El desarrollador alemán Benjamin Kiefer, tirando de sudor y sangre sacó en marzo del año pasado 'Revita' en ordenadores a través de Steam y aprovechando el socorrido acceso anticipado para ver si este proyecto tenía tirón entre los amantes de los roguelites y llegaba a buen puerto una versión final que ahora tenemos entre manos y que además de a PC también se ha estrenado en Nintendo Switch, donde hemos tenido la suerte de poder jugarlo.
Sanar y sacrificar
Sorprende la cantidad de pequeños detalles y el contenido que 'Revita' ofrece cuando van pasando las horas de juego si tenemos en cuenta que está desarrollado por una única persona (con el apoyo habitual de otros desarrolladores que suelen echar una mano a estos hombres orquesta con labores como la música, el sonido y demás, claro).
De entrada es difícil que 'Revita' le entre por los ojos a quienes han quemado el género rogue y sus ilimitadas variables durante estos últimos años de boyante proliferación del término en todos los catálogos disponibles al alcance de los jugadores. Es cuando decidimos darle una oportunidad cuando las bondades de la propuesta empiezan a atraparnos.
Lo que BenStar (que así se hace llamar Benjamin como desarrollador) nos propone para que no sintamos que estamos jugando a lo mismo de siempre es que la salud de nuestro protagonista sea a la vez lo que nos mantiene con vida y también la moneda con la que ir progresando en cada vuelta que le intentamos dar a sus niveles para alcanzar el final.
Perdido en la torre
Nuestro protagonista es un chico de pelo azul sin recuerdos que únicamente siente la necesidad de escalar una gigantesca torre con un reloj en su cima y cuyos pisos están infestados de todo tipo de criaturas letales y escenarios de tamaño muy reducido pero repletos de peligros.
El punto de partida es una estación de metro que nos sirve como refugio para interactuar con algunos NPCs que viven ahí desde el comienzo de la aventura y otros que iremos rescatando durante las partidas al más puro estilo 'Enter the Gungeon' (por nombrar uno de los muchos juegos a los que pueda parecerse este título).
Aquí llevaremos a cabo las clásicas labores de desbloquear objetos y mejoras que aparecerán más tarde y de forma aleatoria en las partidas, también de conseguir mejoras permanentes, acumular coleccionables y, en resumidas cuentas, hacer todo lo que se espera que nos pida hacer un roguelite básico.
Si digo que sorprende la cantidad de contenido del juego no es por exagerar, es que simplemente uno de los NPCs de la estación de metro cuenta con 193 desbloqueables que se tardan horas y horas en conseguir mediante los múltiples intentos que haremos de superar los niveles y sus correspondientes jefes finales. Esto da una idea general de lo que nos espera por delante una vez salimos de la estación y comenzamos a conocer lo que 'Revita' tiene que ofrecer.
Cuando toca liarse a tiros nos encontramos con una propuesta más que conocida. Estamos ante un juego de disparos en 2D con puro pixel art del gordo y un sistema de apuntado en 360 grados que aprovecha las dos palancas del mando, dejando así acciones como saltar o esquivar en botones poco convencionales como lo son los gatillos para que podamos llegar a todo de forma ágil.
Con esta base se presenta un juego que tiene sus aciertos para llegar a engancharnos, pero también algunas carencias que nos pueden echar fuera. Visualmente no es un juego memorable precisamente y su mayor problema no es ser un poco genérico en lo artístico, si no que lo que realmente molesta de su pixel art es que en más de una ocasión nos costará ver todo lo que hay en pantalla y eso puede resultar en algo nefasto como caer en una trampa o chocar con un enemigo y perder así la valiosísima y escasa salud.
Cuando el juego resulta todo lo legible que se espera que sea la verdad es que fluye de maravilla. Si es cierto que la velocidad del título quizás sea algo más lenta de lo que me gustaría, pero este pequeño problema personal es una excusa perfecta para hablar de una de las mejores cosas que tiene 'Revita', que es su apartado de accesibilidad.
No es que podamos modificar ajustes básicos del juego como el daño que hacen los enemigos y ajustes similares para facilitar la experiencia o hacerla más desafiante, es que hasta podemos acelerar la velocidad general del título, cambiando así por completo el dinamismo de las partidas y convirtiendo el juego casi en otra cosa. En mi caso he jugado siempre al 120% de velocidad y resulta la mar de agradable.
Se puede eliminar la animación que hay al pasar de plantas para agilizar las partidas, destacar a los enemigos con un reborde de color, cambiar tamaños de fuentes e interfaces y muchísimos ajustes más que hacen que tengamos que destacar el trabajo de BenStar a la hora de pensar en que el mayor número de jugadores se pueda sentir cómodo con su juego.
Resulta realmente fácil encontrarse enganchado a la propuesta de 'Revita' a la que se tiene ganas de un poco de roguelite y se consigue pasar por alto lo genérico que resulta la mayor parte del tiempo. El desafío que propone resulta satisfactorio de superar, el constante progreso mediante desbloqueos es una herramienta adictiva de más que probada eficacia y romper una vuelta del juego intentando conseguir los modificadores y las armas adecuadas nunca dejará de resultar atractivo. Es una fantástica carta de presentación para este desarrollador que esperamos que siga trabajando en futuros proyectos para que podamos disfrutarlos como hemos disfrutado de 'Revita'.