La última vez que hablamos del estado de 'Destiny 2[/a]' aquí acababa de salir 'La maldición de Osiris' y [i/]https://www.zonared.com/analisis/destiny-2-la-maldicion-de-osiris-analisis-para-ps4/[i]la ambiciosa franquicia de Bungie estaba pasando por su peor etapa. Los nuevos contenidos eran escasos, el precio era elevado, se recortaba el acceso a actividades importantes para quienes no pagaban por las novedades y se habían descuidad todos y cada uno de los elementos del juego.
Luz en la oscuridad
Han pasado casi dos años desde aquello. Al estudio que dio a luz a la licencia 'Halo' le ha dado tiempo a cortar lazos con Activision y a planear en la manera de volver a reconciliarse con una comunidad que nunca ha perdido la esperanza de que el talento de estos californianos volviera a emerger. Esto es lo que ha pasado con 'Bastion de sombras', una expansión que ha conseguido que la saga 'Destiny' esté en mejor forma que nunca.
Junto a esta expansión se ha lanzado lo que en Bungie han decidido llamar 'Destiny 2: New Light', que no es otra cosa que la conversión de 'Destiny 2' y algunos contenidos adicionales al formato gratuito. Ahora entrar en 'Destiny' está al alcance de cualquier jugador de PC, PS4 y Xbox One, sin contar que dentro de poco estará al alcance de casi cualquier persona con la llegada de Google Stadia.
Este es un movimiento lógico por el que han pasado múltiples videojuegos enmarcados en el género MMO y es algo que no tenemos del todo claro si habría sido posible con Activision vigilante, por mucho que los desarrolladores aseguren que la distribuidora nunca se interpuso en sus decisiones creativas.
La decisión de convertir en gratuito el acceso al juego casi parece una muestra el orgullo que da invitar a gente cuando tienes una casa impecable. Ahora se puede decir que 'Destiny 2' es un lugar en el que apetece quedarse a vivir. Las primeras horas en este reformado FPS pueden resultar igualmente reconfortantes para el veterano que nunca se ha ido, para el que acabe de llegar e incluso para el desengañado.
No hay ninguna sutilidad a la hora de dejar claras las intenciones tras los comienzos de esta nueva aventura. Volvemos a un lugar conocido y querido como es la Luna, la segunda zona que visitábamos en el juego original y un lugar donde se fusionan localizaciones conocidas con otras totalmente nuevas y de una belleza pasmosa, como nos tiene acostumbrados la dirección de arte de Bungie.
Si llegas al juego de nuevas te encuentras con una misión de la Tierra que nos lleva a la zona del Cosmódromo que se mostró durante la demo del primer 'Destiny' en 2013 y sorprendentemente se recrean los acontecimientos de aquella demostración convirtiendo a nuestros personajes en los poderosos guardianes que aparecían de repente para apoyar al jugador protagonista de aquella demo. Un escalofrío nostálgico recorrerá rápidamente el cuerpo de los más veteranos que se percaten de este acontecimiento. Pero también se ha pensado en estos jugadores que no iban a empezar el juego desde el principio y se lancen directamente a la primea misión de 'Bastión de sombras'. Los acontecimientos de esa demo se recrean también en esta misión, pero de otra manera. Comenzamos en mitad de una guerra a pequeña escala en una zona donde habrá otros jugadores combatiendo aunque hayamos entrado solos, por lo que de primeras ya nos mete en esa dinámica de juego social, conectado, donde eres parte de una comunidad y no un lobo solitario. Esta es la idead original de la franquicia, diluida en según que contenidos lanzados durante los últimos años.
Después de este impacto inicial la cosa puede decaer o venirse arriba dependiendo el ánimo y la exigencia de cada uno. La historia es como sigue: La Oscuridad está de vuelta, la fuerza que servía como principal antagonista en el juego original y que quedó descartada de forma canónica por Bungie de cara a esta secuela ahora vuelve a reclamar nuestra atención. Algunos de los enemigos más peligrosos a los que nos hemos enfrentado durante años están de vuelta convertidos en Pesadillas, unos entes hechos de pura oscuridad que nos van a poner las cosas complicadas.
El problema con este recurso es que absolutamente toda la campaña está compuesta por el regreso de jefes conocidos en localizaciones conocidas y en otras nuevas que no acaban de brillar todo lo que podrían porque la campaña se acaba justo cuando creemos que va a despegar por todo lo alto. Esto puede molestar a los que demandan novedades más trabajadas y contentar a quienes se rinden ante tal ejercicio de nostalgia.
Guardianes muy ocupados
Sinceramente creemos que el contenido de las misiones de campaña no es problemático porque todo lo que nos espera después es abrumador, ilusionante y tremendamente divertido. Han entrado en juego nuevas mecánica como la Caza de pesadillas, una suerte de asaltos con Contratos y Aventuras vinculadas bastante divertidas de cumplir. Es emocionante volver a tener a Eris Morn de vuelta, pues su trasfondo y personalidad son bastante interesantes y es un personaje muy querido. La Luna tiene suficientes zonas nuevas y actividades como para justificar su regreso directa desde el juego original.
Brillan especialmente novedades como las Incursiones Vex, una suerte de raids en miniatura con matchmaking para seis jugadores en las que tenemos que acabar con oleadas de enemigos mientras realizamos algunas mecánicas que nos sacan de la dinámica de un asalto estándar. De momento se ha desbloqueado una y en las próximas semanas tendremos más. Esta actividad promete crecer en intensidad, tamaño, dificultad y complejidad, por lo que es un gran añadido.
Hay más actividades que nunca para conseguir equipamiento poderosos de forma semanal. A las ya conocidas se suman muchísimas otras como las mencionadas Cazas de pesadillas e Incursiones Vex. De este modo ahora es más fácil alcanzar el nivel máximo (el juego ahora empieza en el nivel 750 y todo el botín caerá por encima de nuestro nivel hasta alcanzar el 900, a partir de ahí deberemos completar desafíos semanales, aventuras e incursiones para conseguir equipamiento potente que caiga por encima del 900 y nos permite seguir subiendo) sin que sea necesariamente más corta la vida útil del juego actual hasta la siguiente subida.
También han entrado en juego mecánicas realmente interesantes como la munición antibarrera y la munición sobrecargada, vinculadas al objeto de temporada, lo que nos hace pensar que cada temporada recibiremos nuevas mecánicas similares. Ahora el juego también tiene su propio pase de batalla y al no requerir un pago adicional aporta algo de frescura sin restar realmente nada importante. Estas mecánicas se utilizan en las misiones más complejas y en actividades engame como la Incursión en el Jardín Negro, la nueva raid que ofrece, como de costumbre, el desafío máximo de la expansión. Quizás la única pega es que no es de las mejor diseñadas que recordamos, pero desde luego divierte lo suficiente como para que no nos podamos quejar por las decenas de veces que hay que repetirla para conseguir el equipamiento más potente del juego. Además aún tiene que llegar la versión en modo difícil para ponernos las cosas complicadas.
Resulta muy complejo determinar si el PvP ha quedado en buen lugar porque la expansión está muy reciente, la comunidad no ha experimentado con todas las armas posibles y el nuevo equipamiento, por lo que determinar el equilibrio es complejo y aunque pudiéramos hacerlo todo cambiaría en cuestión de semanas y el dictamen quedaría obsoleto. Basta decir que hay suficientes modos PvP como para no aburrirse si lo que nos va es medirnos con el resto de jugadores y demostrar que somos los mejor equipados de la galaxia.
Conclusiones
Tras el estreno de 'Bastión de sombras' sí que podemos volver a creernos que 'Destiny' va a cumplir con esa promesa de mantenerse relevante durante una década. El estudio parece tener más controlada la situación que nunca y la comunidad está respondiendo de la forma más positiva posible.