El 17 de Septiembre 2017 | 21:25
Cuando me toca enfrentarme a géneros con los que no experimento de forma habitual por cuestiones de trabajo me veo avocado a realizar ciertos ejercicios de empatía enfocados en entender qué pueden querer los desarrolladores de determinados géneros, a quién enfocan sus videojuegos y qué tipo de jugador debería ser para entrar en ellos y disfrutarlos. Esto viene a ser algo que cualquier persona que tontee con la crítica de productos multidisciplinarios como los videojuegos debe hacer habitualmente y que se torna obligatorio cuando se me planta delante algo como el 'LEGO Worlds' de TT Games.
La burbuja del ladrillo
Mi experiencia con los juegos de construcción es, de entrada, realmente limitada. Creo conveniente avisar de esto antes de exponer mi experiencia con 'LEGO Worlds', dado que puede que el anteriormente mencionado ejercicio de empatía no funcione como debería y mi percepción de las muchas cosas que esta obra hace mal no sea la vuestra.
Experimenté en su día todo lo necesario con 'Minecraft' para entender el fenómeno de la década y anteriormente intenté hacer alguna cosa medianamente disfrutable en 'Little Big Planet'. Sin éxito. Me fascinó la combinación de aventura y juego de construcción que era 'Dragon Quest Builders' y cogí con muchas ganas 'LEGO Worlds' por sus promesas de ser lo que un coleccionista de LEGO siempre habría soñado (no es que lo yo lo sea, pero desde luego sí que quiero ver algo así convertido en videojuego).
Poniendo los cimientos
De entrada esta amalgama de piezas y alegres muñecos sorprende, el juego cuenta con una labor en el terreno de la animación a la altura de los muchos juegos licenciados publicados hasta ahora por sus responsables y aquí brilla con especial encanto al situarnos en escenarios de un tamaño masivo con, literalmente, miles de objetos distintos con los que interactuar de diversas maneras.
Los primeros pasos en el juego van de la mano del siempre ineludible tutorial que nos introduce en el uso de las herramientas de construcción, colección y decoración, el comportamiento de los escenarios, los biomas y las misiones, así como en la particular exploración espacial que nos lleva de un mundo a otro mediante pantallas de carga (no es esto un 'No Man's Sky' con LEGO).
En los primeros compases se encuentra uno maravillado por el movimiento de miles de piezas en pantalla para cargar una estructura prediseñada que hemos conseguido en nuestros viajes. Sin estar a la altura de algunos juegos licenciados modernos, 'LEGO Worlds' luce de forma notable en los modos portátil y sobremesa de Nintendo Switch, con alguna caída en la tasa de frames por segundo y un único cuelgue de consola en mis horas de juego.
La casa por el tejado
Una vez te sientes cómodo con el carácter afable del juego y sus mecanismos, comienza a torcerse la experiencia hasta caer en la monotonía más atroz. Es en este punto en el que me vi obligado a hacerme la pregunta clave ¿Para quién está pensado este juego? Todas las respuestas posibles se reducían a dos: el jugador aficionado a las aventuras de LEGO vistas en decenas de juegos licenciados o el fan de la construcción que lleva entre piezas desde su infancia.
Tras esta cuestión destiné mis siguientes horas de juego a encontrarme cómodo en el papel de estos dos tipos de jugador y no lo conseguí en ningún momento. El jugador más aventurero se topará con misiones insulsas que siempre tienen la misma estructura, encontrar a un habitante de las muchas islas del juego para ayudarle con una tarea concreta que va desde acabar su casa, a pintar una zona, multiplicar algunos animales o encontrar un alimento que le apetezca. A cambio de esto recibiremos nuevos objetos que añadir a nuestra colección o uno de los bloques dorados que nuestra nave espacial necesita para desbloquear un nuevo objeto clave o abrir el acceso a mapas más grandes con nuevos biomas y descubrimientos.
Desde fuera podría sonar como algo atractivo el hecho de descubrir y buscar la forma de ayudar a los habitantes de las islas, pues o bien podemos optar por explorar y buscar lo que nos piden o crearlo libremente sin limitaciones si el objeto en cuestión se halla en nuestra colección. Pero nada más lejos, únicamente me imagino a los más pequeños de la casa disfrutando con este intento de 'Scribblenauts' de piezas LEGO. Además las misiones en cuestión no están ni bien diseñadas. Un ejemplo es la imagen de abajo, donde un habitante te pide que acabes su casa y basta con que pongas la cantidad de ladrillos requerida dentro de la parcela, aunque sean apilados dentro del salón.
Vale, no pasa nada, entonces el juego está pensado para el amante de la construcción que viene aquí a recrear sus sueños húmedos con los históricos pedacitos de plástico que han acompañado a varias generaciones de niños y adultos por igual. Me dije. La respuesta volvió a ser un rotundo no.
En el caso de que quieras construir a tu antojo mundos para compartir con amigos y dar rienda suelta a tu creatividad, te vas a dar de cabeza contra un muro de varias horas de pura tortura. Las piezas que se necesitan para construir todo tipo de edificaciones pieza a pieza deben obtenerse en el modo aventura y la forma de hacerlo es completar las misiones antes mencionadas y encontrar a los alborotadores, criaturas que huyen de nosotros con piezas vitales de la colección entre sus manos. Por tanto lo de entrar y empezar a construir es inviable a todas luces salvo que hagamos uso del Modo Aislado, una especie de modo creativo separado del modo Aventura donde todas las piezas y herramientas estarán disponibles desde el principio. El problema de esto es que no existe forma de compartir tus creaciones con la comunidad de momento.
Y no es solo ese el problema para el constructor más metódico, pues manejar las herramientas de construcción pieza a pieza o la de pintar el escenario es una tortura fuera y dentro del modo portátil de la consola de Nintendo. Llegar a un nivel de precisión visto en otras plataformas puede hacernos lanzar los Joy-Con al otro lado de la habitación. Ni la sensibilidad de los analógicos ni la detección de colisiones son una ayuda.
En el momento de redactar esta crítica aún no se ha habilitado el multijugador en línea del juego, por lo que no he podido ponerle las manos encima a un cooperativo que, sin duda, mejorará notablemente la experiencia de juego. Lo que sí he intentado probar es el multijugador cooperativo y no es viable si no se tienen dos mandos completos de Nintendo Switch, dado que con un Joy-Con el juego no responde y toca reiniciarlo.
A pesar de todo lo dicho, estoy bastante seguro de que cientos de jugadores encontrarán su hueco en 'LEGO Worlds' para Nintendo Switch. Es uno de esos títulos que mejoran con la versatilidad de la consola y sus diferentes formas de jugar (a pesar de que sufre algunas limitaciones como la distancia de dibujado y un fuerte popping a distancias bastante cortas). También tiene el suficiente contenido como para tenernos varias semanas enganchados si su sistema de progresión no os repele tanto como a mí. Y de nuevo cabe destacar que es impresionante el trabajo de animación dedicado a este título, hay docenas de armas, vehículos, animales y personajes que han sido animados de forma independiente con interacciones especiales muy destacables. Sigo entrando habitualmente para pasear un poco por nuevas islas del juego y dar unos toques con la pelota de fútbol, montar en un cocodrilo o marcarme unos temazos con la guitarra eléctrica.
Conclusión
No puedo dejar de pensar que en 'LEGO Worlds' hay alguna pieza que no encaja (si se me permite la coñita), que nadie en el estudio ha pensado en cómo diseñar la estructura del juego para que un tipo de jugador muy concreto se sienta plenamente contento con el conjunto de la obra y no contentar parcialmente a varios tipos de usuarios. No viene a competir, ni a desbancar a 'Minecraft', nunca parece haber sido su intención, pero podría haberse hecho un hueco interesante en un género poco explotado en la consola de Nintendo. Al menos siempre os quedará el alivio, como aficionados a los LEGO, de poder recrear en la vida real todo lo que hagáis en el juego si contáis con las piezas necesarias. Esperamos ver muchas más obras de TT Games en la plataforma híbrida.
Lo mejor:
- La cantidad de objetos y piezas a coleccionar es un sueño para el amante de LEGO.
- El trabajo de animación es de un gran nivel al afectar a todos los personajes y objetos.
- El sentido del humor y la variedad de entornos posibles.
Lo peor:
- El diseño de la progresión no es coherente en absoluto.
- Algunos fallos puntuales como el cuelgue de la consola molestan mucho.
- Si se intenta jugar cooperativo con un Joy-Con por jugador el juego no responde.