El 18 de Julio 2024 | 12:28
La comunidad de usuarios de Razer siempre espera que la marca renueve algunos de sus buques insignia para mejorar las prestaciones que tienen sus periféricos favoritos. La llegada del nuevo Razer Cobra Pro puede ser perfectamente uno de esos eventos tan esperados por los usuarios de Razer, pues sus características lo convierten en un compañero de juego extraordinario.
Brillando con luz propia
Este pequeño ratón inalámbrico se presenta con un peso bastante ligero, decenas de opciones de configuración mediante el siempre presente Razer Synapse y una iluminación RGB que por fin tiene algo de sentido.
Dado que la mayoría de sus prestaciones son bastante conocidas o más comunes entre el catálogo de Razer, empezaré hablando de lo que más me ha gustado, el uso que se le ha dado a RGB Razer Chroma en este dispositivo. No solo tenemos iluminado el logo de Razer y la rueda del ratón, dos puntos que tendemos a cubrir con la mano mientras usamos el periférico, también está iluminado todo el borde de la base, lo que sí que ayuda a dar algo de color a nuestro setup cuando estamos jugando.
No soy especialmente fan del RGB en general, pero si un periférico lo tiene prefiero que lo use de forma inteligente para que al menos cumpla algún propósito. Iluminar un ratón en la parte en la que ponemos la mano puede servir para que decore nuestro escritorio cuando no lo estamos usando, pero cuando no estoy delante del PC está apagado, así que de poco me sirve una iluminación que no voy a disfrutar. Teniendo iluminación en la base la cosa cambia.
Pasando al uso propiamente dicho del ratón, un acierto absoluto, en mi caso particular, la combinación de un peso que ronda los 77 gramos y tiene un tamaño bastante reducido. Si es mejor un ratón grande o uno pequeño va a depender de las preferencias de cada usuario, pero en mi caso prefiero ratones más pequeños a pesar de tener las manos grandes. Al tener cierta condición médica que hace que las manos tiendan a dolerme en según que posiciones, los ratones grandes me obligan a extender más la mano y tensar más la misma, haciendo que me resulta incómodo el uso prolongado. Para mí gusto el Razer Cobra Pro tiene el tamaño perfecto para reposar la mano sobre él y el peso adecuado para que los movimientos no acaben ocasionándome cansancio o dolores.
Sobre precisión y configuraciones de sensibilidad hay poco que decir a estas alturas, es algo que Razer tiene más que dominado y hace tiempo que la mayoría de ratones del mercado cuentan con las opciones de personalizaciones suficientes para que podamos adaptar los DPI y la sensibilidad general a cualquier uso, ya estemos jugando a un FPS competitivo, editando vídeo o simplemente navegando por Internet.
Por supuesto mediante Razer Synapse podemos convertir cada botón del ratón en lo que queramos, configurando acciones complejas con macros, redistribuyendo la botonera para darle nuevos usos o configurando accesos directos. En mi caso, sin ir más lejos, los botones superiores para aumentar o disminuir los DPI los tengo configurados para atajos de reproducción de música, ya que yo suelo configurar el ratón a una sensibilidad cómoda y no lo toco nunca, independientemente de si estoy jugando o haciendo cualquier otro uso de mi ordenador.
Otro gran punto a favor que lamentablemente no he podido experimentar de primera mano es la compatibilidad con carga inalámbrica. Mediante las bases de carga de Razer o las alfombrillas de carga inalámbrica es posible cargar el ratón o bien cómodamente mientras no se está usando en el primer caso, o directamente mientras lo usamos en el segundo caso, obteniendo las ventajas de un periférico inalámbrico sin las desventajas del mismo.
A la hora de la conectividad contamos en la parte inferior con un selector para cambiar entre bluetooth y Razer Hyperspeed, esto nos permite cambiar en un segundo entre un PC y una consola o cualquier otro dispositivo y con un único ratón usar varios dispositivos de nuestra configuración.
El nuevo Razer Cobra Pro es prácticamente infalible y es fácil que se convierta en la opción predilecta de no pocos jugadores. Su precio puede resultar un poco prohibitivo para mucha gente porque sale a 150 € sin los extras para la carga inalámbrica. En una buena rebaja se puede convertir en compra casi obligatoria para quien busque un pequeño aliado preciso, configurable y con un gran diseño.
Lo mejor:
- Su peso de 77 gramos es fantástico.
- Compatible con la carga inalámbrica de Razer para cargar mientras lo usamos.
- Una configuración RGB que no se vuelve inútil mientras el ratón está en uso.
- Perfiles, macros y muchas más opciones de personalización.
- Dos opciones de conectividad para cambiar rápidamente entre dispositivos.
Lo peor:
- Su pequeño tamaño puede no encajar con todos los usuarios.