que invaden la ciudad en combates por turnos que nos permiten trazar una estrategia sin necesidad de prisas. Un sistema de combate, de nuevo, simple, pero funcional, que se vale de debilidades elementales para dirigir el transcurso de la batalla, aunque no consiga explotarlas más allá de aumentar el daño causado.
Algo que compensa con un equilibrado abanico de posibilidades, dando a cada personaje su propio set de habilidades diferenciadas con diferentes particularidades: ataques directos, trampas, curaciones, protecciones... A ello sumamos la posibilidad de cambiar el modo en el que se encuentra Isaac, nuestro acompañante robot, consiguiendo así una larga variación de posibilidades, y un simple sistema de progresión que nos permite apreciar su curva de dificultad.
La dulzura no lo es todo
En esencia, 'Destiny Connect: Tick-Tock Travelers' no deja de ser una obra que parte de firmes ideales pero que no consigue despuntar en ninguna de sus particularidades. Nos brinda un título carismático y visualmente atractivo, especialmente para los jugadores más jóvenes o noveles, pero que acaba cayendo en saco roto por sus tantas faltas. Especialmente en su forma de conectar con el jugador, rompiendo la acción constantemente con fundidos y conversaciones que rara vez ofrecen algo, además de no contar con voces como acompañamiento.
Con todo, superados sus notables errores, no deja de ser un título llevadero, breve y especialmente dulce que consigue encandilar a quien se pone a sus mandos gracias a sus particularidades más positivas.