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ES LA HORA DE LA SIESTA

Análisis de 'Little Kitty, Big City'; un adorable paseo por la ciudad

Double Dagger Studio debuta con una fantástica aventura de exploración repleta de animales adorables y mucho sentido del humor.

Por Marco Gonzálvez 19 de Junio 2024 | 13:40

Cada vez que se anuncia la apertura de un nuevo estudio de veteranos de la industria del videojuego lo que solemos esperar es que quienes lo conforman hagan los mismos juegos que hacían con los estudios grandes en los que trabajaron pero con menos presupuesto y, por lo general, con menos inspiración. No parece ser el caso de Double Dagger Studio y Matt T. Wood, quiene viene de estudios tan importantes como 3D Realms y Valve, donde ha ayudado a dar forma a franquicias turbofamosas como 'Portal', 'Counter-Strike' o Duke Nukem' y 'Prey'.

Apostando por el costumbrismo

Ahora el veterano Matt se encuentra al mando de un pequeño estudio que ha debutado con una propuesta que nada tiene que ver con los mastodontes que figuran en su historial. El primer trabajo de este equipo de cinco personas (y dos gatos) es 'Little Kitty, Big City', una aventura 3D de exploración donde encarnamos a un pequeño gatito perdido que deberá encontrar la forma de volver a casa con la ayuda de los animales de su ciudad.

La aventura arranca cuando nuestro felino está echando una siesta en lo alto de la ciudad, en su lugar favorito, el alféizar de la ventana de su casa. Un mal movimiento en pleno sueño hace que caiga decenas de metros a calles que siempre le han sido desconocidas. Explorar estas calles, callejones y plazas con nuestro gatito pronto se convierte en una experiencia memorable.

La forma en la que nuestro avatar se relaciona con el entorno y sus habitantes recuerda muchísimo a 'A Short Hike', una experiencia breve con fantásticos mensajes sobre la amistad, con secretos escondidos por todo tipo de rincones, secciones de plataformeo verdaderamente divertidas y una lista de tareas que querremos completar para conseguir los mejores desbloqueables con los que pueda soñar un gato, una colección de gorros y sombreros cada uno más gracioso que el anterior.

La dirección de arte no es la que tiene más personalidad del mundo y el trabajo de animación tampoco es especialmente fino, pero desde luego se cumple sobradamente con lo necesario para que jugar no solo no sea incómodo, sino que sea divertido. Además la localización en lo que parece una ciudad japonesa ficticia suma algunos puntos a esta aventura que tiene unas dos horas de duración (algo más del doble si vamos a por todos los coleccionables del título).

Un elemento clave para disfrutar de los diálogos entre nuestro sociable gatito y todas las criaturas que habitan en la ciudad es la extraordinaria localización a nuestro idioma que plaga los textos de divertidos juegos de palabras y aporta muchísima personalidad a unos animales que no son para nada normales. Por el camino nos vamos a encontrar a un cuervo adicto a los objetos brillantes que nos venderá sombreros, unos patitos aventureros, un tanuki científico que siembre el caos con sus experimentos, perritos amigables y muchas más criaturas a las que vamos a querer conocer y ayudar.

'Little Kitty, Big City' es tan recomendable para los amantes de las experiencias independientes con poca ambición pero mucho gusto y sensibilidad, como para quienes necesitan de vez en cuando parar un ratito, desengrasar de AAA de cientos de horas y recordar lo que es jugar a jugar, no a farmear niveles, a matar o morir, a ganar partidas o a obtener recompensas. Ojalá que Double Dagger Studio siga por este camino y que Maat T. Wood haya tenido suficientes grandes proyectos en su vida, porque necesitamos mucho más de esto y menos de aquello.