El 13 de Septiembre 2021 | 14:00
Pedíamos a gritos un regreso por la puerta grande de la mascota de Sega. No es lo que encontramos con 'Sonic Colors Ultimate': esta es una mirada al pasado de uno de sus mejores momentos, un recordatorio de que cuando podemos pensar que el personaje no puede caer más bajo, se levanta. Eso es lo que más necesitamos de él ahora mismo.
Aventura sobre raíles
La trama en 'Sonic Colors Ultimate' no toma protagonismo; quizás eso sea parte de su éxito. Es iniciar una nueva partida y de inmediato nos transporta al primer nivel, sin ninguna explicación de por medio. Te sueltan en un parque de atracciones, lleno de luces y el cielo estrellado por encima de ti. Lo único que puedes hacer es ir hacia adelante, y con ello descubrir que nuestro buen erizo va ganando velocidad. El resto del aprendizaje viene por intuición básica.
A los pocos actos superados ya se nos pone en situación. Eggman está haciendo de las suyas, aunque nuestro protagonista no sepa bien sus intenciones. El villano ha construido un parque de atracciones temático para que todo Mobius lo visite, en teoría gratuito, para disculparse por sus acciones pasadas. La parte que no cuenta es la de los planetas alienígenas que ha secuestrado y adherido con cadenas a su parque.
Los habitantes de estos mundos son los amables Wisps, coloridas criaturas que le dan el nombre al título. Su amistad con Sonic permite que el erizo obtenga poderes especiales cada vez que se cruza con ellos a modo de power up. Lo único que debemos hacer es liberarlos previamente, animándonos así a completar la campaña principal antes de revisitar niveles pasados para sacar todo el jugo posible.
La simpleza de la trama se mantiene hasta terminar el juego, de principio a fin. No destacan los giros de guión ni el desarrollo de personajes: Sonic no necesita mucho más. Es suficiente on aportar los niveles variados y divertidos, además del encanto y carisma que el personaje y sus amigos alienígenas tienen. Aunque en cierta manera se echa de menos algo más de variedad entre el casting. La ausencia de los aliados de Sonic, quitando a Tails, se hace notoria en la ausencia de misiones secundarias o algo de humor adicional a la aventura.
Es un caso curioso. Los personajes sí se encontraban en la versión de Nintendo DS, la cual destaca por niveles diferentes y un jefe final muy distinto. Es una pena que esta versión remasterizada no intente recuperar aquella aventura independiente a modo de spin off.
Este es el camino
El largo viaje de Sonic hasta llegar a esta entrega no pasó desapercibido para los fans en su día. Sus últimos juegos en la tercera dimensión son considerados un fracaso en la crítica. Pero para 'Sonic Colors' se tomó el debido feedback: qué partes habían estado funcionando, qué quería la gente y cómo podía hacerse un compromiso medio. El resultado fue lo que la gente necesitaba.
Esta aventura de plataformas y gran velocidad alterna constantemente entre la tercera y la segunda dimensión como punto de variedad. La idea es jugar con nuestros reflejos y ganas de experimentación para descubrir nuevos caminos en las siguientes partidas. Nada se deja a una experiencia rápida de sólo superar una vez cada fase: tendremos que descubrir todos los secretos guardados en cada uno de los seis niveles con seis actos jugando repetidamente.
Nuestras principales aspiraciones son conseguir los anillos rojos, el coleccionable oculto en cada acto, y una puntuación alta que nos permita alcanzar la nota S. Esto se consigue con práctica y pura experimentación. Internet ha matado un poco la curiosidad de cómo lograrlo, pero es un proceso que aún merece descubrirse por uno solo. No se trata de llegar lo más rápido a la meta, sino de hacerlo de la manera más efectiva, recogiendo la mayor cantidad posible de anillos y acabando con un buen número de enemigos. El estilo pesa sobre todas las cosas cuando se trata de Sonic.
Retocando lo que no estaba roto
El trabajo que se ha hecho con la remasterización de 'Sonic Colors Ultimate' ha sido objeto de debate desde antes de su momento de lanzamiento. No han sido pocos los fans que se han mostrado escépticos sobre algunas de las decisiones tomadas sobre tal remasterización. No se trata de un asunto sólo gráfico, en el que se ha hablado acerca del exceso de iluminación en los escenarios y los modelos de personajes, especialmente en lo que a Sonic se refiere.
El mayor problema han sido los bugs. A falta de una primera actualización que arregle muchos de los errores que se destacan Internet se ha llenado de vídeos llenos de graves fallos. Problemas con el sonido, fallos gráficos que corrompen la pantalla completa, incluso problemas de partidas borradas. Es un tema serio, pero desde Zonared en nuestras más de diez horas con el juego no hemos la suerte de cruzarnos con ninguno de todos los numerosos fallos. No dudamos en que existen, pero al menos en la versión de PS4 con la que hemos trabajo no parece ser la situación catastrófica de la que se habla.
Con lo más grave destacado hay otros aspectos de esta revisión del juego original que se pueden poner en duda por cómo ha sido su integración. Se han añadido opciones de personalización a Sonic a cambio de algunas monedas coleccionables, aunque los cambios no son lo atractivos que podrían ser. Comprar guantes verdes radioactivos y zapatillas azules no es ni positivo para la vista ni un premio interesante para el jugador.
Quizás el aspecto que más se esperaba que se agregara era la implementación de Metal Sonic, uno de los mayores enemigos recurrentes del buen erizo. El doppelgänger nos retará una vez por nivel a superar antes que él uno de los actos más exigentes a nuestro alcance, pero las interacciones con él se quedan a medio camino. Son más competiciones contra una versión fantasma de otro jugador. De ninguna manera sus acciones sirven de nada contra nosotros; es como si viviera en otra dimensión.
El cambio más extraño de todos es referente a la música del juego. La banda sonora original era magnífica, y para elevar la experiencia se han agregado varios remixes para dar algo de personalidad a cada uno de los actos que componen cada nivel. Es un trabajo fantástico en ocasiones, pero en otras como jugador sencillamente desearía volver a los temas originales. Pero no existe esa opción en el menú. No podemos elegir qué música escuchar en un remaster, que viene siendo algo de norma que ha venido en los lanzamientos más recientes de aquí a una época.
Conclusiones
El regreso de 'Sonic Colors Ultimate' es uno de los que más se esperaba sobre nuestro erizo favorito, pero los años no perdonan. Sigue siendo un juego fantástico y una de las mejores entregas de Sonic Team en la tercera dimensión, pero se podría haber hecho mucho más para elevar la remasterización y que se convirtiera en la experiencia que merecía ser. Podría haberse juntado con la versión de Nintendo DS, el posterior 'Sonic Generations' o generar nuevo contenido valioso que aumentara sustancialmente la experiencia de juego.
En su lugar nos quedamos con una personalización que deja mucho que desear, carreras fantasmas contra Metal Sonic y poco más. Los nuevos remixes aciertan y fallan a la vez, y no poder volver a los temas originales a nuestro gusto es una decisión cuestionable.
Al menos tenemos a Sonic una vez más con nosotros. Quedan muchos más años del erizo por delante.
Lo mejor:
- Una de las mejores aventuras 3D de Sonic recuperadas.
- Niveles llenos de colores y diversión.
Lo peor:
- Cuestionables decisiones acerca de la banda sonora del juego.
- Falta de misiones secundarias u otras actividades fuera de los niveles habituales.
- Personalización poco convincente.