Análisis de 'Days Gone' para PS4; un mundo que te atrapa

Con las vistas puestas a los nuevos lanzamientos que están por llegar a PS4 en estos últimos meses de 2019, hoy os traemos el análisis de unos de los exclusivos de Sony que menos impacto a tenido dentro de su comunidad, aunque se trata de una propuesta que merece tener en consideración; hablamos de 'Days Gone', el título de Bend Studio. Un videojuego que sin ser revolucionario hace cosas muy bien, consiguiendo que la persona que este a los mandos disfrute recorriendo carreteras en moto y machacando engendros.

Una propuesta sólida

'Days Gone' es un título para un jugador, así que la historia se convierte en el elemento clave sobre el cual deben girar el resto de los elementos para lograr captar la atención y el interés del jugador. Y la realidad es que Bend Studio ha conseguido elaborar un guión, centrado en la figura del motero Deacon St. John, que logrará sorprendernos con el paso de las misiones y las horas. Desde el inicio nos presentan a un Deacon enfadado y frustrado por la muerte de su mujer, Sarah, un suceso que lo marca y le hace tratar de evitar crear lazos afectivos con otros supervivientes, únicamente busca ir de un lado para otro con su moto. Sin embargo, vamos presenciando como el va evolucionando y mejorando como persona, como crea vínculos con nuevas personas, como refuerza otros con viejos amigos (por ejemplo, su colega Boozer) y como resurgen viejos fantasmas y nuevos desafíos. Todo ello mientras vamos descubriendo que le ha pasado a nuestro planeta y, lo más importante para él, que le ocurrió a Sarah.

Jugablemente, el título mezcla elementos de gestión, sigilo y supervivencia, junto a unos tiroteos en tercera persona. Tendremos la posibilidad de recolectar materiales, escondernos en zonas de hierba alta, usar nuestra visión para localizar elementos y enemigos o, incluso, ralentizar el tiempo con la concentración para efectuar los tiros más certeros posibles. Además, tendremos una serie de habilidades que nos permitirán mejorar el combate cuerpo a cuerpo con armas como bates o hachas; habilidades de supervivencia que nos permitirán recolectar más plantas u obtener más carne de los animales que cacemos; así como habilidades para mejorar el manejo de las armas a distancia. Aunque uno de los elementos más divertidos e importantes es nuestra burra, ya que iremos a todos lados con nuestra moto y deberemos repararla cuando se dañe, así como llenar el deposito de gasolina. Gracias a su ayuda no habrá ningún rincón del mapa que no podamos visitar.

Pero no sólo deberemos cuidar de nosotros mismos, sino que en nuestras manos también estará la posibilidad de que los distintos campamentos puedan mejorar y prosperar, haciendo trabajos para ellos, llevándoles comida o enviando allí supervivientes que encontremos fuera. Esto nos permitirá acceder a nuevos componentes para nuestra moto y nuevas armas.

Un mundo salvaje y despiadado

A lo largo de todo el juego nos cansaremos de oír como Deacon habla, una y otra vez, de salir « a la mierda », refiriéndose al mundo en el cual les ha tocado vivir y sobrevivir. Sin duda, esta es la mejor definición posible que podemos dar de aquello que nos encontraremos cuando exploremos las carreteras y los distintos recovecos del país, ya que la mayoría de las personas, animales o criaturas que nos encontremos lo que querrán es hacernos trizas y convertirnos en el plato estrella del menú. En este aspecto, es curioso ver como los saqueadores/emboscadores van mejorando su equipo con el trascurso de los días y el progreso de la historia; del mismo modo que hay determinados tipos de engendros que empezaremos a ver más frecuentemente a partir de determinados momentos clave.

Aunque lo más interesante de ver es cómo se comportan todas estas criaturas vivas cuando deambulan por el mapa, o cuando nos ven a nosotros. Hay animales como los lobos o los osos que no dudarán en venir a por nosotros en cuanto nos ven, los ciervos por su parte saldrán corriendo, pero los engendros son los que marcan la diferencia y aquí juega un papel clave el paso de las horas y el ciclo día noche con el que convivimos. Los engendros, a los cuales podemos ver tranquilamente devorando a una presa, se vuelven mucho más agresivas y resistentes durante la noche, haciendo que simplemente al atraer la atención de uno lleguen rápidamente refuerzos. Las hordas son el mejor ejemplo de este comportamiento, y es que podemos ver como de noche salen a cazar, y podemos verlas desfilar hasta su hogar a hibernar cuando aparecen los primeros rayos de sol.

Por su parte, los supervivientes que han apostado por llevar una vida éticamente reprobable y se dedican a saquear y asesinar a terceros también nos pondrán en aprietos. No obstante, en estas situaciones las dificultades vendrán más por las trampas y emboscadas que nos preparan por la carretera que por los enfrentamientos directos. A medida que progresamos en la historia y exploramos el mapa nos encontraremos con enemigos mejor equipado, y con unos campamentos más difíciles de asaltar (sobre todo si tratamos de hacerlo en sigilo). Aunque en algunas ocasiones resulta muy divertido ver cómo deben enfrentarse a un buen puñado de engendros. Con relación al comportamiento de estos NPC, este se limitará a los clásicos enemigos que se tiran de cabeza a por nosotros con armas cuerpo a cuerpo (o escopetas), aquellos que se quedan rezagados con armas de medio o largo alcance, y los blindados que avanzarán lenta, pero inexorablemente, con un lanzallamas o una ametralladora pesada en sus manos.

Dentro de toda esta situación de caos, es esencial conocer el terreno por el que nos movemos, las vías de escape que tenemos si un ataque nos sale mal; lugares a los que podemos subirnos, casas que podemos atravesar para dificultar la misión de nuestros perseguidores y, sobre todo, materiales y plantas que tenemos a nuestro alrededor para poder fabricar toda clase de objetos (vendas, cócteles molotov, armas cuerpo a cuerpo, munición para la ballesta, etc.). Además, con la ayuda de los prismáticos y con la visión de supervivencia mejorada nos será mas sencillo saber cuantos enemigos nos esperan y donde están situados. Toda ventaja es poca cuando estas en la mierda.

Una puesta de largo con luces y sombras

Cuando nos detenemos a valorar el apartado técnico de 'Days Gone' debo decir que me ha quedado un regusto agridulce debido al tramo final del juego. Es cierto que a lo largo de todo el juego iremos encontrándonos con situaciones puntuales en las que algunas texturas cargan tarde o vemos como aparecen objetos al fondo de la pantalla. El problema llega cuando llegamos a los compases finales de la aventura, visitamos los últimos escenarios y llevamos a cabo las misiones trascendentales para nuestro objetivo final, ya que veremos como se van produciendo algunas caídas de framerate, o como la imagen se queda congelada durante breves segundos. Todo ello pese a jugar en una PS4 Pro, donde el título de Bend Studio funciona a 30 fps como en el modelo estándar de consola. Incluso al completar la última misión de todas sufrí uno de esos errores que te cierran directamente la aplicación (únicamente esa vez).

Como es habitual en los títulos first party de Sony, 'Days Gone' llega totalmente en castellano, y lo hace con un doblaje que nos dejará grandes momentos de la mano de su protagonista, pero que también nos hará tirarnos de los pelos cuando veamos hablar a algunos NPC, concretamente los típicos extras de tareas adicionales que no aportan nada a la historia, pero cuyas animaciones y voces van totalmente desfasadas. El trabajo realizado con la banda sonora es muy bueno, y las melodías logran acompañar los grandes momentos de la trama, aquellas situaciones que parecen límites para Deacon, los grandes momentos de alegría, las situaciones épicas que marcaran nuestro destino, etcétera.

Respecto a los modelados y las animaciones, el videojuego cumple de sobras con lo que podemos esperar actualmente, aunque queda un poco lejos de los grandes títulos que han marcado la presente generación.

Conclusiones

Personalmente creo que 'Days Gone' es un título que merece mucho la pena jugar si sois usuarios de PlayStation 4. Es cierto que no se trata de una propuesta rompedora o de un título que marque un punto de inflexión en su género, pero consigue atraparte y hacerte disfrutar de la visión postapocalíptica del mundo que propone. Lo cierto es que Deacon St. John es un personaje bastante más profundo y carismático de lo que inicialmente podemos imaginarnos, y tal como se va desarrollando la trama Bend Studio consigue que conectemos con la historia que le une a Sarah, su mujer, y a otras personas con las que él tiene o establece un vinculo importante. Además, las misiones principales, que son las que te hacen avanzar, suelen plantearte variedad de situaciones y escenarios, junto a alguna que otra sorpresa.

Al otro lado de la balanza nos encontramos con un título de mundo abierto cuyas misiones secundarias resultan simples y repetitivas; del mismo modo que todo lo relacionado con el sistema crafteo de armas, objetos de primeros auxilios y demás podría haber sido mucho más completo. Especialmente si tenemos en cuenta lo grande que es el mapa y la poca variedad de objetos que podemos recolectar en comparación (aunque es cierto que si hubiera mayor variedad de materiales nos complicaría más la fabricación de determinados elementos). Aunque el mayor borrón lo ponen una serie de caídas de framerate que, pese a no prolongarse mucho en el tiempo, acostumbran a estar bastante presente durante los últimos compases del juego.