El 22 de Marzo 2023 | 18:00
El verano pasado Razer anunció el Razer DeathAdder V3 Pro como la evolución de su línea de ratones de gama media. La propuesta era la de un ratón inalámbrico de gran rendimiento y con un peso muy reducido, que no tardó en convertirse en el favorito de los jugadores que apuesta con esta marca para competir o simplemente para disfrutar de los videojuegos en ordenador.
Menos peso y con cable
Recientemente este modelo ha recibido una variante con cable que recibe el nombre de Razer DeathAdder V3, que se pone a la venta a unos reducidos 80 € (frente a los 160 € de la versión sin cable). Por la mitad de precio, la marca nos ofrece una propuesta casi idéntica a su variante inalámbrica y con algunas mejoras respecto al Razer DeathAdder V2, el que ha sido mi ratón personal desde que se lanzó al mercado.
Menos de 60 gramos es lo que pesa este ratón ultraligero que cuenta con las características principales de esta línea de Razer y alguna pequeña sorpresa para dar sentido a su lanzamiento. Aunque personalmente no he notado un cambio de experiencia abrumador al pasar del V2 al V3 (ambos con cable en mi caso), sí que hay cambios que hacen que merezca la pena incluso si tienes el modelo anterior más usado de la cuenta.
El nuevo ratón prescinde por completo del RGB, lo que será positivo o negativo según el tipo de usuario. Particularmente prefiero los periféricos sin RGB, pero en el caso concreto de Razer sí que me gusta que todos los tengan al utilizar cascos, teclado y ratones de la marca con frecuencia, pues me gusta sincronizarlos y tenerlo todo acorde. Al margen de esa pequeña manía personal, no está de más que haya en el mercado periféricos más discretos para quien no quieren tener una discoteca decadente sobre su escritorio.
Algunos otros cambios estéticos y funcionales son la eliminación del agarre de goma del lado izquierdo, pues ahora el ratón está completamente recubierto de un plástico bastante agradecido para evitar marcas de dedos y que aparente ser muy resistente al uso intensivo.
Los botones superiores que en el modelo V2 estaban bajo la rueda del ratón e iban destinados a modificar los DPI han sido sustituidos por un único botón que se encuentra ahora oculto en la parte inferior del dispositivo. De manera predeterminada, este botón cambia entre varios rangos de DPI, pero se puede destinar a cambiar los perfiles del software de Synapse.
Con estos perfiles podemos elegir qué hace cada botón, pues se pueden configurar para funcionalidades de todo tipo: desde usar controles multimedia hasta cambiar de aplicación, copiar texto automáticamente, modificar parámetros del propio ratón y mucho más. Incluso en cada uno de estos perfiles podemos elegir a cuántos DPI se moverá el cursor en nuestro equipo, por lo que no perdemos la funcionalidad por defecto y al mismo tiempo ganamos mucha personalización de la experiencia de uso. En el dispositivo se pueden guardar hasta 4 perfiles diferentes para que no sea necesario tener abierto Synapse en segundo plano (en estos perfiles guardados hay ciertas opciones de mapeo que están capadas, eso sí).
El ratón Razer DeathAdder V3 también viene con la opción de configurar la tasa de sondeo, lo que se traduce en la frecuencia con la que el periférico comprueba su posición para que la utilización sea lo más fluida y precisa posible. Dicha tasa llega hasta los 8000 Hz, aunque este tope puede causar problemas de rendimiento y con los 1000 Hz estándar tendremos más que suficiente para hacer un empleo satisfactorio del ratón.
La decisión de Razer de reducir el precio del Razer DeathAdder V3 Pro a la mitad a cambio de tener el ratón conectado por cable permanentemente es la correcta, sin duda. La experiencia del usuario no se ve dramáticamente afectada y el propio cable cuenta con el habitual recubrimiento de la marca que evita enredos y enganchones, por lo que es invisible mientras estamos jugando tranquilamente. El estilo sobrio sin RGB ni florituras de ninguno tipo también convierten a este ratón en una apuesta elegante y sin complicaciones para quienes necesiten un ratón de calidad, sin más. Eso sí, su precio de 80 € solo puede justificarse mediante cierta afinidad a la marca y si se piensan aprovechar características adicionales como la configuración por Synapse, porque hay otros ratones con los que competir con propuestas similares o incluso mejores.
Lo mejor:
- Peso muy reducido.
- La construcción se siente muy robusta y duradera.
- El sensor óptico reduce casi a cero las pulsaciones fantasma.
- Puedes cambiar entre hasta 4 perfiles sin abrir Synapse.
Lo peor:
- No cuenta con RGB.
- Precio elevado para una propuesta más bien modesta.