El 8 de Agosto 2018 | 12:50
En agosto de 2016 llegaba a ordenadores 'Overcooked' (análisis) sin hacer demasiado ruido. No tuvo que pasar mucho tiempo para que el juego empezara a triunfar en comunidades como YouTube o Twitch para más tarde acabar convirtiéndose en uno de los imprescindibles de lo que conocemos como party games. La importancia del juego fue tal que en abril de 2017 le otorgó a sus dos creadores dos premios BAFTA, uno de Mejor juego británico y otro a Mejor juego familiar. A partir de ahí el juego se lanzó en Nintendo Switch y una secuela apareció por sorpresa en un espacio de Nintendo durante el E3 2018.
Pequeños genios
Phil Duncan y Oli DeVine son los responsables detrás de la extraordinaria idea de ambientar un videojuego arcade en la cocina, haciendo que el juego en equipo sea la herramienta principal para poder superar una serie de niveles en los que debemos preparar recetas varias con determinados ingredientes que hay que tratar de formas concretas. El ingenio de estos dos desarrolladores no surgió de la nada, pues no en vano pasaron 5 largos años trabajando en uno de los estudios más importantes de Reino Unido, Frontier Developments, responsables de la serie 'Elite'.
En el 'Overcooked' original se nos proponía exactamente lo mismo que se nos propone en 'Overcooked 2', somos chefs encargados de cocinas muy poco tradicionales. Bien sea a bordo de barcazas, en globos aerostáticos, en mitad de una calle con tráfico circulando o en un vórtice espacial, nuestra misión siempre será la de contentar a unos clientes con unos gustos muy particulares. Cocinar tartas, tortitas, hamburguesas, pizzas, macarrones y demás platos no será una tarea sencilla si tenemos en cuenta que las cocinas suelen moverse, los ingredientes no están siempre en el mismo sitio y el tiempo corre en nuestra contra. Para hacer frente a todos los obstáculos precisamos de la ayuda de uno o más amigos que nos acompañen en partidas de hasta cuatro jugadores que, ahora sí, podrán ser disfrutadas en línea, siendo ésta una de las principales carencias del juego original que ahora se convierte en una de las más agradecidas novedades de la secuela. Por supuesto el juego local sigue siendo la joya de la corona y se puede disfrutar tanto en el modo campaña como en las modalidades cooperativas y competitivas en línea.
La receta del éxito
De entrada tenemos un modo historia bastante simpático en el que deberemos superar 30 niveles principales con algunos niveles secretos adicionales que aparecen si conseguimos las tres estrellas en determinados lugares. Este modo se puede jugar en cooperativo y está diseñado de forma que dos jugadores se basten para superarlo, además una de las particularidades de esta licencia es que no siempre más jugadores presentes facilitan las tareas. Precisamente en esto último radica el atractivo de 'Overcooked', su juego en equipo es de esos que nos obligan a organizarnos adecuadamente con nuestros compañeros para que cada uno tenga muy clara su tarea dentro de la cocina. Parece increíble que un juego tan sencillo como éste sea capaz de sintetizar la organización de una cocina real obligándonos a asignar responsabilidades a cada jugador y mostrándonos que el fracaso llega si no se cumplen a rajatabla.
A pesar de que este modo campaña pueda sonar a aperitivo insulso de cara a la competición real en partidas locales y en línea con amigos y otros jugadores, lo cierto es que es una experiencia bastante recomendable si tenemos en cuenta que sus decenas de niveles son distintos y en la mayoría de ellos se van introduciendo nuevas mecánicas de cocinado y obstáculos que nos obligan a adaptar nuestro juego a cada situación. Es muy fácil cocinar en sincronía con nuestros pinches si los tenemos al lado y no precisamos más que de completar los platos que ellos hayan comenzado, pero es otro cantar bien distinto cuando el nivel se parte en dos y uno de los jugadores solo tiene acceso a utensilios de cocina mientras que el otro solo puede coger los ingredientes necesarios. Será entonces cuando tengamos que aprender a mejorar nuestra puntería para usar la habilidad de lanzar objetos, cuando tengamos que aprender qué ingrediente va en qué utensilio o en qué orden se coloca cada cosa en un plato. Hay niveles realmente sorprendentes que modifican su estructura en mitad de la partida y hacen que nos volvamos locos las primeras veces que nos enfrentamos a ellos. Los mas impacientes pueden encontrar imposibles algunos desafíos cuando realmente el éxito radica en encontrar ese detalle concreto en la organización que hace que todo encaje a la perfección.
Las nuevas mecánicas introducidas en esta secuela tanto a la hora de organizar los niveles, crear obstáculos y cocinar las recetas justifican sobradamente la existencia de esta segunda entrega. Hay momentos realmente memorables y originales en muchos de los desafíos que el juego propone y compartirlos con amigos es sin duda una experiencia que hay que recomendar. No son raras las situaciones en las que nos encontramos gritando a nuestros amigos o familiares que saquen esa carne de la sartén, que no pueden echar los macarrones en un plato sin cocerlos o que nos lancen algo de pan de hamburguesa a través de un río porque se nos escapa una comanda. El nivel de inmersión que genera el título es un logro admirable por parte de Ghost Town Games, quienes han conseguido crear un juego divertido y con mucho sentido del humor que es fácil tomarse muy en serio.
Ayudan también a justificar un nuevo estreno las funcionalidades en línea que nos permiten disfrutar de dos modos de juego, uno arcade en el que jugar algunos de los niveles de la campaña con jugadores de todo el mundo y amigos para obtener las mejores puntuaciones y otro versus en el que organizar batallas de chefs para ver qué equipo tiene más maña a la hora de ejecutar esos escurridizos platos. El apartado en línea no lo he podido experimentar en profundidad debido a que los días previos al lanzamiento no había nadie conectado, pero en las pocas partidas que he podido jugar no existe diferencia alguna con el juego local, lo cual es una gran noticia.
Una pizca de sal
Lo cierto es que 'Overcooked 2' no está exento de problemas, pero son insignificantes al lado de sus virtudes. El modo campaña se organiza a través de un pequeño mapa por el que movernos que no tiene demasiado interés y nos hace perder unos minutos de juego a pesar de que goza de un estilo visual muy agradable. Durante las partidas los iconos que señalan que un ingrediente está listo para pasar al siguiente nivel de la receta suelen tapar partes de la cocina que no conviene perder de vista y resultan bastante molestos.
Conclusiones
En definitiva 'Overcooked 2' llega para seguir manteniendo esa parcela del reino de los party games que sin duda su primera parte se ganó a pulso. Hay niveles realmente ingeniosos que nos obligan a cooperar de formas nunca antes vistas y la intensidad de las partidas es tal que es capaz de sacar lo peor y lo mejor de nosotros, poniéndonos realmente nerviosos cuando se acumulan una serie de errores y haciéndonos gritar de alegría cuando completamos un nivel realmente complejo. Ahora solo queremos ver de qué son capaces estos dos desarrolladores ingleses de cara al futuro.
Lo mejor:
- De lo mejor en party games.
- Una evolución notable del primer juego.
- Funcionalidades online.
- Sentido del humor.
Lo peor:
- Pequeños detalles visuales en las partidas.
- El mapa del modo campaña.