En el momento en el que Naughty Dog nos sorprendió a todos con el anuncio de un nuevo 'Uncharted' a precio reducido y con una nueva protagonista al mando las dudas fueron muchas, pero la más importante fue la de aclarar si estábamos hablando de una nueva entrega de la saga con todas las letras o de un capítulo adicional de corta duración al estilo 'Left Behind' en 'The Last of Us'. Como a día de hoy seguro que esa sigue siendo vuestra principal duda dejad que empiece resolviéndola.
Ni juego menor, ni spin-off
En este 'Uncharted: El legado perdido' encontramos una nueva entrega que nada tiene que envidiar a las grandes aventuras de Nathan Drake y no hablo únicamente de que completar mi primera partida en difícil me haya llevado unas nada desdeñables 8 horas, hablo de que todo lo que buscas en esta licencia está de vuelta, los mecanismos imposibles incrustados en estructuras colosales construidas por civilizaciones milenarias, los saltos, los tiroteos, la búsqueda de tesoros y algunas novedades que aparecieron en la cuarta entrega de la serie como pequeñas fases de mundo abierto con el coche y un tratamiento más íntimo de la relación entre los personajes principales.
Apremia aclarar que quienes vieron con malos ojos la influencia de 'The Last of Us' en la historia de 'Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón' van a sufrir en esta ocasión con el dúo formado por Chloe Fraser y Nadine Ross, las absolutas protagonistas de este juego que convierten su relación en lo más relevante del mismo.
A pesar de que en esta ocasión son Shaun Escayg y Kurt Margenau quienes ejercen de directores de un proyecto por primera vez en sus carreras, se notan las enseñanzas de Druckmann y Straley cuando se observa el conjunto global de la aventura y el tratamiento que se da a las partes de acción y a la narrativa.
Humanidad en el caos
En cierta parte de la historia 'El legado perdido' recurre a una serie de tropos del juego de mundo abierto y a unos cuantos mecanismos propios para alargar un poco la aventura y contarnos un poco más de sus dos heroínas. En las primeras horas de juego llegamos a un valle de una belleza estremecedora donde tenemos que activar tres mecanismos para avanzar a la siguiente parte de la aventura. Esta parte es importante porque a pesar de parecer un poco artificial en un principio y cortar el ritmo de la aventura, hace unas cuantas cosas bien y otras muy bien.
Lo primero que llama la atención al completar cada pequeño paso para desbloquear el camino es que no solo avanzamos mecánicamente, también narrativamente al interactuar Chloe y Nadine, mostrando a los jugadores un progreso en su relación que otorga ese elemento memorable que hará que no nos olvidemos del juego en mucho tiempo. Cada nuevo interruptor desbloquea un cierre y también una parte del pasado de estas dos protagonistas femeninas, pues si bien es Chloe quien controlamos durante todo el juego, la historia de Nadine no es menos importante en ningún momento. De este modo iremos descubriendo cómo dos aliadas circunstanciales de primeras acaban descubriendo que tienen más en común de lo que pensaban, hija de mercenario una, hija de arqueólogo la otra. Ambas mujeres a la sombra de grandes hombres que, cada una a su manera, intentan labrarse una reputación en una aventura que las ayudará a crecer como buscadoras de tesoros y como seres humanos.
Lejos queda la variedad de escenarios y la espectacularidad de esta obra de lo visto en 'Uncharted 2: El reino de los ladrones', entrega que hoy día sigue siendo de las más valoradas para no pocos aficionados incluso por encima de la espectacular cuarta entrega. Pero si acabas 'El legado perdido' pensando que es tu 'Uncharted' favorito no pasa nada, es absolutamente comprensible. Si no vienes a este juego buscando la enésima película de aventuras con grandes dosis de acción y explosiones (aunque también encontrarás una buena ración de eso aquí), te irás con la sensación de haber acompañado a dos grandes personajes en un viaje que les ha aportado tanto a ellas como a ti. Sin duda 'Uncharted: El legado perdido' no es un juego de momentos épicos, si no de momentos íntimos, más cercanos a La Jirafa de 'The Last of Us' que al tren con el que comenzaba 'Uncharted 2'.
Cabe concretar que aunque he mencionado que hay dos protagonistas absolutas en este juego eso no es del todo cierto. Hay una tercera protagonista y esa es la India, primero porque toda la aventura se desarrolla dentro de sus fronteras y segundo porque es un lugar importante para los personajes, concretamente para Chloe. En el pasado hemos visto como Nathan y compañía viajaban a múltiples países para saquear sus bienes más preciados, pero esos sitios nunca significaron nada realmente para el simpático ladrón. En esta ocasión Chloe conoce profundamente la cultura del país en el que nació y el hecho de que todo el juego se sienta como en casa aporta un tono diferente a la narrativa. La ambientación de esta entrega es sin duda de las más relevantes de la serie.
Mecánicas heredadas
Pero claro, hablamos de un juego que se lanza a unos 40 € y que desde el principio se nos anunció como una aventura más ligera que las entregas numeradas protagonizadas por el bueno de Nate. Lo que esto significa es que toca heredar la ropa vieja del hermano mayor y por este motivo encontraremos que casi todas las novedades del anterior juego se han reutilizado aquí, véase el uso de cuerdas, el coche, las zonas abiertas con campamentos opcionales que asaltar y el esqueleto jugable al completo.
Entre las pequeñas novedades que encontramos se encuentra una mecánica de escalada con piolet que parece casi un guiño a la renacida 'Tomb Raider', algunas armas entre las que se encuentra una pistola con silenciador que aporta un toque distinto a los enfrentamientos que decidamos superar con el uso del sigilo y por último un objeto especial cuya naturaleza o posición no desvelaré para mantener la satisfacción de conseguirlo sin esperarlo.
En lo que respecta al ADN jugable de la serie no hay nada modificado, todo se mantiene brillante como hasta la fecha y de nuevo vuelve a destacar por encima de todos los competidores del género el apartado artístico y el trabajo de animación. No descarto que de las ocho horas de juego que me llevó completar mi primera vuelta una hora al completo la pasara subiendo, bajando y conduciendo el coche a causa del enfermizo trabajo de animación que Naughty Dog siempre lleva a cabo. En esta ocasión la directora del departamento de animación, Almudena Soria, no ha bajado el nivel ni un poquito y ha conseguido que Chloe y Nadine sean mucho más que "skins" de los modelos masculinos de juegos pasados.
Candidato a juego del año por méritos propios
Quiero acabar con una reflexión general que podría resumir en que 'Uncharted: El legado perdido' no es, ni mucho menos, un spin-off de 'Uncharted' para mí. El motivo es que 'Uncharted' nunca ha sido Nathan Drake para mí, esta licencia siempre me ha parecido una interpretación sin igual de las aventuras en tercera persona, de fusionar la libertad y la linealidad con la soltura suficiente como para no flaquear en ningún campo. Por todo esto la obra que aquí me ocupa me parece a la altura de las anteriores entregas e incluso bastante por encima de la primera y la tercera y compartiendo excelencia con la segunda y la cuarta.
Por supuesto los tropos de la serie siguen ahí, los tiroteos masivos siguen presentes (sobre porque esto deja de ser un problema gracias a Nadie y Chloe hablaré en un artículo adicional pronto), los picos de dificultad pueden hacerte la puñeta en algún momento (sin ser demasiado frustrantes, en difícil al menos) y unos graves problemas de framerate en el final del juego añaden un toque amargo a un viaje dulce y adictivo como el azúcar.
En resumidas cuentas estamos ante un 'Uncharted' puro, que además incluye los modos multijugador competitivo y cooperativo de 'Uncharted 4' en los citados 40 € que cuesta de lanzamiento cuando llegue a las tiendas físicas y digitales el 23 de agosto. Su candidatura a juego del año es en este punto del todo incuestionable.