Azeroth está en peligro, y todos los clanes de este mundo tienen que alzarse juntos para poder ponerle fin a la temible Plaga de los no-muertos. Con esto sobre la mesa, Blizzard nos vuelve a traer uno de los juegos de estrategia más queridos de todos los tiempos. No solo por su jugabilidad, sino por la historia que nos cuenta.
Lo hace en forma de remasterización con 'Warcraft III: Reforged', retocando su aspecto gráfico, su interfaz y unos cuantos elementos más.
Sin embargo, el título no es capaz de brillar en ningún momento, y no por culpa de lo que jugamos. El problema radica en las terribles decisiones que ha tomado la compañía a la hora de traernos este título. Algunas de ellas tienen que ver con el propio juego. Pero, por desgracia, las más doloras, aunque no afectan a la jugabilidad, sí que han tocado elementos que la comunidad valora mucho y que, de forma indirecta, le han restado mucha experiencia al mismo.
Vamos a entrar en detalle con ello.
En teoría, una remasterización buena
Empecemos por la parte buena del análisis. Estamos ante una remasterización de un juego que vio la luz en PC allá por 2002. Es decir, hablamos de casi 18 años desde que vio la luz por primera vez el llamado 'Warcraft III: Reign of Chaos'.
Esto significa que, por lo menos, la remasterización ha tenido que toquetear elementos gráficos. Y desde luego así lo ha hecho. Se han remodelado los diseños, se han añadido filtros y se han puesto elementos que consiguen darle un buen resultado al título en general.
Con las opciones al máximo de calidad, la verdad es que la diferencia entre el original y este es palpable. Sí que es cierto que el estilo tan peculiar que tiene el juego obliga a que algunos elementos, a pesar del lavado de cara sigan sin presentar un acabado ideal, pero eso no quita que el trabajo haya sido notorio.
Por desgracia hay aún bastantes bugs en el juego que hacen que, por ejemplo, la pantalla de carga se fragmente en pedazos o se superponga a otra mientras se configura la partida. Otros afectan al multijugador, ya que se queda pillado a veces cuando crea el mapeado. No son muchos los fallos y no son fatales, pero están presentes y son molestos.
También se notan fallos en las animaciones, que no corren como deberían de correr (no son lo suficientemente fluidas) llegando a pegar saltos inexplicables incluso sin cambiar la acción que está realizando. Una cosa es que el juego original tuviese unas restricciones por potencia, pero hoy día eso no debería de estar presente. Al menos en una remasterización.
La jugabilidad se ha tocado muy poco, añadiendo un par de opciones al juego para poder acceder a algunas funciones pequeñas. Pero al no ser un remake, este punto es el que menos se ha alterado. Se han tocado iconos, distribuciones y algún que otro detalle para acercar la jugabilidad más a lo que tenemos hoy día delante de nuestros teclados.
Otro de los elementos que toca el juego es el doblaje. Se han añadido voces distintas a las originales y se ha aprovechado para retocar algunos elementos del lore que, en su moento, fueron comentados o mencionados de una forma determinada.
Son detallitos que demuestran que Blizzard se toma en serio sus franquicias. La cohesión, la coherencia y la lógica (dentro de lo que cabe) de los mundos y las historias que crea es algo que se mantiene y se agradece. Aunque a los más nostálgicos les chirríen un poco estas nuevas voces.
Es importante añadir que el juego funciona muy bien con relativa poca potencia. En este sentido, podemos prescindir de elementos extras y jugarlo sin problemas con un aspecto más "tosco". Es más, también podemos acceder al modo original si así lo queremos. Para ello, en el menú de opciones hay un botón que nos cambia el aspecto entre el original y el remasterizado. De esta forma podemos ver más claramente los cambios gráficos de los que hablamos.
Las promesas no cumplidas de Blizzard
Si hay algo que duele, y mucho, a los jugadores, es que se los tomen por tontos. Y aunque no sea el objetivo de la compañía el mentirnos descaradamente, cuando un producto no cumple con unos mínimos o con la promesas que ha dado, el resultado es exactamente el mismo: decepción y enfado.
En este sentido, inexplicablemente Blizzard ha tomado unas decisiones que, conociendo a la compañía, no tienen sentido. Una de ellas es la desaparición misteriosa de escenas de vídeo "nuevas" que se iban a incorporar al juego.
En este vídeo podéis una de esas escenas a las que nos referimos. Dutante la Blizzcon de 2018 se mostró una cinemática nueva, que no aparece en el original. Finalmente, esta ha sido descartada y en el juego es como fue en su momento, pero con los modelados nuevos.
Evidentemente, la reacción de muchos de nosotros al comprobar esto en nuestras carnes es que, como muy poco, no han sido lo suficientemente claros a la hora de exponer lo que iba o no a aparecer en el juego.
Tampoco nos explicamos la decisión que han tomado con respecto a los servidores del juego (tanto el nuevo como el original). La versión inicial de 2002 contaba con un soporte para la comunidad muy amplio, permitiendo la creación de clanes y un contacto entre jugadores muy interesante y valorado.
La llegada de este Reforged ha borrado de la faz de internet todo eso. Tanto los jugadores del juego original como los de la remasterización ahora comparten servidor, y por lo tanto, servicios. Y en estos no hay cabida para ese tipo de funciones sociales.
La desapación de este servicio, que insisto, ya existía en el juego, ha sido otro de los grandes detonantes que nos han hecho inclinar la balanza de este análisis. No es un elemento que afecte directamente al juego, ya que la campaña como el modo multijugador se mantienen intactos en él. Pero de forma indirecta ha eliminado gran parte del lore y la comunidad que tenía el juego.
No están disponible pues las tablas de clasifición ni los clanes, y aunque podemos importar nuestro perfil antiguo y avisan de que se incorporarán, lo cierto y verdad es que lanzar un juego de estas características sin este contenido es, como mínimo, imprudente.
Blizzard acumulando polémicas
Otra de las grandes polémicas que ha llegado a raíz del lanzamiento de 'Warcraft III: Reforged' tiene que ver con el tema de las licencias y la propiedad del contenido generado.
'Warcraft III' fue un juego que permitió la aparición de otros como 'DOTA' gracias a su editor de mapas y al soporte de la comunidad a la hora de crearle contenido y mods. Sin embargo, Blizzard ha tomado una decisión también algo ... dura, con respecto a este tema.
A partir de ahora, y como podemos leer en el contrato de licencias, todo lo que se cree con las herramientas del juego pertenecerá exclusivamente a la compañía. Y eso, con todo lo que hemos comentado anteriormente, hace que los ánimos no se calmen demasiado.
Nuevamente no es un elemento que afecte directamente al juego, ya que las herramientas siguen estando ahí. Pero es el trato con la comunidad lo que hace que el resultado final acabe siendo lastrado por este tipo de decisiones que, de haber sido tomadas con un poco más de calma o con más mesura, no habrían afectado al global de este 'Warcraft III: Reforged'.
Conclusiones
El problema que nos encontramos con este 'Warcraft III: Reforged' no es el juego en sí ya que, como hemos comentado, la remasterización, a pesar de los bugs y las animaciones de los modelados (con bajos FPS), es correcta. Sin más.
La crítica principal que le hacemos a Blizzard en este caso es que el juego que nos dijeron que llegaría y el que ha llegado finalmente no es el mismo. Ya sea por recortes o por nueva planificación, se han eliminado escenas, detalles gráficos y promesas que se hicieron a la hora de anunciarlo.
Tampoco se entiende que, teniendo una comunidad tan grande a sus espaldas y una estructura tan bien definida, el juego remasterizado ha eliminado todo eso de un plumazo. No hay clasificaciones, no hay comunidad.... Es muy extraño todo esto en un juego que ya lo tenía de por sí.
El resultado final es que, aunque los fallos principales están "fuera" del juego en sí, afectan de una forma lo suficientemente grande al mismo como para tenerlos en cuenta. Y por eso mismo, los hemos incluído en el análisis.
Si finalmente Blizzard cambia las animaciones, incluye los vídeos, arregla los clanes o incorpora las clasificaciones, posiblemente este análisis también cambie. Pero como es el juego que tenemos hoy día y que hemos probado, es lo que hemos valorado.