NO ES PAÍS PARA CUERVOS

Análisis de 'Crow Country', tu perfecto primer survival horror

'Crow Country' llega a Nintendo Switch y se corona como uno de los mejores survival horror para comenzar a jugar los títulos spooky hechos a la antigua.

Por Daniel G. Astarloa 24 de Octubre 2024 | 20:30

Los juegos de terror de corte clásico vuelven a vivir un momento dulce tras años siendo ignorados. Hemos tenido en poco tiempo fantásticas obras como los remakes de 'Resident Evil 4', 'Dead Space' y 'Silent Hill 2'. La gente quiere esta clase de aventuras en las que enfrernos a monstruos en la niebla sea una lucha constante. La munición es escasa, los puzles nos hacen pararnos a pensar por un momento y las interacciones con otros seres humanos son extrañas e inquietantes.

El problema de este resurgimiento es el peso que se le dan a esos remakes. La nostalgia vende de una u otra forma. Encontrar algo que se pueda considerar genuinamente una nueva experiencia sin que se aleje demasiado de lo que deseamos es realmente complicado. Sumad a eso los potenciales jugadores que quieren abrirse a descubrir el género pero no saben por dónde comenzar. La respuesta, ya os lo adelanto, está en los indies, como siempre.

'Crow Country' ha llegado a Nintendo Switch y ya no hay razón alguna para dejarlo pasar. Contesta a esta necesidad de juegos de terror con una estética spooky sin pasarse de terrorífico. Ofrece retos y puzles a la vieja usanza, pero con un toque de diseño moderno para no crear frustración sin necesidad. Y la guinda del pastel está en una historia tan sencilla, tan fácil de seguir pero llena de sutilezas, que cuando acabes el juego y apagues la consola la recordarás con cariño.

O tal vez no.

Muchos misterios, una respuesta

La obra nos lleva a interpretar el papel de Mara Forest, una agente de la policía federal dedicada en cuerpo y alma al mayor caso de su vida: Crow Country. Este parque de atracciones centrado en fábulas y muchos cuervos guarda decenas de secretos tras de sí, y no tenemos la respuesta a ninguno de primeras. Ni siquiera qué ha pasado en este lugar. Cuando llegamos está prácticamente vacío y abandonado, mas sabemos que, en alguna parte, nos espera su fundador y dueño, el señor Crow.

La historia va mostrando sus capas poco a poco. Buena parte de lo que está pasando se explica en los diálogos con otros personajes, pero el misterio permanece tras cada charla. Todas nuestras conversaciones ocultan algo. Los silencios de Mara, las sugerencias de los exploradores del parque, los juegos de palabras malintencionados. La primera partida de 'Crow Country' es confusa, como si fuésemos un invitado en una mansión en la que todos intentan culparse de algo que no has vivido. La tensión se palpa y sabes que pasa algo, pero no eres capaz de entender del todo el qué.

En ese aspecto la rejugabilidad tiene un punto a favor para el juego, aunque no es necesario. Llegado cierto punto de la historia nuestro cerebro conecta todos los hilos y la trama es clara. Todos los misterios acaban conectados por un hilo conductor que anima a plantearse las cosas desde distintas perspectivas. Aun sin ser una trama perfecta, su forma de contarla y desenvolverse la hacen mucho más que disfrutable de descubrir hasta el fondo.

Por desgracia los personajes no cuentan con el mismo nivel de profundización. Tienen un tono de complejidad interesante por desentrañar quién sabe qué, pero por lo general la mayoría de NPCs no se quedarán en nuestra mente mucho más tiempo después de alcanzar los créditos. Sólo Mara y, extrañamente, la ausente presencia del señor Crow.

Parque de los horrores

'Crow Country' podría considerarse perfectamente como una mezcla antigua de los primeros 'Resident Evil' y 'Silent Hill'. La cámara está fijada por encima de Mara, pero podemos moverla lo suficiente como para tener un control de 360º desde esa altura. Es lo suficiente para no poder ver con claridad el entorno en el que nos manejamos y, a la vez, tener al alcance de nuestra vista las amenazas que nos rodean. Eso sí, identificarlas es una tarea algo más difícil: el estilo gráfico, la baja resolución y la niebla hacen que tengamos que estar bien atentos a por dónde pisamos.

El estilo estético de gráficos poligonales no ayuda a que los horrores a los que nos enfrentamos sean especialmente grotescos, pero en su lugar lo hace el sonido. El nivel de detalle puesto sobre los efectos sonoros cuando un enemigo se mueve o nos espera en la lejanía es certero y capaz de poner los pelos de punta a cualquiera. También se aplica a las amenazas del escenario: las trampas son un peligro al que debemos estar atentos tanto visual como sonoramente. Explosivos, trampas para osos o candelabros en los sitios más inesperados están en todas partes. No podemos bajar la guardia ni un solo segundo.

Para nuestra conveniencia tenemos varias clases de armas a nuestra disposición, todas ellas a distancia y que necesitan de munición para funcionar. No existen opciones que nos permitan el combate cuerpo a cuerpo, y el inventario limitado nos obligará a pensar detenidamente qué llevaremos encima y qué no para combatir a las amenazas que nos esperan en el parque. Una opción que no hubiese exigido ninguna clase de consumible se habría agradecido, pues en su lugar el título nos pide que recojamos bala a bala de puntos especiales si gastamos toda en un momento dado.

Volver a los orígenes

El lugar en el que encaja el juego a la perfección entre los jugadores es en el de un título primerizo para comenzar a aventurarse en el género. 'Crow Country' llama a la nostalgia, pero no se sostiene sobre ella para crear una obra inaccesible a gran parte del público. En su lugar abraza la idea de convertirse en un videojuego que pueda ser disfrutado por todas las edades mientras permanece terrorífico.

Cuenta con varias opciones de dificultad para ajustar el reto y no obligar a pasar por algunos de los puntos más difíciles de aceptar por parte de jugadores jóvenes. Por ejemplo, la munición limitada y la falta de pistas de qué debemos hacer quedan desactivadas en el modo de dificultad más bajo, por lo que cualquiera puede pasar por aquí.

Es algo que se aplica a la rejugabilidad también, como en los clásicos de PlayStation One. Al completar la aventura nuestro estilo de juego y el tiempo de juego se analizan para otorgarnos una nota, y con ella viene una jugosa recompensa que cambiará futuras partidas, como armas especiales o cosméticos. Eso sí, usarlos invalida de inmediato poder reclamar recompensas mayores, por lo que si queremos descubrirlo todo tendremos que amaestrar nuestras habilidades sobre el título.

Todo se combina para una aventura corta, pero intensa. La primera vez que pasemos por 'Crow Country' durará entre 3-5 horas, algo más flexible en base a cuánto queramos desbloquear. Es corto, pero no necesita más contenido para dejar el buen gusto en la garganta.

Conclusiones

Este es el título casi perfecto que el género del survival horror necesita. Es accesible a toda clase de jugadores, su historia es intensa y el terror, aunque no siempre cale por su diseño gráfico, es lo suficientemente inteligente como para arreglárselas para quedarse con nosotros por mucho tiempo. Un nivel de dificultad opcional algo mayor que el ya ofrecido se habría agradecido, pero ese quizás sea problema sólo para aquellos muy experimentados con el género. 'Crow Country' es una obra maestra que todo el mundo, amante del terror o no, merece jugar.