El 20 de Septiembre 2019 | 13:00
El mundo de los remakes hechos por fans de videojuegos es bastante interesante y a la vez peligroso, porque sus esfuerzos suelen irse por el sumidero en el momento en el que se hacen conocidos y la compañía propietaria de los derechos decide cerrarse el negocio (con toda la razón y la ley de la propiedad intelectual en la mano). Sin embargo, la pasión y las ganas superan muchas veces a la razón, sobre todo cuando estás deseando volver a jugar a 'Resident Evil 2' con unos gráficos y controles actualizados. Por eso, Invader Studios estaba trabajando hace un par de años en 'Resident Evil 2 Reborn', un remake casero con el Unreal Engine 4 y Unity del famoso juego de zombies. En el momento que Capcom anunció que estaban trabajando en 'Resident Evil 2 Remake', les mandaron una carta amistosa pidiendo por favor que dejasen de trabajar en su proyecto (mejor que una amenazante orden de cese y desista). Todas las horas de trabajo dedicadas al título no se perdieron, sino que Invader Studios las aprovechó para desarrollar un juego completamente nuevo. Así es cómo nació 'Daymare: 1998'. La ironía de la vida ha tenido a bien que 'Daymare' y 'Resident Evil 2 Remake' lleguen al mercado el mismo año.
Conociendo la historia detrás de 'Daymare: 1998', se explican muchos de los elementos que comparte con 'Resident Evil': un virus que convierte a las personas en zombies, una ciudad arrasada por esta plaga o una empresa farmacéutica detrás de este desastre. Este aspecto es anecdótico e incluso puede hacer gracia a los fans de la franquicia de Capcom si lo ven como un fanfic interactivo. Para hacer frente a esta amenaza, no podría faltar un grupo de fuerzas especiales con un acrónimo cool (H.A.D.E.S.). 'Daymare' cuenta con una estructura en la que manejamos a tres personajes diferentes: un soldado de élite, un piloto de helicóptero y un guardabosque que padece lo que se conoce como síndrome Daymare. Las partes de este último, de Samuel, son probablemente las más interesantes, al menos para ver algo diferente a una copia de 'Resident Evil'. Su enfermedad le ocasiona graves alucinaciones y paranoia, lo que tiene que soportar mientras se encuentra en una misión de venganza personal contra Hexacore, la farmacéutica causante de la catástrofe. A pesar de lo genérico que puede sonar todo, los desarrolladores se han esforzado por ofrecer una documentación profunda detrás de todos los elementos de la historia. Incluso hay una página web real en la que introducir contraseñas que hay en el juego para conocer aún más sobre los experimentos de esta oscura empresa.
La jugabilidad de 'Daymare: 1998' es puramente tradicional: matar zombies o huir de ellos, resolver puzles y gestionar un inventario un poco caótico. Sí que es de agradecer que la exploración, aunque no estamos ante un mundo abierto, está bien premiada. Junto a lo detallado de sus escenarios –teniendo en cuenta sus orígenes humildes-, lo normal será perdernos por sus pasillos algo más de lo normal. En contraposición, su control y su ritmo ponen alguna que otra traba para disfrutar de estos momentos de exploración. La velocidad normal del personaje es bastante lenta, pero el juego cuenta con una forma de correr y otra de esprintar aún más, para situaciones desesperadas. Lo primero lo hacemos con un botón y lo segundo con dos. Además de engorroso, el juego no siempre responde correctamente y no sería raro morir alguna que otra vez cuando no funciona bien.
La escasa variedad de zombies es otro factor que no ayuda a quitarnos esa sensación constante de estar haciendo todo el tiempo lo mismo. Además, por alguna razón que no llego a concebir (¿error o intencionado?), los muertos no caen con la misma cantidad de balas. Quizás en un shooter normal esto no sería un problema del todo, más allá de lo incomprensible del tema, pero en un survival horror la gestión de munición y del inventario forma parte de su ADN. En estas circunstancias, es muy complicado racionar las balas si no sabes cuántas vas a necesitar para acabar con la siguiente horda de zombies. Otra cuestión que no ayuda es la falta de algún tipo de arma cuerpo a cuerpo para los momentos más "íntimos". Además, estos zombies no muerden, sino que vomitan, lo que le quita un poco la magia.
Los puzles es un aspecto positivo, que incluso llega a superar a 'Resident Evil'. Los momentos de "relax" vienen bien entre zombie y zombie, y son lo suficientemente complejos para no ser un mero obstáculo que el jugador tiene que superar con demasiada facilidad (véase 'Uncharted'). El juego nos obliga a buscar información, a investigar el escenario a fondo, a hacer cuentas e incluso a memorizar, 'Daymare' no nos ofrece la respuesta en bandeja.
No queremos dejar pasar el nivel de detalle del que hablábamos antes. 'Daymare: 1998' se siente como un juego de los 90s (en el buen sentido) por motivos obvios de su concepción. Esto se acrecienta aún más gracias a la gran cantidad de easter eggs y referencias, algunas de ellas muy actuales, como los globos rojos de Pennywise de 'It', segunda parte que se acaba de estrenar en cines. También encontramos muchas máquinas de escribir por todos los sitios, un guiño gracioso al verdadero origen del juego. No sólo cabe destacar estos detalles que hacen que se note que es un título hecho con mimo y de gente apasionada del género, sino que gráficamente 'Daymare: 1998' luce bastante bien (una vez más, teniendo en cuenta que estamos ante un estudio indie pequeño), especialmente en la iluminación, algo esencial para conseguir transmitir la atmósfera de terror necesaria para el género.
Conclusiones
'Daymare: 1998' nos produce sentimientos encontrados, porque cuenta con ideas buenas mal ejecutadas, otras desaprovechas y otras no tan buenas. Por ejemplo, el personaje que sufre de alucinaciones por culpa del síndrome podría haber dado muchísimo más de sí y haber ofrecido una jugabilidad mucho más nueva y fresca frente a los otros dos personajes menos innovadores. 'Daymare' consigue aprovechar muy bien sus orígenes como remake de 'Resident Evil 2' y darle una mayor profundidad y cierto encanto gracias a las referencias. Sin embargo, el combate, que viene a ser su núcleo jugable, no termina de convencer a la larga, aunque las secuencias de puzles compensan en parte.
Lo mejor:
- El planteamientos de los puzles.
- Muchas referencias y detalles en los escenarios.
- Buenas ideas...
Lo peor:
- ... pero desaprovechadas.
- El gunplay no termina de convencer.
- El control tampoco.