La época de los survival horror está de vuelta desde hace ya un tiempo. Los amantes del género podrán reconocer que el ritmo de lanzamientos es sin duda incuestionable. Cabe decir que algunos proyectos han sido lanzados con más acierto que otros. En el caso que nos atañe, nos encontramos ante la precuela de 'Daymare: 1998', un título que nació inicialmente por parte de unos amantes de la icónica saga de terror y acción de Capcom, 'Resident Evil', en forma de remake de la segunda entrega. Sin embargo, la desarrolladora nipona anunció oficialmente ese remake, por lo que el trabajo realizado por el estudio que hoy se conoce por el nombre de Invader Studios, un equipo italiano, se acabaría convirtiendo en un título propio aprovechando el trabajo realizado. 'Daymare: 1994 Sandcastle' llega al mercado para expandir la experiencia de la primera entrega, aunque este no está absento de ciertos fallos que lastran lo que podría haber sido un título de notable.
Pesadillas en la oscuridad
'Daymare: 1994' sucede unos cuatro años antes del original y nos lleva a contemplar el origen del mal que se sucedió en los acontecimientos de la primera entrega. La historia no es algo que coja a nadie por sorpresa y la trama se desarrolla en derredor de su protagonista, un miembro del escuadrón H.A.D.E.S llamada Dalila Reyes que a su vez posee conocimientos tecnológicos y que la llevarán a explorar el Área 51. Sin ser la panacea, es una trama sencilla reconocible de grandes corporaciones que llevan a término experimentos en pos de lucrarse que luego se sale de madre y, el resto es historia.
Perteneciente al género de los survival horror, el juego utiliza la clásica cámara al hombro impuesta por el propio 'Resident Evil 4', y nos propone recorrer una serie de escenarios bastante claustrofobicos donde se ha sucedido un holocausto y donde las criaturas campan a sus anchas al tiempo que exploramos en busca de munición o items curativos, además de una suerte de documentos que expanden el lore. De vez en cuando, también se nos propondrá hacer backtraking, pero lo cierto es que es bastante anecdótico y principalmente nos pasaremos la mayor parte del tiempo avanzando por pasillos ominosos mientras enfrentamos a los enemigos. En su propósito por despertar el sentimiento de terror, a veces seremos sorprendidos por micro eventos o sustos procedentes de algún rincón, sin embargo no podríamos aseverar que el título consiga despertar temor en el jugador, siendo más un juego de acción que de terror.
Para defendernos de los enemigos contamos solo con dos armas principales; un subfusil y una escopeta, los cuales podremos mejorar al encontrar piezas exclusivas para esas armas. Eso en cuanto a balística, ya que también contamos con un tercer arma, que es la auténtica protagonista del juego; un cañón con la capacidad de lanzar nitrógeno líquido que congelará a los enemigos y que a su vez sirve para resolver algunos de los puzles con los que nos vayamos encontrando a lo largo de la aventura y que también podremos mejorar en una serie de estaciones concretas para ampliar su utilidad. Sí, sobra decir que es un repertorio de armas altamente escaso para lo que estamos acostumbrados en el género y esto sumado a la escasez de enemigos provoca la sensación de estar ante una propuesta demasiado escueta y algo repetitiva.
La copia de la copia
Los némesis del juego, es decir, las criaturas con las que nos deberemos enfrentar, se pueden contar con los dedos de una mano (de forma literal). Existen cuatro tipos distintos; engendros que se nos abalanzarán para agarrarnos, una subespecie que tiene la misma función pero que solo podremos derrotar tras congelarlos; unos enemigos encargados de lanzar proyectiles eléctricos y que además pueden teletransportarse, y finalmente un ente capaz de levantar de nuevo a los antes mencionados y que además puede matarnos de un solo golpe al aferrarnos. Y e aquí uno de los grandes problemas de 'Daymare: 1994': no solo es que cuente con muy pocos enemigos, es que básicamente todos actúan igual, todos tienen la misma apariencia y a nivel jugable, todos proponen lo mismo. Los enemigos se dedicarán a echarse encima de nosotros para agarrarnos, y ese es su único ataque. No hay más. Esto, sumado a la escasez de armas, produce una terrible sensación de dejavu constante y un sentimiento de dejadez por parte del estudio.
En cuanto al gunplay, es otro de esos puntos cuestionables que creemos que el equipo debería haber trabajado para lograr una mayor profundidad. Para empezar, la animación de correr se siente en extremo extraña, y la base para girar la cámara con el stick izquierdo es independiente del personaje, por lo que se siente muy tropezado. La sensación de disparar con el subfusil se siente a su vez artificial, como si impactáramos contra una pizarra esponjosa. La escopeta sí que posee una mejor sensación de impacto, y sin embargo, a cortas distancias falla en la caja de colisiones, por lo que a menudo, a muy corta distancia, los perdigones atravesarán a los enemigos sin causarles daños. El título además es bastante exigente en su dificultad (contamos con dos al iniciar por primera vez la aventura y con una tercera tras superarlo), por lo que a veces se puede sentir injusto a causa de unos agarres artificiales por parte de los enemigos, en especial con aquel que puede matarnos de un solo golpe, el cual se puede transportar a nuestras espaldas. Hemos caído en combate bastantes veces por culpa de esto mismo, por no hablar que el juego gusta de colocar muchos enemigos por detrás que sumado a los agarres automáticos, provoca que recibamos daño de forma injusta. La sensación de combate, pues, se antoja artificial, con una ejecución que bien podría haberse desarrollado mucho mejor.
Luces, sombras, y susurros
En cuanto al apartado audiovisual, ciertamente el título muestra una apariencia bastante buena. En PS5, que es la plataforma donde lo hemos analizado, funciona en modo rendimiento a 60 cuadros por segundo bastante estables, y en modo fidelidad a 30. En ambos casos, y gracias a las bondades del motor gráfico Unreal Engine, podemos disfrutar de un buen sistema de iluminación y sombreado en tiempo real, mostrándose un buen resultado en los reflejos y en los materiales, un nivel de texturizado bastante elevado, unos modelados correctos y un acabado visual más que decente. No cabe duda que la ambientación es uno de sus apartados más elaborados, y sin embargo también en los escenarios se siente repetitivo ya que hay poca variedad, y la mayoría transcurren en las instalaciones del Área 51, por lo que nos pasaremos la mayor parte de la aventura deambulando por una suerte de laboratorios, excepto tal vez en un par de ocasiones. El nivel de detalle, no obstante, es muy elevado.
En cuanto al apartado sonoro, 'Daymare: 1994' posee una serie de temas musicales que encajan bastante bien con la ambientación, efectos de sonido correctos (excepto por el del subfusil, que suena a lata agujereada) y un nivel de doblaje, en inglés, correcto. Tampoco es que podamos señalar mucho más del apartado sonoro, la verdad.
Conclusiones
'Daymare: 1994 Sandcastle' pretendía expandir su propio universo y sin embargo, se ha quedado a medio gas. En lugar de recoger el testimonio de la primera entrega y potenciar todo aquello que hacía bien, se ha decantado por intentar añadir elementos diferenciadores, pero sin tomar un rumbo concreto. El título es divertido hasta cierto momento, y a lo largo de las 7 horas que dura la aventura apenas si seremos sorprendidos. Algunos puzles están bien resueltos y son entretenidos, pero generalmente son muy sencillos y destilan poca personalidad, ya que en mayor o menor medida son muy similares a los de la franquicia en que se inspiran. No comprendemos por qué se ha descartado a los zombies del original, ya que esto le habría sumado diversidad a la acción y añadido una capa extra a los enfrentamientos, potenciando el gunplay. También se han descartado otras ideas interesantes del primero título, como el hecho de tener que conservar los cargadores y reponer las balas, algo que conseguía potenciar la sensación de survival horror. El inventario sigue siendo limitado, pero rara será la ocasión donde nos sin espacio ya que tampoco encontramos tantos ítems. 'Daymare: 1994 Sandcastle' seguramente conseguirá divertir a los amantes del género, al menos por un tiempo, pero se siente como una oportunidad perdida en la búsqueda por desarrollar un título que permanezca en los corazones de los jugadores.