Llegado cierto punto de estrés, de actividad diaria y de ausencia total de tiempo libre hay un tipo de videojuegos que se tornan necesarios en mi día a día, no es que me ayuden a desconectar y relajarme en los contados momentos de tranquilidad que tengo, es que son casi de vital importancia en mi intento de no perder la cabeza. Es precisamente en ese grupo de remansos de paz, de oasis en el desierto, donde enmarco 'Portal Knights', el último de los alemanes Keen Games que he podido jugar a fondo en los últimos días gracias a la copia que 505 Games ha cedido a Zonared.
Ni 5 segundos tardará el jugador medio en relacionar cualquier captura de pantalla de este RPG ligero con 'Minecraft', pues la obra de Mojang es automáticamente referente de todos esos universos "voxelizados" que basan la construcciones de sus entornos en medidas cúbicas de dimensiones no variables que sirven como unidad de medida para todo lo que se coloque en su terreno. Pero esto es así, la inspiración original es ineludible y cuanto antes nos la quitemos de encima antes podremos entrar a valorar lo que hace (o no) de 'Portal Knights' un título único con una personalidad propia.
Lo primero que hace esta experiencia de exploración, combate y construcción es librarse del elemento de supervivencia que caracteriza a tantos otros compañeros de (sub)género. Aquí no hay que vigilar ninguna necesidad de nuestro protagonista más allá de la de mantener sus corazones de vida por encima del cero. Lo segundo que hace es pedir ayuda a otro género para intentar, mediante la alquimia de mecánicas, forjarse una ADN propio. El género que viene a echar un cable es el del RPG con unos elementos básicos como son la presencia de clases (guerrero, guardabosques y mago), un sistema de niveles, una lista de atributos clásicos que mejorar con cada nuevo nivel y unas pequeñas bonificaciones que se desbloquean cada pocos niveles y que permiten conseguir algunas habilidades pasivas o aumentos de daño y defensa de varios tipos. Toda la aportación del RPG a esta obra se queda en lo básico, pero se entromete tanto que si hubiera que ubicar a 'Portal Knights' en un único género seguramente se quedaría más cerca del RPG que de cualquier otra cosa.
La progresión a través del mundo que crearemos al comenzar una partida nueva (podemos elegir entre grande y pequeño en función de la duración que queramos) es el otro gran tema a tratar a la hora de enfrentarse al juego de los francforteses. Aquí el mundo del juego se divide en islas de un tamaño reducido que se generan de forma aleatoria una única vez al comenzar una partida y permanecen con la misma forma esperando a que nuestro paso por ellas les de una nueva orografía. La forma de saltar de una a otra isla es a través del uso de los portales que dan nombre al juego. Mediante la eliminación de enemigos o la extracción de minerales raros conseguiremos fragmentos que dan lugar a unos cubos que a su vez son la llave que activa estos portales que delimitan y equilibran nuestro progreso a través del juego. O lo intentan al menos.
Parte vital de la progresión es el combate, un elemento que dista mucho de convertirse en un punto fuerte para el juego, dado que es una actividad casi tan monótona como picar piedra en busca de los minerales que necesitas en cada momento. Todo se limita a fijar a un enemigo y pulsar R2 sin soltarlo hasta que el enemigo está muerto. Lo que ayuda a hacer esta parte un poco más soportable es la posibilidad de dar una voltereta para esquivar los ataques enemigos y un sistema de elementos que se rigen por el clásico piedra-papel-tijera que llevamos décadas usando.
Un poco más interesante es el sistema de equipo y creación de herramientas, pues hay algunas buenas ideas en este campo como un taladro que ayuda a cavar mucho más rápido y en mayores cantidades, fomentando así la idea de que este juego es dado a las partidas cortas y la eficiencia a través de la sencillez y la baja dificultad. En ocasiones marcarse como objetivo el conseguir un set completo de equipamiento es divertido si planeamos dedicarle un buen puñado de horas a la historia en cuestión.
Desde fuera, sin ponerme a los mandos, habría afirmado con total rotundidad que 'Portal Knights' es un juego aburrido, carente de personalidad y de lo más genérico que ha llegado a los catálogos modernos desde que el fenómeno universal de 'Minecraft' aterrizara en nuestras vidas. De haberlo hecho habría estado en lo cierto y totalmente equivocado al mismo tiempo. Es cierto que esta IP no destaca en prácticamente nada, en lo visual aprueba muy por debajo de sobresalir, en lo mecánico se mueve con soltura y es divertido construir y sobretodo explorar cada nueva isla, pero en general no es una obra que pueda elegirse por encima de otras similares muchos otros motivos. Pero algunos ahí.
Desde el día en el que me encontré jugando 10 horas consecutivas a este juego sin apenas darme cuenta me di cuenta de que algo había ahí, de que hay un tipo de jugador al que puede satisfacer notablemente esta discreta aventurita. En este punto volvemos al inicio del texto, pues lo que me ha hecho pasar la última semana jugando única y efusivamente a 'Portal Knights' es el hecho de que es ideal para desconectar. Jugar a otros exponentes como el mismisimo 'Minecraft' requiere, como mínimo, de una mínima actividad gestión de tareas dada la ausencia de objetivos impuestos por el juego, lo que para muchos es una de las claves de la obra de Mojang para mí siempre ha sido una mecánica hostil. Lo que vengo a decir es que cuando ejecutas 'Portal Knights' tienes una serie de objetivos marcados en los que puedes centrarte sin mucho peligro de irte por las ramas y gracias a las mucha facilidades que hay para conseguirlos (la información de cada isla muestra el tipo de mineral que necesitas y las recetas de cada arma y objeto se consiguen evolucionando las distintas estaciones de trabajo) es sencillo ir progresando sin hacer un mínimo esfuerzo mental.
A pesar de que dudo mucho que la intención de los alemanes que han manufacturado este producto consideren que su objetivo eran adultos con pocas ganas de pensar a la hora de ponerse un mando entre las manos, me parece un punto a favor de 'Portal Knights'. También resulta instantáneamente recomendable para padres que quieran jugar con sus hijos a algo agradable, con buena cantidad de contenidos y sin mensajes hostiles para los más pueriles. Ayuda mucho el cooperativo de hasta cuatro jugadores en local y en línea (en PS4 he tenido algún problema de cierre de juego al jugar en cooperativo pero debería solucionarse con el último parche publicado para el juego).
Resumo mi experiencia con 'Portal Knights' como algo satisfactorio a pesar de que no se esfuerza ni un poco en destacar. Cuenta con mil y una mecánicas de eficacia testada y le da cero vueltas a todas ellas. Hay que tener muy claro el tipo de producto que apetece consumir a la hora de hacerse con 'Portal Knights', pues el desafío, la originalidad o la capacidad de instalarse en tu memoria de jugador no se encuentra entre sus virtudes.
VERSIÓN ANALIZADA PS4