Aunque hayan pasado casi cinco largos años desde el estreno de 'Fight'N Rage' sigue siendo tan buen momento como cualquier otro para entrarle al beat'em up firmado por el uruguayo Sebastián García. Ya en 2017 causó furor y sorprendió lo que este juego desarrollado por una única persona podía ofrecer. Ahora le toca volver a abrir bocas con las nuevas versiones para PlayStation 5 y Xbox Series X|S, momento que hemos podido aprovechar para saldar deudas y adentrarnos en este meticuloso proyecto de nostalgia y guantazos con la mano abierta.
El verdadero "yo contra el barrio"
En su estreno original ya quedó patente a los aficionados a este género que lo de Sebastián era devoción pura, porque el nivel de atención al detalle que hay puesto en esta obra no lo encontramos ni en proyectos con muchos más desarrolladores implicados. En el mismo momento en el que comenzamos a movernos y dar los primeros golpes sentimos que hay algo especial en 'Fight'N Rage'.
Si no somos pacientes, es posible que muy pronto nos encontramos decepcionados por una cantidad de movimientos muy limitada, pero eso solo se debe a que el inicio del título juega al engaño durante un tiempo muy limitado. Si nos lanzamos a la campaña sin explorar un poco los contenidos adicionales, es posible que nos perdamos unas cuantas sorpresas bastante jugosas. Efectivamente, el número de golpes de cada uno de los tres protagonistas está bastante limitado, pero la genialidad del título reside en la cantidad de combos y combinaciones que podemos ejecutar con esos pocos golpes normales, golpes en salto, bloqueos y ataques especiales.
Fuera de la experiencia arcade principal nos encontramos con una buena colección de modos y desbloqueables que aumenta las horas de juego y la profundidad del mismo considerablemente. Si encontrar los mejores combos se nos hace muy cuesta arriba, hay un modo desafío donde deberemos ejecutarlos todos, ofreciendo así una suerte de tutorial que resulta mucho más divertido de completar que cualquier tutorial.
Eso es solo la punta del iceberg, claro. También hay modos de juego diversos que modifican la experiencia base de varias maneras. Tenemos modos como Ataque de puntos, Ataque de tiempo, Supervivencia y hasta un modo Versus, donde podemos desbloquear y controlar a decenas de criaturas enemigas de la campaña principal.
Tenemos que insistir en que el punto fuerte de este arcade es su obsesiva atención por el detalle. Esto se nota particularmente a la hora de valorar la acción, porque casi siempre será culpa nuestra recibir un golpe o encajar un combo. Rara vez nos encontramos con algún combate injusto y en el caso de que suceda algo que no esperábamos, la clave del éxito estará en memorizar patrones de ataque y aparición de los enemigos para conseguir dominar el nivel. Al fin y al cabo daremos varias al juego, pues cuenta con finales distintos según decisiones que tomemos al avanzar y los personajes con los que juguemos.
'Fight'N Rage' es uno de los mayores ejemplos recientes de intentar traer un tipo de juego que colapsó los catálogos hace décadas intentando respetar sus fundamentos al mismo tiempo que mejora todo aquello con un control perfecto y toneladas de contenido. Resulta realmente satisfactorio llegar a propuestas así donde todo el contenido está presente dentro del propio juego y lo vamos descubriendo y desbloqueando, profundizando más y más en sus desafíos y explotando al máximo su propuesta jugable.
Ojalá el juego mantuviera la nostalgia en lo jugable y lo referencial, sin la necesidad de las buenas dosis de personajes femeninos sexualizados al máximo. Porque no van a faltar los vestidos cortos, los pechos sobredimensionados y las damas a las que rescatar en todo lo que dura la campaña arcade del juego. Al margen de que estemos hablando de un juego de pixel gordo, ya hace cinco años venían sobrando estos estereotipos que restan mucho más de lo que aportan en cualquier obra. Al margen de este detalle, el diseño de los enemigos, casi todos mutantes en forma de animales antropomórficos, resulta soberbio y casan a la perfección con el tono decadente y posapocalíptico de la historia.
La versión para la actual generación de consolas goza de un rendimiento envidiable, al menos en la versión de PS5, que es la que hemos tenido oportunidad de jugar nosotros. La compatibilidad con 120 FPS no la hemos podido explotar porque la televisión en la que hemos jugado no alcanza dicha tasa de refresco. Aun así, no hemos podido encontrar ni una sola flaqueza en el rendimiento o en el apartado técnico del título, que sin dejar de ser bastante humilde en este sentido alcanza un buen nivel de calidad artística. Todo esto no deja de sorprender porque, repetimos, una sola persona se ha encargado de cada uno de los detalles del juego y hasta la banda sonora es soberbia y no le tiene nada que envidiar a los grandes referentes sonoros entre los beat'em up noventeros.
Se puede afirmar que 'Fight'N Rage' entra de cabeza entre esos llamados "clásicos modernos" por cómo adapta y perfecciona todas las virtudes de su género. No en vano se ha anunciado una espectacular edición en formato físico (con versión para coleccionistas de altura) que se pondrá a la venta este verano y que parece que será compra obligatoria para cualquier aficionado a los beat'em up.