El 8 de Febrero 2021 | 09:00
Recientemente en Devolver Digital lo han vuelto a hacer. Han vuelto a acertar apostando por uno de esos videojuegos a pequeña escala que resultan ser obras de autor muy personales, con ideas brillantes, un ritmo perfecto y el nivel de ambición justo como para no acabar desaprovechando ninguna de las muchas buenas ideas de su creador. Es el caso de 'Olija', del desarrollador Thomas Olsson, quien forma parte del equipo de Skeleton Crew Studio en Kyoto, Japón.
'Olija' es el primer lanzamiento de Devolver Digital en 2021 y desde hace meses era uno de los juegos más esperados para quienes siguen de cerca el catálogo de futuros lanzamientos de la distribuidora tejana. Ahora que hemos podido vivir la aventura de Faraday de principio a fin podemos confirmar que las expectativas no han sido en vano y que hemos recibido aún más de lo que esperábamos, aunque curiosamente el juego ofrezca menos de lo que parecía.
Una épica en su justa medida
Al ver los enigmáticos vídeos del juego y jugar a su demo nos venían a la cabeza muchísimas posibilidades sobre lo que podría aguardarnos en este juego de aventuras en 2D, pero lo que nos hemos encontrado ha sido incluso mejor que lo que imaginábamos. Quizás lo que más nos ha gustado de 'Olija' se deba a que estamos algo cansados de juegos que se estiran más de lo necesario y acaban volviéndose repetitivos y problemáticos por esa necesidad de darle al jugador el mayor número de horas posible aunque los contenidos de la obra no lo permitan.
Si conocéis juegos como 'Gato Roboto' y 'Katana Zero' os podéis hacer una idea de lo que os espera en esta historia. Básicamente porque, al igual que esos otros juegos publicados por Devolver Digital, aquí tenemos una experiencia de unas cinco horas de duración donde el juego se puede permitir ir presentando nuevas mecánicas, varios coleccionables, niveles bien diseñados, puzles y algunas peleas contra jefes sin caer en la repetición ni por un instante.
Faraday naufraga en el país de Terrafagia junto a sus hombres y su único objetivo es volver con ellos a salvo a su tierra. Para completar esta misión deberá dominar un arpón legendario que le permite moverse grácilmente entre las criaturas que asolan estos dominios y que expanden la oscuridad por sus fronteras. Con esta premisa, unos toques casi de poesía y una narrativa con el toque justo de misticismo se conforma una obra de autor donde Olsson vierte su pasión por las historias del género literario de capa y espada.
El arpón se combina con otras armas como un estoque, un espadón y una escopeta, así como con varios sombreros y habilidades como el uso de la electricidad o el veneno para ofrecer la variedad necesaria para que los combates del juego (que no son tantos como podría esperarse) resulten brillantes, ágiles y divertidos. En ningún momento sentimos que nos falten herramientas para hacer que un enfrentamiento se sienta lo suficientemente distinto a los anteriores, podemos ir experimentando con los breves combos y combinaciones que las diferentes armas y herramientas ofrecen aprovechando que el juego no nos enseña nada de lo relacionado con el combate para que exploremos movimientos y combinaciones de botones mientras jugamos.
El combate es tan minimalista como lo es la propuesta visual de la obra, donde un pixel art con un nivel de detalle justo sube de nivel constantemente gracias aun trabajo de animación sobresaliente. Si no fuera por las animaciones que tenemos a la hora de movernos, interactuar o combatir la experiencia visual del título sería más genérica de lo deseable, pero es la combinación de un pixel art relativamente básico con estos movimientos repletos de detalle lo que hace que estamos ante algo diferente.
También ayuda el arpón del que hablábamos antes, porque además de poder golpear con él también podemos lanzarlo e incluso propulsarnos rápidamente hacia la posición en la que ha caído. Esta mecánica resulta tan satisfactoria como la de recuperar el hacha de Kratos en el último 'God of War' de PS4 y no tiene poco mérito hacer algo que resulte físicamente agradable con un juego que roza casi lo minimalista.
No hay grandes escenarios que explorar repletos de secretos y tampoco grandes zonas bloqueadas a las que podemos acceder cuando desbloqueamos una habilidad determinada. Los tiempos y los espacios están realmente bien medidos en 'Olija' y lo que hay es lo que tiene que haber para que la historia de Faraday no se vuelva pesada y se pueda desenvolver resultando en todo momento interesante y entretenida.
A todo el conjunto lo envuelve una banda sonora que va a estar entre las mejor valoradas de este año sin ninguna duda. Las guitarras acústicas y otros instrumentos de cuerda ayudan a crear ambientes bucólicos. Es una de esas bandas sonoras que nos imaginamos escuchando una y otra vez fuera del juego.
Conclusión
Al final lo que nos ha sorprendido en 'Olija' es que es menos ambicioso de lo que parecía y contra todo pronóstico eso es absolutamente positivo por cómo es y está diseñado el videojuego. A pesar de esto no seremos nosotros quienes nos opongamos a una hipotética secuela donde Faraday tenga una historia más larga que contar y algunas horas más para desplegar esa elegancia que tiene a la hora de desplazarse y luchar. Estaremos contentos de igual manera tanto si esto ha sido un amor de verano como si vuelve en un futuro con un más y mejor.
Lo mejor:
- La duración comedida del juego está lejos de ser algo malo.
- El trabajo de animación es exquisito.
- La banda sonora resulta memorable.
- Durante todo el juego estamos estrenando mecánicas o desbloqueables.
Lo peor:
- Algunas mecánicas no llegan a aprovecharse mucho.
- Los combates no suponen un reto casi nunca.