Estamos en medio de una oleada de lanzamientos de juegos de estrategia que pocas veces se da. Y es que parece que los juegos de este estilo van ganando cada vez más y más adeptos.
Ahora, con el lanzamiento de 'Crusader Kings III', volvemos a ponernos en la piel de reyes y grandes señores que buscan alzarse con el poder en medio de conspiraciones, guerras, sobornos y cruzadas.
Para los que entráis en la saga con esta entrega os hago una advertencia. Es un juego muy complicado, con muchas variables y al que hay que prestarle miles y miles de ojos. Así que si estáis buscando un reto a la altura de vuestras intrigas palaciegas, este es vuestro juego.
Pero paciencia, que hay mucho por aprender.
Un mundo de reyes y vasallos
El planteamiento de 'Crusader Kings III' es bastante sencillo: comenzaremos nuestras aventuras como nobles, reyes o señores de una casa (más o menos grande) en un territorio determinado y tendremos que intentar llegar a lo más alto que nuestro linaje nos permita.
Dicho esto, aquí es donde acaba lo sencillo. Nuestra gestión del territorio, dominio, soldados, familia, vasallos, consejo, aliados, espías, fortalezas, conspiraciones, fe, poder militar, y miles de cosas más empezarán a asaltarnos casi sin que nos demos cuenta. Y esto es por el simple motivo del tiempo: todo avanza a la vez y nosotros no seremos los únicos que lo hagamos, sino que todo el mundo (con sus casas, reyes y nobles) también lo hacen.
Para hacer un poco más de concrección en el desarrollo del título, podríamos decir que si juegos de la saga de 'Total War', aunque con elementos de gestión de familias y relaciones, se centran en el tema guerra, los de la saga 'Crusader Kings' buscan más la interacción entre los personajes y la evolución de nuestras casas y linajes.
En este sentido veremos que la interfaz se centra sobre todo en el desarrollo de nuestras habilidades como líderes sociales. Las relaciones con nuestros vasallos, consejeros, familiares e incluso delegados, serán la pieza clave en la gestión de nuestro imperio.
Nadie gobierna todo solo
Paradox Interactive nos plantea un reto distinto al que solemos ver en según qué juegos de estrategia. Muchas veces tenemos juegos en los que controlaremos el cien por cien de nuestro imperio. 'Civilization', 'SimCity', 'Total War', 'Surviving Mars'... cualquiera de estos juegos de estrategia nos dan un control total sobre lo que pasa en el terreno de juego en nuestras fronteras. Nosotros ponemos, nosotros decidimos y nosotros ejecutamos.
Sin embargo, 'Crusader Kings' no funciona de esta manera. Sí que es cierto que tendremos en nuestras manos un gran control sobre lo que alcance nuestro territorio, pero no siempre saldrá todo como queramos.
Nuestro consejo puede oponerse a algunas de las decisiones que queramos tomar y, aunque no pueden revocarlas, podrían hacer conspiraciones para que no se llevasen a cabo.
Si no cuidamos bien a nuestrso vasallos y tenemos una buena balanza entre amistad y poder es posible que cuando llegue el momento de pedirles lo que nos corresponde nos sea denegado. No será la primera ni la última vez que un sacerdote de nuestra baronía acaba revelándose y desobedeciendo nuestras órdenes o menoscabando nuestra autoridad.
Aquí todos quieren ser poderosos, no solo tú. Y por lo tanto, todos mirarán por sus propios intereses, aunque parezca que no lo hacen.
A lo largo de la partida (que podrá avanzar en cinco velocidades distintas) veremos cómo los sucesos a nuestro alrededor van afectando a cómo nos ven los aliados y los enemigos. Tendremos que buscar las formas para no perder el control de nuestras tierras y, conforme tengamos más y más terrenos, será cada vez más difícil.
Nuestro poder se equilibra con confianza de vasallos, pero también con la autoridad que imponemos. Las decisiones que tomemos, las guerras ganadas, las conspiraciones (buenas y malas), los pactos que hagamos... todo influirá en cómo controlamos el imperio que intentamos levantar.
Llegará incluso un momento en el que nos veremos obligados a delegar funciones importantes para evitar perder el control. No podremos controlar solos un gran territorio, sino que habrá que buscar ayuda entre nuestros más fieles aliados y ofrecerle títulos, tierras o favores a cambio de que nos juren lealtad. Y luego, por su puesto, hacer que esa promesa se cumpla.
No es un reto fácil porque no es algo que se suela ver en juegos de estrategia. Al menos no en esta profundidad. Y es algo que costará pillar las primeras partidas. No os preocupéis si os timan más de una vez. A todos nos ha pasadao.
Gestión a un nivel muy profundo
Además del control de nuestras tierras en forma de diplomacia, de fronteras para adentro será importante mantener el imperio. La gestión es algo muy importante para cualquier baronía, condado o reino que se preste, y tendremos que demostrar que estamos a la altura.
Dispondremos de un sistema de mejoras de terrenos que nos permitirá enfocar cada territorio en una función determinada. No siemrpe querremos que todas las ciudades sean comerciales, pero quizás un punto neurálgico sí que nos vendría bien.
El control de impuestos y el desarrollo de los territorios es una cosa que habrá que mirar con lupa, y no solo en lo que a nosotros respecta. También habrá que elegir bien a quién se encarga de controlar que todo está en orden.
Cada zona estará controlada pro algún vasallo nuestro. Como todo, cada personaje tendrá una serie de atributos que determinarán sus habilidades. Así pues, según su enfoque puede que no sea el más ideal para gestionar administrativamente una finca pero sí para llevar a cabo una batalla o un asedio.
Cada personaje en el juego (incluídos amigos, hermanos, hijos, nietos, y demás) tendrán sus propios intereses. Todos querrán acercarse al poder y nos exigirán estar ahí cuando toque. Pero claro, los puestos son limitados y no nos compensa poner a cualquiera. Eso sí, preparaos para tener que elegir entre una gestión eficiente y cumplir un favor o conseguir que alguien nos respete más porque habrá que hacerlo muchas veces. Las conspiraciones están a la orden del día.
Un mal gestor puede provocar pérdidas de impuestos, sublevaciones en territorios o que nuestro poder caiga en esa zona, provocando malestar. Habrá que controlar muchos detalles para poder equilibrar la balanza y hacer que la cosa no se nos vaya de madre porque si perdemos influencia en un territorio podemos despedirnos de él.
Además de lo que nuestro entorno nos pueda afectar, hay un elemento muy interesante dentro de la partida que hay que tener en cuenta: el propio personaje y sus habilidades.
Cada individuo dentro del juego tendrá una serie de atributos que determinarán en lo que es bueno y cómo rige su vida. Hay una serie de ramas que nos permitirán desbloquear distemas de gestión y mejoras en cómo usa su poder y gestión para el imperio.
Esto hará que tengamos aliados y enemigos a partes iguales, y es la mar de interesante ya que si queremos que nuestro linaje continúe con nuestros pasos tendremos que hacer que nuestros hijos adquieran estas habilidades. Si no, podríamos encontrarnos con alguno que acabe perdiendo control o liándola parda. Así que elige bien con quien te casas y cómo educas al pequeño...
Un juego muy complejo
Como estáis viendo, 'Crusader Kings III' es un juego muy complejo y con muchos elementos a tener en cuenta. No es un juego que sea accesible sin un tutorial o una ayuda importante al inicio y en este sentido, el juego de Paradox cumple.
Se nos ofrecerá la posibilidad de iniciar nuestra aventura con un extenso tutorial que, si bien no nos enseñará a jugar, sí que nos dirá de qué debemos estar pendientes.
Se nos explicarán las funciones, los elementos de pantalla y lo principal de cualquier partida en 'Crusader Kings III' pero, como digo, no será suficiente para entenderlo todo. Para ello habrá que echarle horas y horas y jugar viendo cómo pueden evolucionar todas las problemáticas que nos planteen, que son muchas. Aún a día de hoy, después de muchas partidas, me siguen saliendo problemas que no me esperaba o que creía tener controlado. Y eso es un verdadero placer.
Además, Paradox ha intentado que el juego llegue a más gente con distintas formas de ayudar al novado. Pequeños avisos, ideas de qué podemos hacer y contínuas alertas sobre las problemáticas y poder que disponemos en cada momento de la partida harán que se nos olviden pocas cosas o, al menos, que si pasamos de ellas sea de forma intencionada.
Podremos jugar en distintas épocas de inicio con muchas épocas históricas en las que disfrutar. Irlanda, Inglaterra, Francia, España... Europa es el principal escenario de las partidas que echaremos en 'Crusader Kings III' pero no será la única. Hay muchos imperios, reyes y dominios que explorar y cada uno tiene su pequeño encanto.
Eso sí, no os esperéis un certificado en historia tras jugar a esto porque si bien es cierto que el inicio es bastante oficial y real, en el momento en el que tomamos las riendas podemos liarla como queramos. No seréis los primeros en casar a la reina Isabel con algún mongol en vez de con Fernando...
Lo que sí respeta históricamente es el funcionamiento de esa época. Los pactos, los intereses, las conspiraciones, el funcionamiento del vasallaje, los impuestos, las guerras, los tiempos... todo es importante en ese sentido y ayudan a ver que no era todo un cuento de fantasía.
Y en tema de rendimiento, con los requisitos mínimos el juego funciona perfectamente, así que, aunque sí que es cierto que estos requisitos son moderados, no implican un gran problema a la hora de disfrutar del mismo.
Conclusiones
'Crusader Kings III' es un juego complejo pero que se vuelca en intentar captar a nuevos jugadores con un sistema de ayudas que te permite entrar mucho en la partida.
Además, el notable cambio a nivel gráfico del juego ayuda a meterse dentro del mismo y nos ofrece una interfaz limpia y accesible desde el minuto uno. Es increíble ver cómo conforme pasa el tiempo el mundo se mueve y caen y surgen nuevos imperios.
Sí que es cierto que muchos modelados se repiten, pero es normal, dado que tenemos cientos y miles de personajes a nuestra disposición desde el primer momento. Solo teneis que ver cómo acuden las mujeres a nuestro lado cuando pedimos pretendienta. Es una verdadera burrada porque podemos encontrar, si no hacemos filtros, con más de 2000 candidatas en un momento. Y eso contando solo las que están "cerquita".
El control de los títulos, la gestión del terreno y, sobre todo, la delegación de las funciones conforme el imperio va creciendo hacen que este título tenga elementos que se ven o muy poco o que directamente no están presentes en otras entregas. Y eso le da un toque diferenciador y que lo convierte en original y muy entretenido.
Eso sí, vuelvo a repetir, por mucho sistema de ayuda que tenga, es un juego complicado y posiblemente os perderéis en las primeras partidas. Para cuando eso os pase: no os preocupéis, es normal. Centraos en conseguir poder poco a poco y ya crearéis una religión algún día o un imperio.